Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Alejandro Zárate Bladés
Se materializó en la región más transparente
del aire y su verbo fue límpido y universal como el tiempo que todo lo vence.
Su zona sagrada fue la invención, el diálogo con la cultura de todas las
tierras y edades. Así, la voluntad y la fortuna fueron las dos fuerzas
que le permitieron, a un tiempo, la constancia y el cambio de piel
necesarios para celebrar la tradición y aspirar a una palabra nunca antes
pronunciada en las ceremonias del alba. Reveló el espejo enterrado
de nuestros orígenes, de nuestras tensiones, de nuestras incombustibles
utopías. Y lo hizo con la consciencia del poder de la imaginación sobre la
historia, de la necesidad de cruzar la frontera de cristal entre esta terra
nostra, dolorida y traicionada, y esevaliente mundo nuevo, deseado e
incesante. Atravesó las buenas conciencias multiplicadas en la cabeza
de la hidra, como quien retorna de los reinos originarios portando,
en inquieta compañía, el agua quemada de lo perdido y aún
posible.
Porque sabía que el tuerto es rey y los viles
se disputan su librea, fustigó con la pasión de la razón la oscuridad del
olvido, la alevosía del desencuentro, la voracidad de lo inmediato. Comprendió
que la grandeza de los ocasionales ocupantes de la silla del águila, no
dimana del protocolo anquilosado de su corte, ni de la brutalidad de su lejanía
con lo cotidiano, ni menos aún, del soberbio poder de fuego de sus huestes;
sino más bien, de la extraña humildad necesaria para contemplar orquídeas a
la luz de la luna y trascender y sublimar los días enmascarados del
dolor y la derrota. En una era de penumbras normalizadas, dondetodos los
gatos son pardos, se distinguió sin aspavientos al proclamar en esto
creo, para mostrarnos tercamente la posibilidad real del territorio común
que compartimos, con aquel hidalgo manchego y con todas las familias felices
de su progenie tenaz y nutricia. Al ubicarse contra Bush o contra
cualquier gringo viejo y tiránico, renovó naturalmente la ciudadanía
irrenunciable del artista, la educación sentimental de un hombre que sea,
verdaderamente, de su tiempo. Dos educaciones pacientes como el
naranjo en dar sus frutos, que componen unacasa con dos puertas que
permita circular las enseñanzas del pasado tanto como las esperanzas del
futuro.
La muerte de Artemio Cruz,
perdón…, de Carlos Fuentes, no es sino el final de la campaña sin
cuartel, que este hombre desplegó tan sólo armado con su pluma. Épica ética de
un heroísmo cada vez más inusual y necesario. Me regocija pensar que ahora sí, los
cinco soles de México se completan en un más allá, íntimo y cordial, cual
tertulia rumorosa entre Sor Juana Inés de la Cruz, Alfonso Reyes, Juan Rulfo,
Octavio Paz y él. Retratos en el tiempo que, como una familia lejana,
nos envían de tanto en tanto mensajes para vivir, para creer, para luchar en y
desde el poder transformador de la imaginación y la memoria. Regalos
perdurables para el cumpleaños de un Cristóbal Nonato
latinoamericano, que se busca aun, cual un Adán en Edén, entre el
dragón y el unicornio, en este tiempo propicio e inclemente como cantar
de ciegos.
La geografía de la novela,
de la nueva novela hispanoamericana, dibuja una ciudad, un país, un
continente, un planeta con la forma de su caligrafía. Y el aura de su
palabra pervivirá, ya por siempre, y por derecho propio, en la gran novela
latinoamericana.
* Las palabras en cursiva remiten a libros de Carlos
Fuentes. El título se toma de su novela “Los años con Laura Díaz”.
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