Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Autor:
Emir Sader
Está de moda en los
análisis conservadores la idea de que las dificultades que encuentran los
países latino-americanos en la actualidad se deberían a un fin de ciclo. Habría
pasado el momento favorable al crecimiento de las economías de esos países, que
se habría fundado en el alto precio de productos primarios de exportación. Se
habría agotado el modelo de crecimiento impulsado por la demanda, vinculada a
la expansión del mercado interno de consumo popular.
Sí, hay problemas
de ritmo de crecimiento en algunas economías, hay desequilibrios en las cuentas
públicas de algunos países, hay presiones inflacionarias, hay presiones
recesivas internas y externas sobre las economías de nuestros países. Se
aprovechan de esas circunstancias los sectores que son los responsables por los
inmensos retrocesos –recesiones, concentración de renta, exclusión social,
entre tantos otros– para tratar que se retroceda a políticas de aquel periodo,
cuando de lo que se trata es de hacer las correcciones de ruta y seguir
avanzando por el sendero de las políticas que permitieron que países del
continente consigan resistir a la más profunda y prolongada recesión del
capitalismo en 8 décadas.
De lo que se trata
es de hacer las adecuaciones necesarias para quebrar la hegemonía del capital
financiero bajo forma de capital especulativo que las políticas de
desregulación del neoliberalismo promovieron como sector hegemónico en el plano
económico, canalizando para el uso predatorio capitales que deberían ir a las
inversiones productivas, que generan los bienes y los empleos que nuestras
economías necesitan.
De lo que se trata
es de buscar las formas –estatales y/o privadas– de obtener los recursos para
retomar niveles superiores de expansión económica. De seguir profundizando
crecimiento económico con distribución de renta, generando nuevas formas de dar
continuidad a las políticas sociales que han permitido que el continente más
desigual del mundo tenga países que consigen -incluso en una época en que
predominan la austeridad, la concentración de renta y la exclusión de derechos
a escala mundial- seguir disminuyendo la desigualdad, la miseria y la pobreza,
como nunca se había hecho en esa escala en varios de nuestros países.
En ese marco, será
difícil continuar resistiendo a las presiones recesivas internas y externas,
dentro del margen de acción de cada uno de nuestros países aisladamente, aún
con las formas de colaboración y apoyo actuales de los procesos de integración.
Será preciso dar un salto decisivo en los procesos de integración latinoamericana,
valiéndose de la ampliación del Mercosur –con el ingreso de Venezuela, Bolivia,
Ecuador, Surinam, Guayana– para finalmente elaborar proyectos de desarrollo
económico, tecnológico, financiero, físico y energético, de infraestructura, de
cadenas productivas, de formas político institucionales de integración, de
medioambiente, culturales, de integración social y laboral, educacional, de
salud pública, entre tantas otras esferas de integración.
Ha llegado el
momento para que Unasur dé un salto decisivo en la definición de sus funciones,
que pongan a funcionar el Banco del Sur, que extiendan las atribuciones del
Consejo Suramericano de Defensa, que cree instancias que puedan dirimir
conflictos de diferente orden que existen o que pueden venir en la región,
entre otros órganos que la profundización y la extensión de los procesos de
integración suramericana demandan. Que haga de Unasur el gran espacio de
coordinación de los proyectos situados en el Atlántico y en el Pacífico de la
región. Que encuentre las formas conjuntas de resistencia a los flujos
recesivos que vienen del centro del capitalismo. Que encuentre formas propias
de resolución de los conflictos regionales, entre otras tantas funciones.
Este es el momento
del reimpulso y profundización de los procesos de integración regional. La
crisis recesiva no tiene fecha de terminación en el centro del sistema. Tenemos
queequiparnos para enfrentar conjuntamente la construcción de proyectos
estratégicos de integración regional para seguir viabilizando América Latina
como la región que más contribuye al combate a la desigualdad, a la exclusión
social, a la pobreza y a la miseria. (Traducción ALAI)
http://alainet.org/active/69368
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