Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por Juan Nicastro desde Buenos Aires, Argentina
Los movimientos sociales festejan lo que consideran
un “logro histórico”: la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) aceptó comenzar a debatir sobre “soberanía”
alimentaria, como superación de la“seguridad” alimentaria que domina
actualmente su agenda. Ocurrió como resultado de la participación de los
movimientos sociales en la 32ª Conferencia Regional de la FAO para América
Latina y el Caribe, celebrada en Buenos Aires el pasado marzo.
Movimientos de todo el mundo habían presentado una
declaración consensuada días antes reivindicando la soberanía alimentaria como
verdadera solución a las crisis de alimentos, climática y de derechos humanos
fundamentales que afectan a la región y al mundo. Según sus estatutos, la FAO es
un foro neutral donde todas las naciones se reúnen como iguales para negociar
acuerdos y debatir políticas.
La declaración presentada por los movimientos fue
fruto de los cuatro días de trabajo en que sesionó en Buenos Aires del 22 al 25
de marzo la III Conferencia Especial para la Soberanía Alimentaria. Las
organizaciones se habían planteado la necesidad de ampliar y relanzar la
campaña por la discusión e implementación de la soberanía alimentaria, lo cual
hicieron saber en una moción especial ante los representantes oficiales de la
reunión de la FAO y fueron aceptados como representación de la sociedad civil
en las sesiones.
Los movimientos demandaron“garantizar la inclusión
de la posición de la sociedad civil en las consultas multisectoriales,
especialmente sobre un marco estratégico mundial que incluya a la soberanía
alimentaria como la reivindicación más importante de los movimientos sociales y
principio rector de dicho marco”.
Hasta ahora, la FAO daba lugar a la búsqueda de la
“seguridad alimentaria”, consistente en acciones para generar alimentos
suficientes para todo el planeta, pero sin tocar la cuestión de quiénes y cómo
se producen. Para los movimientos, esa definición es insuficiente y deja libre
el camino al negocio agroexportador. Ya en 1996, el movimiento internacional
Vía Campesina declaró que “la soberanía alimentaria es una condición previa y
necesaria para la seguridad alimentaria genuina”.
“La soberanía alimentaria es el derecho de los
pueblos a controlar sus propias semillas, tierras, agua y la producción de
alimentos, garantizando, a través de una producción local, autónoma
(participativa, comunitaria y compartida) y culturalmente apropiada, en armonía
y complementación con la Madre Tierra, el acceso de los pueblos a alimentos
suficientes, variados y nutritivos, profundizando la producción de cada nación
y pueblo”, señalaron los movimientos sociales y demás colectivos y redes en la
declaración de la III Conferencia.
“La soberanía alimentaria es un principio, una
visión y un legado construido por los pueblos indígenas, campesinos,
agricultores familiares, pescadores artesanales, mujeres, afrodescendientes,
jóvenes y trabajadores rurales, que se ha convertido en una plataforma
aglutinadora de nuestras luchas y en una propuesta para la sociedad en su
conjunto”.
Terreno para el debate está allanado
Ante la decisión adoptada por la FAO, organizaciones
de todo el continente expresaron su satisfacción por haber logrado “perforar
las duras puertas conceptuales” de la FAO y colocar el concepto de soberanía
frente al hegemónico de seguridad alimentaria.
Carlos Vicente, representante de Grain, organización
internacional que apoya a campesinos y movimientos sociales, destacó que “los
espacios que ha ganado la sociedad civil de la mano de Vía Campesina en la
lucha por la soberanía alimentaria, han alcanzado durante esta conferencia
regional un punto que puede considerase de inflexión. Sin embargo, no hay que
perder de vista que la construcción de la soberanía alimentaria debe seguir en
las manos de los pueblos en sus luchas y procesos cotidianos”.
También consideró oportuno aclarar que “es
importante tener presente que el discurso dominante de la FAO sigue siendo el
de la seguridad alimentaria del mismo modo que el de los gobiernos a los que
representa. Que comience un debate profundo y esto se transforme en políticas
requerirá de un largo camino que no podrá estar aislado del necesario replanteo
del modelo capitalista de producción y de quitar de las manos del agronegocio
nuestros alimentos”.
El debate —simplificado en las palabras seguridad
versus soberanía, pero de profundas implicancias políticas y sociales— se venía
dando en encuentros regionales, hacia el interior de los movimientos o en los
medios de comunicación, pero ingresa ahora a los recintos internacionales, con
un escaño oficial para los movimientos. En el marco de la asamblea regional de
la FAO en Buenos Aires, el representante del Movimiento Nacional Campesino
Indígena de Argentina, Ángel Strapazzon, se dirigió a los representantes de los
Estados en nombre de los movimientos sociales, señalando que lo hacía “sin
temores, ni dogmatismos, ni autoritarismos, ni rigideces”.
“Como dicen los indígenas del desierto mexicano de
Sonora: con alerta y humildad les pedimos desde las organizaciones de pueblos
originarios, campesinos, pescadores artesanales, pastores nómadas del mundo,
debatamos la soberanía alimentaria”, dijo Strapazzon.
Argentina y la soja
Argentina y la soja
No es casualidad que estos planteamientos hayan
llegado a la FAO en Argentina, país cuyos cultivos de soja alcanzan los 20
millones de hectáreas, el 20% del área mundial, y donde son cada vez mayores
las reacciones contra esta leguminosa. Según el Plan Estratégico
Agroalimentario y Agroindustrial argentino, esa superficie crecería a 22
millones de hectáreas en el 2020, buscando superar 70 millones de toneladas de
soja cosechada. China está requiriendo actualmente cerca de 60 millones de
toneladas, y su demanda va en ascenso.
Según Alejandro Yaniello, de la patagónica
Asociación Ecologista Piuké y representante de la Red Nacional de Acción
Ecologista, “a nivel gubernamental Argentina habla de seguridad alimentaria
para no tener que hablar de soberanía. Nuestro país es escenario de las
decisiones de los mercados internacionales. Los monocultivos son para esa
demanda. Nosotros no estamos decidiendo sobre el uso de nuestro territorio; lo
deciden los mercados”.
Yaniello opinó que participar en espacios como la
FAO“en la práctica genera un importante aprendizaje y los movimientos crecen,
porque se tiene mucha más claridad del escenario, se obtiene más información
para continuar la lucha. Y esto forma parte de una estrategia mayor, de ocupar
más espacios”. —Noticias Aliadas
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