Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Rafael Puente
La reciente polémica entre el Órgano Ejecutivo y el Órgano Electoral resulta positiva en la medida en que nos muestra que este último poder del Estado parece haber recuperado su independencia —incluso se puede decir que la dignidad perdida— después de varios años de sometimiento deprimente de dicho poder al del Ejecutivo.
La primera grata sorpresa fue la censura a todos los y las vocales de Chuquisaca por la miserable trampa que organizaron en las elecciones sub-nacionales para hacer posible el triunfo del candidato del MAS (contra el candidato de la Federación Única de Campesinos). Muchas opiniones echaron en falta la correspondiente modificación de los resultados de dicha elección, pero probablemente eso ya no estaba en manos del actual órgano nacional.
En todo caso, la mencionada polémica de estos días nos muestra que efectivamente el poder electoral está a la altura de su responsabilidad. En primer lugar por la reglamentación para la campaña en torno al próximo referendo constitucional del 21 de febrero, la que llama la atención por dos normativas: una —de secundaria importancia— que limita a 15 minutos la duración máxima de la "entrega de obras”, para que no se convierta dicha ceremonia en un acto de campaña referendal. La segunda —de vital importancia—, la prohibición de utilizar la entrega de obras, ni siquiera durante esos 15 minutos, como pretexto para hacer campaña referendal, ya que eso constituiría una ventaja poco democrática para quienes en este momento ejercen el poder del Estado.
Efectivamente, ni la cantidad ni la calidad de las obras tienen que ver con la reforma propuesta del texto constitucional. Al respecto, recordemos dos ejemplos claros y recientes que nos muestran la necesidad y coherencia de dicha reglamentación: Por una parte, el Presidente, aprovechando una entrega de obras en Yacuiba, afirma que no le importa que el Órgano Electoral lo castigue (¿es ésa la línea de observación de las leyes y normas que un presidente debe transmitir a la población?). Por otra parte, el Vicepresidente, aprovechando una entrega de viviendas en Santa Cruz, amenaza con la desaparición del Bono Juancito Pinto si llega a ganar el No (¿es democrático y aleccionador ese tipo de chantaje a la población votante?). Actitudes que por lo demás resultan contraproducentes.
La verdad es que no cabía esperar menos de personas con la trayectoria de Katia Uriona y de Antonio Costas. Pero no deja de ser satisfactorio comprobar que esas expectativas se cumplen. Otra cosa es que vayan a tener la posibilidad real de imponerle una sanción nada menos que al Presidente del Estado —algo que nunca nadie hizo en nuestra historia—. Pero, en todo caso, es valiosa la serena firmeza que están mostrando, al igual que otros vocales como Dunia Sandóval.
Y es que su actitud no es sectaria, no se ponen agresivos contra el Gobierno y sus voceros —cosa que éstos sí hacen—, sino que se limitan a cumplir su responsabilidad, con argumentos objetivos y sin ponerse nerviosos/as.
Lamentablemente, no se puede decir lo mismo de los compañeros y compañeras del Gobierno Plurinacional, que sí se están poniendo nerviosos. Aquí otros dos ejemplos recientes: por una parte la Ministra de Comunicaciones acusa al Tribunal Electoral de "querer quedar bien con la oposición”, sin tener en cuenta que la reglamentación de la campaña vale igual para la oposición que para el Gobierno (¿o no entregan obras los gobernadores y alcaldes opositores? ¿O dicho Tribunal permite que éstos sí hagan campaña con pretexto de esas obras?).
Por otra parte el Ministro de Desarrollo Rural acusa al Órgano Electoral de tener "mentalidad europea” (dando a entender que la "mentalidad” de nuestro Gobierno plurinacional aprueba el incumplimiento de la ley y el abuso de las situaciones de poder…).
¿No creen ustedes, compañeros y compañeras del Gobierno, que con estos exabruptos dejan más bien malparada la posición gubernamental? ¿No habría más bien que imitar la serenidad y coherencia del Órgano Electoral Plurinacional?
El autor es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba
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