Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Alex Soliz
Es verdaderamente difícil comenzar a pensar un
mundo sin Chávez. Uno de repente cae en el tremendismo, como cuando es niño y
comienzan a morir los sueños de lugares mágicos o las ilusiones de poderes
fantásticos. Uno cae en el tremendismo de pensar un mundo sin revolución… sin
cambio.
Mientras surgían los rumores de cáncer, todos vimos que las constantes apariciones de Chávez en los medios mermaban, pero aún así no las creímos. Mientras se daba el tratamiento los rumores de muerte nos asaltaron, y los medios, voces de sus patrones, constantes enemigos de la verdad, nos bombardearon con muerte y mentiras… aún así no les creímos. Lo vimos calvo, hinchado, pero aún con la fortaleza de siempre y dispuesto a emprender una batalla más. En esa época no creímos, porque no había nada que creer, todo era mentira. Hoy nos encontramos con una realidad triste… con un día triste.
Creo que, en el fondo, todos sabíamos que a veces, ni siquiera los corazones más fuertes sobreviven todas las tormentas. Teníamos la esperanza, todos compartíamos ese calorcito en el pecho que nos decía “No… todavía no… todavía vive… todavía lucha”. Hoy en cambio, nos sentimos como niños… pequeños… solos. Hoy tenemos que asumir una realidad muy triste. Pero si dejamos que las lágrimas cubran nuestro rostro, debemos saber que los enemigos aprovechan nuestro luto. Lastimosamente en las revoluciones las cosas son así… a veces alguien tiene que caer, para que muchos se levanten. Hoy debemos darnos cuenta de que el legado más grande no ha muerto. Hoy debemos darnos cuenta de que seguimos siendo millones de pobres dignos en un mundo que cambió para siempre. No se puede volver atrás. Necesitamos estar unidos más que nunca, pero debemos estar conscientes de que la revolución está viva en nosotros, como ahora lo está Chávez.
No es tiempo de ceder, no es tiempo de retroceder.
Patria o muerte
Mientras surgían los rumores de cáncer, todos vimos que las constantes apariciones de Chávez en los medios mermaban, pero aún así no las creímos. Mientras se daba el tratamiento los rumores de muerte nos asaltaron, y los medios, voces de sus patrones, constantes enemigos de la verdad, nos bombardearon con muerte y mentiras… aún así no les creímos. Lo vimos calvo, hinchado, pero aún con la fortaleza de siempre y dispuesto a emprender una batalla más. En esa época no creímos, porque no había nada que creer, todo era mentira. Hoy nos encontramos con una realidad triste… con un día triste.
Creo que, en el fondo, todos sabíamos que a veces, ni siquiera los corazones más fuertes sobreviven todas las tormentas. Teníamos la esperanza, todos compartíamos ese calorcito en el pecho que nos decía “No… todavía no… todavía vive… todavía lucha”. Hoy en cambio, nos sentimos como niños… pequeños… solos. Hoy tenemos que asumir una realidad muy triste. Pero si dejamos que las lágrimas cubran nuestro rostro, debemos saber que los enemigos aprovechan nuestro luto. Lastimosamente en las revoluciones las cosas son así… a veces alguien tiene que caer, para que muchos se levanten. Hoy debemos darnos cuenta de que el legado más grande no ha muerto. Hoy debemos darnos cuenta de que seguimos siendo millones de pobres dignos en un mundo que cambió para siempre. No se puede volver atrás. Necesitamos estar unidos más que nunca, pero debemos estar conscientes de que la revolución está viva en nosotros, como ahora lo está Chávez.
No es tiempo de ceder, no es tiempo de retroceder.
Patria o muerte
HASTA SIEMPRE COMANDANTE.
(Por: Edmundo Nogales)
Grande es la tristeza del pueblo
Cuando cae el comandante,
Se siente el trago amargo
Y el dolor en el pecho.
Hoy se fue, la fría muerte se lo llevó
Y mientras se anuncia su partida
El pueblo llora la despedida.
La luz parece haberse apagado
Pero el nunca morirá
En el corazón del pueblo
Por siempre vivirá.
Su lucha queda, es la lucha del pueblo
Y levantamos las banderas, y avivamos la voz
Para que sepa el enemigo,
Que nunca dejaremos la lucha,
La lucha por la revolución.
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