Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
VENEZUELA, BRASIL, PERÚ, NICARAGUA, ECUADOR Y BOLIVIA CUESTIONAN EL ACCIONAR DEL ORGANISMO DE LA OEA
Gobiernos latinoamericanos ponen a la CIDH bajo la
lupa
Por:
Odalys Troya Flores *
El reciente anuncio del presidente de
Venezuela Hugo Chávez sobre la salida de su país de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) es parte de una larga cadena de inconformidades con
este apéndice de la Organización de Estados Latinoamericanos (OEA).
El pasado 30 de abril, el gobernante
venezolano se pronunció a favor de que el Consejo de Estado realice un “estudio
acelerado” y formule una “recomendación al jefe de Estado para retirarnos de
inmediato de la tristemente célebre Comisión Interamericana de Derechos
Humanos”. “¡Ya basta! ¿Hasta cuándo nosotros vamos a estar con esta espada de
Damocles? La CIDH es un mecanismo que usa Estados Unidos contra nosotros. Hace
ya rato que hemos debido retirarnos”,remarcó Chávez.
Su ministro de Exteriores Nicolás Maduro
considera que la CIDH solo obedece a los intereses de la “mafia internacional”
que representa Estados Unidos en la región y que existen “demasiados elementos”
que acreditan su“decadencia moral y jurídica”. Explicó que desde 1959, cuando
se fundó, hasta el año 2000, la CIDH solamente admitió cinco casos por
violaciones de Derechos Humanos en Venezuela, a pesar de las “abundantes”
denuncias sobre desapariciones forzosas durante gobiernos anteriores.
Sin embargo, en los últimos 12 años,
desde que Chávez asumió la dirección del país, el ente ha admitido 36 denuncias
contra el Gobierno de Venezuela por violaciones de Derechos Humanos,“sin ningún
tipo de argumento, ni sustento jurídico”, detalló el canciller.
Maduro aseguró que Venezuela“tiene
suficientes principios morales para defender su soberanía e independencia,
frente a un organismo convertido en un tribunal supranacional, que suplantando
funciones, quiere decirles a los tribunales venezolanos lo que tienen que
hacer. Eso no lo permitiremos”.
La Comisión, aunque realiza su trabajo
con base en tres pilares: el Sistema de Petición Individual; el monitoreo de la
situación de los derechos humanos en los Estados Miembros, y la atención a
líneas temáticas prioritarias, en realidad sólo defiende los derechos del
capital, en opinión del escritor venezolano Luis Britto García.
Para el intelectual, la CIDH “nunca se
pronunció contra la dictadura de los Somoza, pero sí condenó a la Revolución
Sandinista. Cuando el presidente Chávez fue secuestrado por golpistas
fascistas, la Comisión no movió un dedo para expedir una medida cautelar a su
favor, a pesar de que se lo exigió la organización colombiana Minga.
Añade que nada hizo cuando el ex
presidente de Honduras Manuel Zelaya fue secuestrado, ni tampoco movió un dedo
cuando el presidente Correa fue secuestrado y tiroteado por golpistas. A pesar
de esa tendencia, cuando Correa ganó legítimamente una demanda contra
monopolios comunicacionales que lo calumniaron, allí sí salió la Comisión a
pedir que los perdonara, enfatizó Britto.
Si los derechos humanos son violados por
“un empresario, un terrateniente, un banquero o una transnacional, se cruzan de
brazos. Tampoco se ocupan del derecho al trabajo, a la tierra, al agua, a la
educación, a la salud, a la seguridad social, a la cultura, a todo lo que hace
la vida digna y posible”, subrayó Britto al referirse a la actuación de la
CIDH.
La CIDH, aseveró el ministro Maduro, “se
ha convertido en un tribunal supranacional, que suplantando funciones, quiere
decirles a los tribunales venezolanos lo que tienen que hacer”. También
consideró que el órgano de la OEA, encargado de la promoción y protección de
los derechos humanos en el continente americano, tiene una“doble moral”, porque
Estados Unidos y Canadá no lo han reconocido al argumentar que supondría una
violación de su soberanía.
Washington y Otawa, pese a que no están
suscritos al acuerdo de San José, que reconoce la competencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos para juzgar los casos denunciados por la
entidad, son dos de sus mayores financistas.
Sólo en 2010, Estados Unidos donó 400
mil dólares a la CIDH y Canadá contribuyó con 748.600, del total de los cerca
de cuatro millones que recibió provenientes de varios estados miembros o de
observadores permanentes y también de la Unión Europea. Lo cierto es que este
órgano principal y autónomo de la OEA, integrado por siete miembros
independientes que se desempeñan en forma personal y tienen su sede en
Washington, D.C, ha estado en tela de juicio en numerosas ocasiones.
Críticas a la CIDH
La propuesta de Hugo Chávez, aprobada
por la Asamblea Nacional con 91 votos a favor y 21 en contra, generó una amplia
sucesión de opiniones divergentes sobre el órgano regional, del que se asegura
está en decadencia. Venezuela se liberará de otro instrumento que obedece a la
dictadura imperial del mundo, al salir de la CIDH, afirmó hoy Roy Chaderton,
embajador de este país ante la OEA. En respuesta al secretario general de la
OEA, José Miguel Insulza, quien manifestó ante medios internacionales que no
existe un mecanismo establecido para retirarse de la CIDH, el diplomático
venezolano reiteró que el gobierno no desistirá de esa decisión.
