Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Xavier
Albó
Poco
a poco el nuevo sistema judicial plurinacional previsto por la CPE de 2009 se
va estructurando y complementando con normas y eventos para fortalecerlo. Una
innovación central de éste fue el establecimiento de tres jurisdicciones: la
ordinaria (que culmina con el Tribunal Supremo de Justicia), la agroambiental y
la indígena originaria campesina para asegurar el pluralismo jurídico, tan
central en la actual CPE. Aquí me fijaré en la aún poco conocida jurisdicción
agroambiental.
Esta
jurisdicción existía desde pocos años antes del llamado Tribunal Agrario
Nacional (TAN), que se complementaba con el sistema de jueces agrarios en
diversas partes del país, formando juntos la llamada Judicatura Agraria. Pero
su rango e incumbencias eran aún bastante limitadas. Había sido creado por la
Ley INRA de fines de 1996, aunque recién se implementó en 1999. La posesionó
entonces la Corte Suprema de Justicia y su primer año operativo empezó a fines
de abril de 2000, cuando tuvo finalmente concretado su presupuesto. Su tarea
principal era resolver pleitos de tierras y su saneamiento, aunque incursionaba
también en temas forestales y de aguas.
A
fines del primer año de Evo, la Ley 3545 de Reconducción Comunitaria de la Ley
INRA (28-XI-2006) introdujo ajustes menores. Pero por entonces ya estaba en
marcha la Asamblea Constituyente, que cambió todo el escenario, plasmado finalmente
en la CPE promulgada en 2009. Las tres principales novedades eran su mayor
rango, como una de las tres grandes jurisdicciones de todo el sistema, sus
mayores responsabilidades en un nuevo contexto en que el respeto a la Madre
Tierra (expresión mucho más poderosa que sólo “recursos naturales”) ha pasado a
primer plano aquí y en todo el mundo y la elección directa de los magistrados.
Como
había ocurrido antes con el TAN, la implementación del nuevo Tribunal
Agroambiental (TAA) está tomando también su buen tiempo. La primera y compleja
elección por sufragio de esa multitud de magistradas/os recién se realizó en
octubre de 2011, en medio de muchas controversias. Tomaron finalmente posesión
a principios de 2012 y su organización interna tomó otros varios meses.
Entre
tanto, la Asamblea Legislativa, instalada a principios de 2010 con mayoría de
dos tercios del MAS, empezó a elaborar las leyes del nuevo “Estado
Plurinacional”. A mitad de ese año se dictaron las principales leyes para el
funcionamiento básico del Estado, incluyendo la del Órgano Jurídico,
complementada a la rápida en los estertores del mismo año (29-XII-10) con la
Ley de Deslinde Jurisdiccional (entre la jurisdicción Indígena Originaria Campesina
y las otras dos), que reduce el pluralismo jurídico pregonado por la CPE a la
mínima expresión, en mi opinión y la de bastantes especialistas, muy por debajo
de lo requerido por su artículo 179-II.
A
otro nivel, se aprobaron, poco después del encuentro internacional de Tiquipaya
sobre cambio climático, la Ley (“corta”) de los Derechos de la Madre Tierra
(21-XII-10), una de las más audaces, a la que recién dos años después se añadió
la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien
(15-X-12), ambas muy pertinentes para las tareas del Tribunal Agroambiental,
aunque aún poco operativas. Esta última se podría sintetizar en el slogan:
“Madre Tierra + Desarrollo = Vivir Bien”. La gran pregunta es si ese
“desarrollo” (en gran medida extractivista y mercantil) respetará o no los
derechos de la Madre Tierra. Y ahí, nuestro Tribunal Agroambiental tendrá mucho
que decir.
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