Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por Arturo D. Villanueva I. (*)
De los actos de conmemoración de 30 años de democracia, resaltó aquel
sucedido en el auditorio del Banco Central de Bolivia, donde el Presidente Evo
Morales, propuso efectuar un segundo Encuentro Plurinacional; esta vez con el
objeto de “profundizar la participación social y la democracia”. Recuérdese que
a inicios del presente año, en la ciudad de Cochabamba, ya se había realizado
el Primer Encuentro Plurinacional que tuvo por objetivo “profundizar el
cambio”, en respuesta a la demanda social que reclamaba su reconducción y
teniendo como telón de fondo el conflicto del TIPNIS y diverso tipo de
movilizaciones que cuestionaban el accionar del gobierno sobre el tema.
Resultado de ese primer encuentro para “profundizar el proceso”, se
elaboró un listado de 500 demandas y 70 proyectos de ley que aún se encuentran
en agenda, aunque a pesar del esfuerzo invertido, no se percibe que el objetivo
haya sido cumplido en concordancia a los términos del debate desatado en esa
coyuntura y las expectativas populares.
En esta ocasión (la conmemoración de 30 años de democracia), y siguiendo
esa lógica gubernamental tan corriente de identificar culpables y enemigos para
explicar lo que sucede en la realidad, el Presidente Evo Morales, al mismo
tiempo de acusar (no sin razón) a los EE.UU. de ser el promotor de los golpes
contra la democracia en el Continente, también señaló que algunos sectores
sociales exageran y se aprovechan del sistema, al utilizar los instrumentos de
la lucha social para fines sectoriales. Por tanto, ello explicaría muy
claramente la enorme conflictividad social, los enfrentamientos y las
movilizaciones sociales que han implicado muchísimo esfuerzo y desgaste tanto
para las organizaciones sociales, como para la propia gestión gubernamental.
Es decir, podría pensarse que el Presidente del Estado Plurinacional ha
visto la oportunidad para canalizar constructiva y propositivamente esa enorme
energía popular que aún se percibe en el pueblo, para volcarla en la
realización del Segundo Encuentro Plurinacional. De esa forma, previniendo y
anticipando el surgimiento de nuevas movilizaciones y conflictos, se podría
facilitar la formulación y entrega de 3 demandas priorizadas en los diversos
estamentos y sectores sociales, de modo que puedan ser atendidas en los diversos
niveles de gobierno. Es claro que se trata de una forma muy inteligente para
contribuir a profundizar la democracia y la participación social, amén de
anticiparse a los conflictos.
La pregunta es: qué está faltando y cuál es la debilidad de esta iniciativa(¿).
Al respecto, quisiera recordar aquella sentencia que señala que: “los procesos
revolucionarios que no avanzan, se estancan o retroceden”. Podría pensarse que
habida cuenta de lo señalado anteriormente y siendo que la idea del Presidente
Evo Morales ciertamente contribuirá a profundizar (avanzar) la democracia y la
participación social, la afirmación no tiene asidero, es una exageración, o
está fuera de lugar. Sin embargo, lo que sí podría ser discutible es que,
quizás, dicha iniciativa no sea suficiente o, aún más, puede ser
contraproducente. Veamos.
La propuesta del Presidente no tiene la virtud de unir, sino de separar
(que no es lo mismo que dividir, pero que podría derivar en ello), porque
invita a desarrollar procesos independientes a cada uno de los sectores y
organizaciones sociales, para la construcción de agendas propias de cada
sector. No aporta con un objetivo y una consigna común de movilización.
Ahora bien, tomando en cuenta ello y paralelamente a la realización del
Segundo Encuentro Plurinacional, ¿cuáles serían las virtudes de plantear un
objetivo común y una tarea de carácter nacional?
Primero, que contribuiría a otorgar un sentimiento y una conciencia
conjunta a las clases y sectores populares, lo que les otorgaría la fuerza y el
impulso necesario para profundizar los cambios y transformaciones, y emprender
tareas de mayor envergadura que las meramente sectoriales. De esa forma, no
solo se favorecerían condiciones para avanzar en el proceso de cambio, sino que
al contar y compartir un mismo objetivo, las clases populares se unirían y
movilizarían aliadas. En otras palabras, cuando los procesos revolucionarios o
sus dirigentes dejan pasar la oportunidad, o lo que es peor, alientan el
faccionalismo de las clases para promover o consentir que los sectores sociales
actúen por su cuenta, con liderazgos e intereses corporativos y egoístas que
pugnan únicamente por resolver sus problemas más inmediatos y sectoriales;
entonces no solo se pierde la ocasión de profundizar las transformaciones, sino
que se convierten en artífices de la división, el conflicto, el enfrentamiento
y la confrontación por intereses mezquinos y excluyentes. Aunque evidentemente
no se puede negar la justeza de sus demandas, resulta claro que se ha perdido
el horizonte de transformaciones mayores, para reducir el proceso a un
escenario de apaga incendios de conflictos y demandas que, dependiendo de su
violencia y radicalidad, inclusive pueden poner en jaque la gobernabilidad y la
estabilidad democrática.
Segundo (y aquí se precisa la tarea nacional a emprenderse), al encarar
de manera simultánea la resolución de las contradicciones internas y las tareas
de descolonización y liberación nacional, no solo se evita el riesgo de que las
(nuevas) clases dominantes tiendan a realizarse plenamente y organizar la
sociedad de acuerdo a sus intereses y, por tanto, mantener la condición
dependiente y semicolonial del país frente al imperialismo y los intereses
transnacionales; sino que se contribuye a establecer condiciones para que los sectores
populares y las organizaciones revolucionarias avancen más allá, hacia el
cumplimiento de la liberación nacional y el establecimiento de una sociedad
socialista. Por esta razón se dice que los países dependientes y semicoloniales
para liberarse deben cumplir simultáneamente la tarea de vencer y superar el
dominio burgués nacional, y al mismo tiempo encarar la lucha por la liberación
nacional contra el imperialismo y la descolonización. Al asumir en carne propia
la explotación, el dominio y el sometimiento que ejerce el imperialismo y los
intereses transnacionales, los sectores populares tienden a aliarse y emprender
una lucha conjunta; de esa manera no solo se evita el riesgo del faccionalismo,
la división y la lucha corporativista sectorial, sino que se aporta una
condición cualitativamente superior al proceso y las demandas sociales.
Por estas razones, puede afirmarse que la necesidad de profundizar la
democracia y la participación social es una tarea importante, pero será inútil
e insuficiente si paralelamente no se aborda la lucha por la liberación
nacional con base en los principios del Vivir Bien, que constituye al paradigma
alternativo al capitalismo y el neoliberalismo.
(*) Sociólogo, boliviano. Cochabamba- Bolivia; Octubre 11 de 2012.
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