Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Rafael Puente
El viernes pasado era feriado,
probablemente el feriado más vacío del año, hasta el extremo de que mucha gente
prefirió trabajar, y, probablemente, no era poca la que ni siquiera sabía por
qué era feriado… Si no fuera por el interminable discurso del Presidente -que
parecía querer emular a Fidel Castro-, el 22 de enero habría pasado como un día
cualquiera. En cambio el 6 de agosto, aniversario de la fundación de la Bolivia
colonial, sí se celebra masivamente y el país se llena de fiestas cívicas y
actos patrióticos, incluidos los solemnes tedeums católicos -la Bolivia
colonial era (y sigue siendo) confesional-, ¿será que realmente alguien cree en
la Bolivia descolonizada y plurinacional (y además laica)? No lo parece.
Y si no, vean ustedes la reciente polémica sobre la Libreta Militar del Vicepresidente, una polémica encendida y agresiva entre opositores y gobernantes, en la que el diputado Rafael Quispe dice que lo importante no son las fechas de presentación de papeles, sino el hecho -según él lamentable- de que el Vicepresidente no haya hecho el Servicio Militar.
¡Y lo descalifica como mostrenco! Y nos encontramos con que semejante dirigente aymara llega a afirmar que el Servicio Militar es parte esencial de la identidad indígena (y, por supuesto, en eso coincide con el presidente Evo, que siempre se mostró orgulloso de haber hecho el Servicio Militar)…
¿Podemos encontrar en nuestra vida republicana algo más colonial que las Fuerzas Armadas (copiadas de España, de Alemania y de Estados Unidos)? ¿Y podría mencionar alguien un servicio público más colonial que el Servicio Militar? ¿No son las tres fuerzas armadas un paradigma del sistema de castas, en el que, por supuesto, la casta inferior es la del indígena = soldado raso?
¿Estamos realmente convencidos y convencidas de que a la hora de evaluar a un mandatario, juega un papel importante el que haya hecho o no el Servicio Militar (o que haya presentado los papeles correspondientes con cinco días de retraso)? Y esto se pone sobre el tapete justo cuando acabamos de celebrar siete años de la supuesta refundación de una Bolivia Plurinacional, vale decir descolonizada.
No nos puede extrañar entonces que el 22 de enero sea el feriado más vacío de nuestro calendario (más vacío incluso que el Corpus Christi, cuyo sentido nadie conoce). Y es que pareciera que vivimos -don Rafael Quispe incluido- ineludiblemente marcados por la mentalidad colonial, y a contrapelo de la nueva Constitución (que por lo demás no ha tocado a las Fuerzas Armadas y eso tampoco puede ser casualidad…).
Y si no, vean ustedes el espíritu individualista y competitivo de nuestro sistema educativo (ahora con un incentivo presidencial de mil bolivianos para "el mejor” y "la mejor” alumna del curso). Vean el desenfrenado desarrollismo que embarga a nuestras autoridades de todos los niveles, un desarrollismo ecocida que marca incluso a gran parte de nuestros pueblos indígenas (incluidos los compañeros de Mallkuqhota).
Vean la obsesión de los y las profesionales por obtener maestrías y doctorados (aunque sean truchos) y la satisfacción profunda de que a uno lo llamen "doctor”, o por lo menos "licenciado”; vean el olvido absoluto de la norma constitucional de que todo ciudadano (y ciudadana) debe ser atendido en las oficinas públicas en su propio idioma; y vean el Vivir Bien, reducido a un poema de la Cancillería…
Vistas así las cosas, resulta perfectamente comprensible que el 22 de enero no tengamos nada que celebrar, y es que el Estado Plurinacional se ha vuelto un sueño más lejano que la recuperación de la soberanía marítima.
Rafael Puente es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba.
Síguenos en Facebook: Escuela Nacional de Formacion Politica Y si no, vean ustedes la reciente polémica sobre la Libreta Militar del Vicepresidente, una polémica encendida y agresiva entre opositores y gobernantes, en la que el diputado Rafael Quispe dice que lo importante no son las fechas de presentación de papeles, sino el hecho -según él lamentable- de que el Vicepresidente no haya hecho el Servicio Militar.
¡Y lo descalifica como mostrenco! Y nos encontramos con que semejante dirigente aymara llega a afirmar que el Servicio Militar es parte esencial de la identidad indígena (y, por supuesto, en eso coincide con el presidente Evo, que siempre se mostró orgulloso de haber hecho el Servicio Militar)…
¿Podemos encontrar en nuestra vida republicana algo más colonial que las Fuerzas Armadas (copiadas de España, de Alemania y de Estados Unidos)? ¿Y podría mencionar alguien un servicio público más colonial que el Servicio Militar? ¿No son las tres fuerzas armadas un paradigma del sistema de castas, en el que, por supuesto, la casta inferior es la del indígena = soldado raso?
¿Estamos realmente convencidos y convencidas de que a la hora de evaluar a un mandatario, juega un papel importante el que haya hecho o no el Servicio Militar (o que haya presentado los papeles correspondientes con cinco días de retraso)? Y esto se pone sobre el tapete justo cuando acabamos de celebrar siete años de la supuesta refundación de una Bolivia Plurinacional, vale decir descolonizada.
No nos puede extrañar entonces que el 22 de enero sea el feriado más vacío de nuestro calendario (más vacío incluso que el Corpus Christi, cuyo sentido nadie conoce). Y es que pareciera que vivimos -don Rafael Quispe incluido- ineludiblemente marcados por la mentalidad colonial, y a contrapelo de la nueva Constitución (que por lo demás no ha tocado a las Fuerzas Armadas y eso tampoco puede ser casualidad…).
Y si no, vean ustedes el espíritu individualista y competitivo de nuestro sistema educativo (ahora con un incentivo presidencial de mil bolivianos para "el mejor” y "la mejor” alumna del curso). Vean el desenfrenado desarrollismo que embarga a nuestras autoridades de todos los niveles, un desarrollismo ecocida que marca incluso a gran parte de nuestros pueblos indígenas (incluidos los compañeros de Mallkuqhota).
Vean la obsesión de los y las profesionales por obtener maestrías y doctorados (aunque sean truchos) y la satisfacción profunda de que a uno lo llamen "doctor”, o por lo menos "licenciado”; vean el olvido absoluto de la norma constitucional de que todo ciudadano (y ciudadana) debe ser atendido en las oficinas públicas en su propio idioma; y vean el Vivir Bien, reducido a un poema de la Cancillería…
Vistas así las cosas, resulta perfectamente comprensible que el 22 de enero no tengamos nada que celebrar, y es que el Estado Plurinacional se ha vuelto un sueño más lejano que la recuperación de la soberanía marítima.
Rafael Puente es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba.
y Twitter: @escuelanfp
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