Además de Venezuela, Brasil, Perú,
Nicaragua, Ecuador o Bolivia, entre otros países, han cuestionado el accionar
de la CIDH en diversos casos. El presidente de Nicaragua Daniel Ortega la acusó
de ser una entidad politizada bajo la influencia de Estados Unidos, en el caso
de una demanda de Managua por la falta de derechos humanos y derechos de los
nicaragüenses que trabajan en Costa Rica, en 2006. Ortega aseguró que la CIDH
favoreció a la vecina nación, en su opinión bajo “la influencia del Gobierno
estadounidense”.
También, y más recientemente, el
presidente ecuatoriano Rafael Correa propuso reformar la CIDH, a la que acusó
de introducirse en asuntos internos de su país. “¡Se acabó la fiesta, hemos
dejado mucho tiempo que una burocracia domine, someta a Estados soberanos, a
gobiernos democráticos! ¡Basta, no lo seguiremos permitiendo!”, dijo Correa.
El mandatario ratificó sus críticas
contra el órgano por haber otorgado medidas cautelares para que fuera
suspendida la sentencia contra tres directivos y un ex editor del diario El
Universo, a los que demandó por injuria. La CIDH “destrozó su propio reglamento”
al conceder las medidas aun cuando el fallo no estaba en firme, al no haberse
agotado los recursos procesales, señaló Correa, al tiempo que propuso que la
CIDH “sea básicamente un sistema latinoamericano”.
Su ministro de Exteriores Ricardo Patiño
denunció ante el Consejo Permanente de la OEA que la CIDH se extralimitó en el
caso de El Universo y le acusó de haber violado la Convención Americana.
Calificó a la CIDH de “ente inquisidor contra los Estados” y pidió que en la
reunión de cancilleres del organismo en junio próximo en Bolivia se discuta una
reforma del estatuto de la CIDH.
En la recién concluida reunión de
ministros de Defensa, Interior, Justicia y cancilleres de la Unión de Naciones
Suramericanas (Unasur), en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, Ecuador
y Venezuela coincidieron en la urgencia de crear una nueva instancia de
derechos humanos, independiente de la CIDH.
El ministro ecuatoriano de Defensa
Miguel Carvajal subrayó que su país ha planteado la necesidad de que en los
temas de la región se desarrollen instituciones específicas dentro de la
Unasur. La propuesta de Quito, según explicó, se basa en la multiplicidad de
ocasiones en las que los organismos internacionales de derechos humanos han
abusado de la confrontación política interna. Por ello, dijo, lo que se
pretende con una nueva instancia es proteger y profundizar los derechos
sociales, humanos y políticos de una región que busca más democracia, equidad y
desarrollo sustentable y se perfila con una proyección interesante.
Por su parte, el canciller venezolano se
expresó en similares términos al llamar a los países de la región a crear una
nueva institución de derechos humanos, independiente de la OEA. Maduro invitó a
que la Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac)
construyan sus propias instancias “para garantizar, velar, vigilar los derechos
humanos desde nuestra experiencia, no desde la de una burocracia internacional
controlada desde Washington”.
Además, el ministro de Interior y
Policía de República Dominicana José Ramón Fadul rechazó una sentencia de la
CIDH porque, en su opinión, busca hacerle daño a la inversión extranjera en el
país. El funcionario vinculó el fallo que culpa al Estado dominicano de la
desaparición del profesor universitario Narciso González y de no haber hallado
a los responsables del secuestro del catedrático, a sectores empresariales que
compiten con su país en la región.
La fiscal del Distrito Nacional Yeni
Berenice Reynoso calificó la condena de la CIDH de vergüenza para el país
porque el Estado no ha hallado ni sometido a la justicia a los responsables de
aquel hecho. Narcisazo, como le decían amigos y alumnos, era un profesor
universitario de 52 años, columnista que criticó fuertemente al gobierno de
Joaquín Balaguer y denunció el fraude electoral de 1994.
Lo último que se supo del catedrático
fue su salida de la casa escoltado por policías que luego no supieron explicar
cómo había desaparecido. La fiscal Reynoso sostuvo que las autoridades
dominicanas debieron profundizar más las investigaciones en torno al caso.
El dictamen de la CIDH también ordena a
las autoridades establecer el paradero y perseguir a los responsables, así como
pagar una indemnización a la familia del profesor y a dos organizaciones
civiles, por el monto de 275.419 dólares. La CIDH conmina al Estado a
establecer la verdad de los hechos que condujeron a la desaparición forzada del
profesor. Entre otros aspectos del dictamen se exhorta al Estado dominicano a
convocar un acto público de reconocimiento de su responsabilidad internacional,
y hacer referencia a las violaciones de derechos humanos que concurrieron en el
caso.
* Jefa
de la Redacción de América del Sur de Prensa Latina.
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