Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Sobre aves, abejas y la
economía verde
Por: Nele Marien *
En la
economía verde, todo se centra en poner un precio y vender los “servicios
ecosistémicos”. Todo lo que hace la Naturaleza para la humanidad tiene un
beneficio, y debe tener un precio con el fin de ser protegidos. En el caso de
las aves y las abejas: las aves se alimentan principalmente de insectos, sin
ellos el mundo se vería afectada por tantos insectos que no podríamos vivir
tranquilamente. De hecho, las aves tienen muchas funciones: como ser
depredadores, polinizadores, dispersores de semillas, etc.
Las abejas son aún más importantes: aseguran la
polinización de por lo menos un tercio de toda la producción mundial de
alimentos. Sin abejas, no hay polinización, y no hay comida. Por lo tanto, la
humanidad tiene que estar muy agradecida a las aves y abejas. Sin embargo,
según los promotores de economía verde, este agradecimiento debe ser expresado
en términos monetarios. Porque, según ellos, la única manera de proteger a
estos servicios ecosistémicos es asegurando que protegiéndolos se lucra, y que
su deterioro implica pérdidas.
El valor monetario de la polinización de las abejas
fue estimado por el estudio TEEB a 190 millones de dólares americanos por año.
Un montón de dinero. Esto nos plantea algunas preguntas: 1) ¿Quién paga por
esto? 2) ¿Quién recibe el dinero? 3) ¿Y cómo este dinero asegura la protección
de la población de abejas?
Queda claro que es la agricultura y en particular, la
agricultura industrializada, que tiene la necesidad de los servicios de
polinización de las abejas, y están dispuestos a pagar por esto. Los
apicultores son los quienes reciben el pago por esto, y se están convirtiendo
en una especie de una industria: productores de las colonias de abejas para su
contratación a empresas agrícolas en el período de polinización. Y esto se llama
pago por servicios ambientales.
De hecho, el valor de la polinización se estima por el
valor de los productos agrícolas que crecen gracias a la polinización. Pero,
como dijo Einstein: sin las abejas, la humanidad tiene sólo cuatro años por
delante. Pongámoslo de esta manera: ¿cuánto valdría el trabajo de la abeja en
el momento de su exterminación? La respuesta es: el trabajo de las abejas no
tiene precio, no habría vida humana, ni mucho menos una economía, sin las
abejas.
Pero, ¿cómo este pago protege a la población de
abejas? ¡De ninguna manera! De hecho, la población de abejas está disminuyendo
rápidamente, debido al fenómeno del colapso de colonias (Colony Collapse
Disorder): las colmenas simplemente desaparecen. En muchos lugares con tasas de
hasta el 50% de las colonias de abejas por año. Esto afecta sobre todo a la
abeja europea. Pero, es precisamente esta abeja que desplazó a las especies
nativas de todo el mundo con el fin de atender las necesidades agrícolas.
La cosa es que nadie sabe realmente por qué sucede
este fenómeno. Puede ser por (ciertos) pesticidas. Puede ser un virus que
afecta a las abejas. Puede ser la radiación de teléfonos celulares o cultivos
modificados genéticamente con características de control de plagas.
Probablemente no es una suposición muy descabellada si se afirma que los
patrones de vida insostenibles de la humanidad tiene algo que ver con esto.
Cualquiera que sea la razón, queda absolutamente claro
que el pago por servicios ambientales no resolverá el problema. El dinero no
puede resolver un problema cuyas causas no se comprenden. Sin embargo, la
polinización de abejas se muestra como el ejemplo clásico de pago por servicios
ambientales, es decir, de la economía verde.
También las aves sufren una mortalidad masiva inexplicable.
¿La economía verde proporciona algún esquema que protege la vida de las aves?
No. Hasta la fecha, parece que ni siquiera nadie definió el valor monetario de
los servicios de los ecosistemas de las aves. Si incluso una categoría tan
obvia de los servicios de los ecosistemas de las aves no fue contabilizada,
entonces ¿qué pasa con los miles y miles de otros ‘servicios ecosistémicos’?
Por mucho que la “ciencia” puede estudiarlos, siempre habrá “funciones de la
naturaleza”que no se tienen en cuenta. Y tarde o temprano, estas ‘funciones’
van a demostrar ser fundamentales. No puede ser diferente, ya que todos los
seres (vivos) de la Madre Tierra son interdependientes.
Y esto es precisamente una de las razones que
demuestra con más claridad porqué la economía verde no puede funcionar nunca:
es por definición imposible estudiar e incorporar todos los servicios
ecosistémicos en la economía. Es por definición, imposible desglosar la
naturaleza en todos sus diferentes ‘servicios’. La única manera de ayudar a la naturaleza,
es protegerla de manera integral.
Así que urgentemente nos debemos olvidar de la
distracción masiva que es la economía verde, y asegurarnos que los científicos
dediquen sus investigaciones a la forma de proteger la naturaleza, más que en
cómo medirla. Asegurar que los economistas gasten su dinero en la protección de
la naturaleza en lugar de “invertir” para lucrar con ella. Asegurarnos que
todos nosotros, comencemos a respetar las leyes intrínsecas de la Naturaleza en
lugar de esperar que la naturaleza nos sirva. Que todos respetemos los Derechos
de la Madre Tierra, y adaptemos nuestros patrones de vida a las necesidades de
la naturaleza.
*
Polítologa, analista de políticas medioambientales y agrarias.
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