Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por Lucía
Sauma
En Grecia las autoridades han decidido que los alimentos con
fecha vencida están autorizados para la venta. Se ha tomado esta medida debido
al alza desbordada de los precios. Ya no interesa si es bueno para la salud o
no. En la cúspide de la especulación no hay posibilidad, ni interés, por
controlar los precios. En otras circunstancias diríamos que es un acto inmoral,
pero a quién le importa hablar de moral cuando lo único que interesa es salvar
el sistema financiero a cualquier costo.
Según estimaciones, los especuladores controlan más del 60%
de los mercados de alimentos, comparado con el 12% del mercado en 1996. Esto
significa que poco interesa salvar a las 1.000 millones de personas que,
según el Fondo para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas
(FAO), están desnutridas. Los especuladores han puesto sus ojos y sus garras en
la comida.
El Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas
Alimentarias, en su publicación Índice Global del Hambre, 2012, dio a conocer
que contadas multinacionales controlan el negocio del acopio y el
transporte mundial de alimentos: Cargill, Dreyfus, AMD, Bunge. Otras pocas
entidades financieras manejan su comercio: Goldman Sachs, Morgan Stanley,
Barclays, Citibank, Deutsche Bank, HSBC y JP Morgan. Estos bancos de inversión
han sido los causantes de la crisis financiera que se desató en Estados Unidos
en 2008, con la caída de Lehman Brothers y que continúa ahora con la crisis de
la Unión Europea.
“Hoy en día hay alimentos suficientes, para que, si fuéramos
capaces de organizarnos, nadie pasara hambre”, es la afirmación del responsable
del Derecho a la Alimentación de la FAO, Juan García Cebolla, para quien el
hambre es un “problema político, no un problema de recursos”. En mayo de 2011,
la FAO denunciaba que cerca del 30% del total de la producción mundial de
alimentos era arrojada a la basura como desperdicio por las sociedades
“hipersatisfechas”. Entonces, el hambre no es fruto de la falta de alimentos,
sino de la vergonzosa especulación y distribución de la comida mundial.
Sesenta y ocho años después de la declaración de la
alimentación como un derecho humano fundamental, una de cada ocho personas
tiene hambre y no puede satisfacerla; se insiste en crear políticas de
incentivo a los agrocombustibles que están generando competencia con la
alimentación humana. La tierra, el agua y la alimentación están controladas por
traficantes de la sed y el hambre.
Urge revertir las prioridades: regularizar y castigar a los
especuladores y traficantes del hambre. No se puede seguir salvando el sistema
financiero imperante en el mundo a costa de la vida de las personas. No se
puede dejar en manos de los especuladores los estómagos de la humanidad.
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