Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Julio C.
Gambina
La Iglesia es
parte del poder mundial, y no solo del poder económico. La Iglesia disputa
históricamente el consenso de la sociedad. Es una realidad a considerar en
tiempos de crisis capitalista, considerada también una crisis de civilización,
ya que esta civilización contemporánea está ordenada por el régimen del
capital, o sea, por la explotación del hombre por el hombre, por la depredación
de la Naturaleza.
Cuando
el sistema mundial estaba desafiado por el avance de los pueblos y el
socialismo (como forma que intentaba ser alternativa del orden mundial) se
abrió camino la teología de la liberación, en abierta confrontación con el
poder institucional de una Iglesia retrógrada. Así, la Iglesia de los pobres se
msotraba desde el sur del mundo, más precisamente desde Nuestramérica. La Iglesia oficial no podía
negar este rumbo que se abría paso entre los curas de base y habilitó un gran
debate mundial en el seno de la
Iglesia.
Los
rumbos de la ofensiva popular tocaban la puerta de la Institución. La
respuesta contemporánea de la Institución Iglesia fue acompañando la ofensiva
capitalista para recuperar el poder del régimen del capital. Esa ofensiva se
materializó en los 80´ contra el socialismo y los pueblos, abriendo el camino
al poder reaccionario de los Ratzinger y los Bergoglio.
Hace 40
años que el neoliberlismo se ensayó en nuestros territorios con las dictaduras
y el terrorismo de Estado, para luego extenderse por todo el orbe. La Iglesia en la Argentina, salvo
honrosas y escasas excepciones acompañaron a la genocida dictadura en ese parto
neoliberal, aunque ahora hablen contra la pobreza y la ética.
Un PAPA
polaco llegó a la Iglesia
para acompañar el principio del fin de la experiencia socialista, aunque se
discuta el mismo caracter de aquella experiencia. El capitalismo mundial
necesitaba del Este de Europa. Alemania así lo entendió. EEUU también. Sin el
este de Europa, aún ya abandonado el proyecto socialista originario, el mundo
dejó de ser bipolar y se constituyó el rumbo unipolar del capitalismo, transnacional
y neoliberal.
El
rumbo unipolar está siendo desafiado por el cambio político en Nuestramérica y
el resurgir del socialismo, sea de la mano de la revolución cubana o por los
procesos específicos que emergen en algunos países (Venezuela o Bolivia),
incluso en variados movimientos políticos, sociales, intelectuales, culturales,
en nuestra región.
Con la
muerte de Chávez y millones movilizados para constituirse en sujetos por el
cumplimiento del legado revolucionario y socialista de Hugo Chávez, la Iglesia lanza al ruedo el
símbolo de un Jefe de la
Iglesia nacido en el sur y compenetrado con el proyecto del
norte.
El PAPA
argentino, Francisco I, viene a cumplir el proyecto del poder munidal para
disputar el consenso de la sociedad, especialmente de los pueblos. No solo se
trata de sustentar posiciones contrarias al matrimonio igualitario, o contra el
aborto, ampliamente difundidas por el obispo Bergoglio, sino de gestar una
conciencia de disciplinamiento hacia el orden contemporáneo, reaccionario, de
dominación transnacional.
Nuestramérica
es hoy laboratorio del cambio político. La Iglesia institución quiere intervenir en este
proceso, y no para empujar esos cambios, sino para frenarlos. La disputa es por
las conciencias. Es una batalla de ideas, por el cambio, o por el retroceso.
Les preocupa el efecto Chávez en la región. Les preocupa la sucesión política
en Venezuela y la capacidad de extender el rumbo socialista. Necesitan disputar
el consenso.
Pero,
por más intentos institucionales por acompañar la ofensiva del capital contra
el trabajo, los trabajadores y los sectores populares, incluida la iglesia de
los pobres, el movimiento religioso popular, persiste en la búsqueda por
organizar la sociedad del vivir bien (Bolivia), el buen vivir (Ecuador), el
socialismo cubano, o la lucha por la emancipación social de gran parte de la
sociedad de abajo en Nuestramérica.
El PAPA
Francisco I viene por lo suyo. Los pueblos debemos continuar nuestra búsqueda y
experimentación por una nueva sociedad, por otro mundo posible, ese que se
construye en la continua lucha contra la explotación, por la emancipación
social, contra el capitalismo y el imperialismo, por el socialismo.
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