Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Mauro Alcócer
Apoyo la reelección de Evo Morales. Por él voté los
años 2002, 2005 y 2009 y no soy de los que cambian fácilmente de posición
política, aunque debo reconocer que no tengo ya la convicción de aquellos años,
que surgieron en mí dudas luego del “gasolinazo” de 2010 y de la represión a
los indígenas en Chaparina de septiembre de 2011. El primer error fue revertido
por el Gobierno ante el repudio popular, lo de Chaparina sigue dejando una
estela de impunidad.
Apoyo la reelección de Evo. Sigo pensando que es el
liderazgo más sólido en el campo popular, pese a los errores, pese a los
desvaríos esos de reunirse con Paz Zamora o Percy Fernández, pese a las
concesiones programáticas que se están haciendo, pese a ese olor a llunkerío
que se siente cada vez que se refieren a él como “jefazo”, pese a ese culto a
la personalidad tolerado por el propio Evo cuando permite que a un aeropuerto
le pongan su nombre.
Hace poco reafirmé esta mi opción política, lo hice cuando
vi a quien se presentaba como la alternativa de izquierda, a Juan del Granado
pactar políticamente con Germán Antelo, el “past president” del Comité Cívico
cruceño. Es que tengo memoria; en septiembre de 2008, cuando las hordas cívicas
asaltaban y quemaban las oficinas públicas en Santa Cruz, cuando golpeaban a
migrantes collas en Tarija y masacraban a campesinos en Porvenir, los actuales
senadores Antelo y la señora Centa Reck eran parte de la conspiración
reaccionaria junto a Rubén Costas y Branko Marincovic. Lo único que les
diferenciaba era que estos respondían a la logia “Caballeros del Oriente” y
Antelo a la logia “Toborochi”, ambas representativas del señorío burgués de
Santa Cruz. Del Granado está volviendo a sus viejas andanzas, cuando fue aliado
del proyecto neoliberal de Sánchez de Lozada el año 1993. Así como entonces
creyó que había encontrado una burguesía “patriótica”, hoy se empeña en buscar
una burguesía “democrática” con la que aliarse; claro que Juan dirá que todo es
para frenar el “autoritarismo” de Evo… ¿o sea que el enemigo de mi enemigo es
mi amigo?
Estoy de acuerdo con la reelección de Evo. Creo que para
llegar a ese objetivo al menos hay dos caminos, el primero es que la decisión
del Tribunal Constitucional en la consulta por la “Ley de aplicación normativa”
que hizo la Cámara de Senadores defina que sus contenidos son constitucionales
y Evo quede así habilitado. Pero también hay la posibilidad de que el Tribunal
resuelva en sentido contrario, en tal situación habrá que ir por una reforma
constitucional en la Asamblea Legislativa Plurinacional y ganar luego un
referéndum nacional para su aprobación. En cualquier escenario se requiere la
movilización del pueblo, pero esa movilización no debe darse únicamente
alrededor de una candidatura o un liderazgo, eso sería reducir el proceso
político boliviano a una mínima expresión electoralista; hay que convocar al
pueblo para aplicar un programa que profundice y acelere los cambios, pasando
de una revolución democrático-cultural a una revolución económico-social.
Cierto que la denominada “agenda patriótica” es una
propuesta hecha por el gobierno para tomar la iniciativa ante una oposición
carente de ideas. Esa agenda de 13 puntos que apunta hacia el año 2025 cuando
se celebra el Bicentenario de la fundación de Bolivia, debe ser discutida y
enriquecida con todos los movimientos sociales, no sólo con aquéllas
organizaciones leales al proyecto gubernamental. Tiene que incorporarse a mineros
sindicalizados, trabajadores petroleros, juntas de vecinos, maestros y
salubristas, trabajadores por cuenta propia, jóvenes estudiantes, indígenas de
tierras altas y de tierras bajas para que aporten a la construcción del
programa. Imponer la agenda desde arriba sería cambiar el “mandar obedeciendo”
por la “obediencia debida” y no se hacen así las revoluciones.
Entre Tesis Política y Programa Político tiene que haber
coherencia. El programa (la política de Estado) debe ser la concreción del
planteamiento estratégico. No hay que decir una cosa y hacer otra, no hay que
lanzar consignas revolucionarias en el discurso y en la práctica tomar
decisiones que sólo buscan administrar la estabilidad capitalista. Hablemos con
franqueza: en el gobierno hay tendencias que hablan del socialismo comunitario,
hablan del vivir bien, hablan de los derechos de la madre tierra, pero hacen todo
lo contrario. Estas tendencias en los hechos están preservando el poder del
capital financiero con una nueva Ley de Bancos que no va a tocar las elevadas
tasas de ganancia de los financistas; están incrementando nuestra deuda externa
insertando al país en los mercados de capitales a través de la venta de “bonos
soberanos”; están favoreciendo al capital transnacional minero ya que los
extranjeros dueños de las grandes minas como San Cristóbal siguen llevándose
nuestros minerales pagando bajas regalías e impuestos; están afanados en atraer
inversiones extranjeras repitiendo el dogma liberal de que sin ellas no
podremos desarrollarnos y a ese dogma responderá la nueva Ley de Inversiones;
están aplicando políticas desarrollistas y extractivistas que le dan
continuidad al patrón primario exportador de nuestra economía, base a su vez de
la depredación de la madre tierra, aquí se origina la actitud permisiva con los
transgénicos en materia alimentaria o, en materia energética, que YPFB comience
a abrir las puertas a la explotación de hidrocarburos “no convencionales”,
conocida como Fracking por sus brutales impactos ambientales.
¿Cómo podríamos convocar al pueblo para derrotar a la
derecha si el programa revolucionario está siendo abandonado? Una cosa es
trabajar para construir el Socialismo Comunitario hacia el Vivir Bien como
afirma la tesis política estratégica del Movimiento al Socialismo aprobada en
su último Congreso de marzo de 2012 y otra cosa es trabajar para “desarrollar
las fuerzas productivas” sin cambiar las relaciones sociales de explotación,
consolidando en Bolivia el “capitalismo andino amazónico” que propuso García
Linera el año 2005. ¿Sigue el vicepresidente con esa idea? Pareciera que sí
aunque se cuida de hablar en esos términos, prefiere referirse al “modelo
nacional productivo” o a los “ejes estratégicos del desarrollo”. Ya viene
siendo hora de plantear al vicepresidente las preguntas que elude responder en
sus folletos: ¿cómo, por la vía capitalista, se puede construir el socialismo
comunitario?, ¿cómo, por la senda del “vivir mejor” de la acumulación
capitalista, se puede fortalecer el Vivir Bien de nuestras comunidades?
A pesar de estas tendencias conservadoras al interior del
proceso, creo que todavía persiste un potencial político comunitario,
originario, plebeyo y proletario, que da continuidad al proceso constituyente y
que va erigiendo una nueva ética, que no es sólo una ideología, sino un nuevo
proyecto de vida, un nuevo horizonte: el suma qamaña (Vivir Bien). Si Evo
Morales está dispuesto a encarnar este proyecto de vida y el programa político
revolucionario que de ese proyecto emana, pues adelante con su reelección.
El autor es
economista, vive en Potosí
Publicado en Bolpress
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