Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Luis Camilo Romero
Cuando las aguas agitaban una confrontación entre Bolivia y Chile, el
líder de la revolución cubana, Fidel Castro Ruz, manifestó su apoyo unánime,
mediante una carta a Evo Morales y la demanda de Bolivia contra Chile para
obtener una salida soberana al mar, instancia en la que llamó al pueblo
boliviano a no desanimarse.
Fidel se mostró optimista con el sentir boliviano en su lucha por la
reivindicación histórica y apuntó a señalar que en esa dura batalla no debe
existir desaliento, por ello dijo que: "Hay mucho que luchar todavía... y
reuniones internacionales donde proclamar el derecho de Bolivia al mar".
Recordemos que ya Fidel había expresado su total apoyo a Bolivia en una visita
de la ex presidenta chilena, Michelle Bachelet a Cuba en febrero de 2009.
También ante los dichos de Hugo Chávez, quien reclamó y apoyó el pedido
histórico de Bolivia el año 2003, la Asamblea Nacional del Poder Popular de la
República de Cuba se sumó y declaró:
“El presidente Chávez, con la autoridad moral de encabezar la Revolución
Bolivariana que encarna los ideales del Libertador Simón Bolívar, creador de la
República de Bolivia, y que tanto luchó por una América Latina libre,
independiente y unida, ha reclamado solidaridad con esta noble causa”. Fue esa
la ocasión en que Fidel Castro les dio el firme respaldo del pueblo de Cuba.
La carta de Fidel a Evo rememoró el episodio de esa guerra injusta y
dijo que ese conflicto, "fue de nefastas consecuencias para dos pueblos de
nuestro hemisferio, donde Simón Bolívar quiso crear la más grande nación del
mundo, menos por su extensión y riqueza, que por su libertad y gloria".
Eduardo Galeano ya nos recordaba que esa guerra, según la historia, la
ganó Chile pero la historia real comprueba que el gran beneficiado fue el
empresario británico John Thomas Noth, quien sin disparar un tiro ni gastar un
centavo, se apoderó de los territorios que habían sido de Bolivia y de Perú.
Por ello, como dice el periodista José A. Buergo Rodríguez, ésta fue la
“guerra que nunca debió ocurrir entre países vecinos y hermanos, pues nacieron
en la América de Simón Bolívar y de O´Higgins, alcanzando su independencia con
incontables sacrificios de vidas de sus mejores hijos en luchas contra la
metrópolis española”.
De igual modo, el ex presidente chileno Salvador Allende supo reconocer
el derecho del país andino, “Bolivia retornaría soberana a las costas del mar
Pacífico” (…) Ahora no somos gobierno de la oligarquía minoritaria, somos el
pueblo. No nos guían intereses de clase dominante. No les pedimos nada,
queremos solamente reparar el despojo cruel del que ha sido víctima el pueblo
boliviano”, dijo en aquel tiempo Allende.
Fidel nos recuerda que de ese territorio "la burguesía y el
imperialismo, extraen cada año decenas de miles de millones de dólares",
que sólo en la explotación del cobre "rebasa los 5 millones de toneladas,
con un valor de 39.500 millones de dólares", arrebatadas a Bolivia hace
más de 134 años.
Fidel Castro aludió al cobre que contiene el emporio cuprífero de
Chuquicamata y La Escondida, en Antofagasta, que Chile adicionó a su
jurisdicción tras la guerra del Pacífico sudamericano a finales del siglo XIX.
También dijo que Simón Bolívar no habría aceptado jamás que se privara a
los quechuas, aymaras y demás habitantes de Bolivia, de tales derechos que le
asignó El Libertador de América.
Evo Morales ha declarado que el tema del mar es una deuda histórica de
larga data que debe ser saldada tarde o temprano y que debe resolverse mediante
el diálogo y la diplomacia de los pueblos, tal como se han resuelto otros
diferendos limítrofes, de ahí que su estrategia está encaminada con firme
decisión y que no claudicará en ese propósito.
Así se entiende, por boca del propio Evo, que no se trata de una
revancha por recuperar el terreno, sino de un legítimo reclamo que Bolivia
cuente con una salida al mar con soberanía. “Ha quedado demostrado ante la
comunidad Internacional que Bolivia es un Estado serio, que se sustenta en los
principios internacionales para demandar con argumentos sólidos y válidos y
dignidad a su pueblo y a sus instituciones”, declaró Morales en ocasión de
recordar los 134 años de la defensa de Calama.
La nueva geografía política de Nuestra América, que se está levantando y
pisando firme, está diseñada con una nueva estrategia, ante todo, humana y
revolucionaria, donde no primarán las mezquindades sino la firme certeza de que
los países de la región, construyan el anhelo de Bolívar de unidad y de
solidaridad continental.
El autor es
comunicador boliviano para América Latina y el Caribe
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