Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por Antonio Peredo Leigue
Mayo 9, 2012
Lunes 7
y martes 8 de mayo, las ciudades de La Paz y El Alto, sufrieron la prepotencia
de los transportistas que exigen aumento en sus tarifas, estudio de nuevas
rebajas en la importación de repuestos y supresión del reglamento municipal
para el mejoramiento de la circulación vehicular. El apoyo de sus pares en el
resto del país no tuvo la agresividad que sufrieron estas dos ciudades.
En un
clima de reclamo al gobierno desde todos los sectores, era previsible un paro
de este gremio que está insistiendo en mejoras de todo tipo. Pero los salarios
de los funcionarios públicos están congelados. Rechazan la ley municipal;
seguramente, una explicación por parte de ellos, haría entender sus razones. No
fue el camino que eligieron, prefirieron el abuso contra toda la población.
No
solamente que dejaron de circular los vehículos del servicio público, sino que
impidieron el tránsito de los carros particulares. Públicamente advirtieron que
cualquier particular que se prestase a llevar a otras personas, sufriría las
consecuencias. Incluso llegaron al extremo de impedir que las ambulancias
trasladen pacientes a los hospitales. Las avenidas, las calles que desembocan
en éstas y los pasajes, quedaron bloqueados por buses y minibuses. Una
motocicleta transitando, debía hacerlo con cuidado y como si estuviese de
paseo. Fue, en toda su extensión, un paro represivo contra la población.
La
controversia no va por lo injusto de su reclamo, sino por la saña que mostraron
a lo largo de 48 horas. Argumentarán, seguramente, que un reclamo con paro y
otras medidas de protesta, no han dado resultado en el pasado; que debían
hacerlo de una manera contundente para que las autoridades reaccionen. Igual que
los maestros cuando perjudican a sus alumnos. Lo mismo que los médicos que
dejan de atender a sus pacientes. En ninguno de estos casos han logrado más de
lo que podían haber acordado en la mesa de diálogo. Pero el horno no está para
bollos, dice el refrán español; es decir, los tiempos que vivimos no son para
conversaciones, sino para confrontaciones. El vicepresidente García Linera ha
dicho que el gobierno sabe manejar esta situación de conflicto; no hay que
dudar de su palabra. El caso es que, sepan o no sepan manejarlo, la molestia y
tiempo gastado, la intranquilidad acumulada y el stress que se hace evidente
día a día, son el alimento diario de las ciudadanas y los ciudadanos. No es un
mano a mano entre el gobierno y los reclamantes, es algo más que eso y no
parece que estuviesen manejándolo.
El mismo
caso de los transportistas. La cuestión es entre éstos y las alcaldías de
nuestras dos ciudades. Pero las escenas de policías, en uniforme de rutina, sin
casco ni escudo, sin porra ni gases, circulando entre los buses que bloqueaban
las calles, dejaban la sensación de que el gobierno daba vía libre a los
transportistas. Los colegios han paralizado actividades durante toda la semana
porque, después de los dos días de que se apropiaron los transportistas, la huelga
de tres días de la COB completa la semana. Si el gobierno determinó esa
suspensión, no podrá alargar después el calendario escolar.
El
Ministro de Gobierno no tuvo éxito en una reunión que preparó para la tarde de
este martes, a la que el alcalde se comprometió asistir y en ese punto está
trabado el diálogo entre ambas partes. Posiblemente se mantenga así hasta que
encuentren un mediador validado por los dos. Peor aún, si uno de los
confrontados sostiene que se trata de un tema bilateral, se estanquen allí las
posibilidades de conversación y, en consecuencia, de solución. Se parece en
mucho a un tema internacional que nos oprime desde hace más de un siglo.
Las
cuentas no siempre dan buen resultado. Pero, en este caso, la comparación es
simple. Los salarios se mantienen bajos. Bajos también tratan de mantenerse los
precios de los alimentos. Hace algo más de un año se promulgó un decreto que
aumentó el precio de la gasolina; la protesta popular hizo que el gobierno
retrocediera en su intento, pero los transportistas consolidaron sus tarifas.
Además, comenzaron a practicar el pago por tramos y el público ha aceptado sin
protestar. No parece posible que siga estirándose la cuerda.
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