Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Jaime Iturri
El miércoles murió Carlos, hace un año murió Antonio, siento
que se está cerrando una época
Como
dicen en mi México lindo y querido, el rock me gusta lo justo. Escucho, hasta
con placer, las baladas del rock, pero el resto no me enloquece. Me imagino que
es cuestión de gustos.
Pero la vida siempre es un eterno
descubrir, y un buen día compré un disco compacto de baladas latinoamericanas y
me encontré al Tri, un grupo mexicano que lleva años haciendo rock y el tema
que tocaban era Triste canción de amor.
En tardes como ésta, cuando me
embarga la tristeza por la muerte de alguien como Carlos Núñez del Prado, me
pongo a escuchar a este grupo que dice que “ella existió solo en un sueño” y
que “él es un poema de amor que el poeta nunca escribió”. Y recuerdo el tiempo
en que a Carlos y a mí los “dioses nos enseñaron a pecar”.
Allá en los ya lejanos 70, cuando
él era parte del Ejército de Liberación Nacional en su versión más política que
fue el PRTB y yo en el POR. Nos encontramos tiempo después de que ambos
partidos organizacen la histórica huelga de las mujeres mineras que sepultó al
banzerismo.
Y fuimos dando tumbos por la
vida, cada uno en su militancia, cada uno existiendo solo en un sueño o
construyendo ese sueño o soñando que es la única manera de construir.
Frecuenté mucho más a su
padrastro (aunque éste siempre es un término muy feo) Antonio Peredo, con quien
trabajamos en la UMSA dando justamente las materias de Redacción. Con su eterno
cigarrillo en los labios, con su voz gruesa, fue una guía de ética y
consecuencia para Carlos y para todos nosotros.
Recuerdo una charla con Antonio
sobre los caminos que deberíamos seguir para crear una nueva izquierda. Tenía
que ver con mi texto sobre mi militancia en el POR y los errores que creía
haber cometido.
Vinieron los años, las múltiples
derrotas, las necesidades de repensarlo todo. En fin, nos vimos obligados a
unirnos, a construir nuevos caminos, a pensar seriamente en las posibilidades
del voto.
El miércoles murió Carlos; hace
un año lo hizo Antonio. Y de verdad siento que se está cerrando una época. Los
que pelearon contra las dictaduras y contra el neoliberalismo se van yendo.
Ojalá que las generaciones jóvenes los reemplacen, que sean dignas de sus
mayores y de sus luchas. Mientras tanto escucho al Tri y recuerdo los tiempos
en que “los dioses (así con minúscula) nos enseñaron a pecar”.
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