Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Dos contrarias e
incompatibles:
Por Katherine Fernández
Ya se ha dicho hasta el cansancio que el 90% de la población
vive con el 10% de los recursos del planeta y que el 10% de ellos está
concentrado en las pocas manos de la dimensión transnacional, promotora del
biocidio. Pero estos datos se refieren a la economía traducida en dinero, no a
la economía traducida en medios de vida, porque si así fuera los campesinos
agricultores o los indígenas de las selvas, tienen a su disposición los
principales medios de vida, a pesar de que estén siendo avasallados por los gobiernos instrumento de las transnacionales y aunque
solo tengan un pedacito de tierra, en ella poseen un poder especial, una cuota
de vida por encima de los demás, una
cuota de soberanía.
La soberanía alimentaria es una definición muy amplia y
compleja que, así como el vivir bien, no hemos alcanzado a entender todavía y
para eso lo primero que debemos hacer es desligarla del concepto de seguridad
alimentaria, porque este último se enmarca en las necesidades del libre mercado
que busca exclusivamente vender - que no es lo mismo que poner los alimentos a
disposición de la gente - para lo cual gestiona permanentemente que los
gobiernos favorezcan una dinámica productiva que sobreexplota la tierra para cubrir
con agroindustria “subdesarrollada” a los mercados primermundistas.
Si bien en su momento la soberanía alimentaria surgió como
un aporte fundamental del campesinado, concretamente la Vía Campesina introdujo
el concepto en el seno de las Naciones Unidas en 1996, no hay consecuencia en la
práctica agrícola, porque entre sus demandas a la fecha siguen pidiendo crédito
agrario, facilidades de exportación, mecanización del agro, fertilizantes
químicos y no dudan en someterse a la
agresión del monocultivo cuando la demanda internacional así lo instruye. Es
decir, que ha sido planteada como un concepto nuevo, amplio y superior a la
seguridad alimentaria de dos décadas atrás, pero no se ha implementado y no
existen políticas públicas soberanas respecto a la alimentación, la mentalidad
de los gobiernos sigue siendo de la dependencia.
Así pues, la soberanía alimentaria tiene que ver con un
complejo de elementos que empiezan, terminan y vuelven a empezar según la dinámica
cíclica de la tierra, la semilla, el fruto, las interacciones naturales
biodiversas, el agricultor y quien se alimenta (que para el libre mercado,
sería el consumidor), todo dentro de un marco cultural de conocimientos,
hábitos y preferencias que es la riqueza que heredamos de nuestros padres,
desde cocinar hasta comer, así que quienes además saben cultivar la tierra o
recolectar de la selva, tienen mejores posibilidades de enfrentarse a la
economía del desastre y sus vástagos como el cambio climático o la deuda
externa.
Para aproximarse a las contradicciones que tienen los dos
conceptos, tal vez un sencillo listado comparativo ayude. En el caso de la
seguridad alimentaria, los elementos que se citan tienen correlación con la
economía de libre mercado, no hay planteamiento nuevo para solucionar el hambre
en el mundo y las determinaciones de la FAO se inscriben en esta línea para
asegurar alimentos a la gente, una línea que plantea comprar para comer como la
única posibilidad para alimentarse, no importa si el que tiene que comprar
también es productor, por lo cual la cantidad de personas subalimentadas en el
mundo, según los informes de desarrollo humano (IDH), siempre están en
incremento.
SEGURIDAD ALIMENTARIA
|
SOBERANÍA ALIMENTARIA
|
Propiedad privada de
la tierra
|
Uso comunitario de la
tierra
|
Acumulación de tierras
|
Uso comunitario de la
tierra
|
Ampliación frontera
agrícola
|
Rotación de la tierra
|
Concesiones forestales
|
Protección de bosques
|
Crédito agrícola
|
Economía
comunitaria
|
Productores
condicionados a la demanda
|
Producción biodiversa
|
Monocultivos
|
Producción biodiversa
|
Transgénicos
|
Respeto a la
naturaleza
|
Agroquímicos
|
Sistemas agrícolas
tradicionales
|
Precios
transnacionales
|
Precios locales
|
Publicidad sin ética
|
Información integral
|
Cantidad o apariencia
más que calidad
|
Cultura alimentaria
|
Consumidores
|
Personas
|
Tierra
|
Madre Tierra
|
Sustentabilidad
|
Armonía con la
naturaleza
|
La seguridad alimentaria quiere sustentar a la economía de
libre mercado, la soberanía alimentaria busca respetar los ciclos vitales de la
tierra y todo el complejo de interacciones naturales que hacen a la
reproducción de la vida.
Existen propuestas, aunque todavía de bajo impacto, pero que
indican que ya hay conciencia con principios soberanos, hay campañas, redes
sociales y documentales orientados a despojar del poder de decisión y control
de la economía de los alimentos a la agroindustria, partiendo del poder de
decisión que tiene el consumidor, es decir, originar consumo masivo
responsable, empezando por saber qué es lo que estamos comiendo. Este es un
emprendimiento que por ahora se plantea fácil porque depende de cada persona,
sin costo, pero al mismo tiempo difícil porque hay que sumar la decisión de
todas las personas.
Para esto ayuda ver los datos que indican que el cáncer más
frecuente se origina en la alimentación industrial, así como las nuevas
alergias, la diabetes y la osteoporosis a corta edad, lo que está provocando
que la gente vuelque la mirada hacia las alternativas alimenticias más
saludables, naturales y orgánicas, tanto que en Europa es este el tipo de
alimentación la más cara, en contradicción con América Latina, donde las frutas
y verduras del campesinado, son más bien baratas.
Otra iniciativa importante que merecerá amplios análisis y
discusión es la agricultura familiar, que estará siendo debatida e impulsada el
año 2014, con orientaciones que romperán esquemas urbanos de vida porque
plantean que también en las ciudades la gente empiece a producir sus propios alimentos.
Así que la expectativa está fijada.
Si comprendemos que la seguridad alimentaria es otro mecanismo
del libre mercado, podremos suscribirnos a la soberanía alimentaria como
mecanismo de defensa de la dignidad humana.
La autora es parte de la Asociación
Inti Illimani. Energía solar para la alimentación
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