Para hablar de Carlos Nuñez del Prado

Por: María Fernanda Rada

Cuando falleció Antonio Peredo escribí un artículo en el que dije “La infinita dignidad de mi abuelo me permite perdonar a la prensa que retrató el dolor de la familia de la forma más irresponsable” Hoy por su misma enseñanza, me es imposible permanecer callada frente a los manoseos que la prensa boliviana hace con Carlos Núñez del Prado.

No es la primera vez que someten a Carlos a una carnicería de manipulación mediática. En cierta ocasión la prensa publicó un árbol genealógico asociando a Carlos como hijo de mi abuela María Martha González, cuando sólo tienen 12 años de diferencia de edad.

Sus datos son falsos, como sus acusaciones, hasta tocar el límite de la ridiculez. En cualquier país con prensa responsable ya estarían presos por difamación, aunque lamentablemente, Bolivia hoy no cuenta con las garantías de protección para las personas que son atacadas por los medios.

Hoy Antonio Peredo no puede defender a Carlos Núñez frente a la prensa, como ya lo hizo alguna vez. Y de esta nueva realidad, se han aprovechado muchísimos periodistas. Es por esta razón, que me tomo el derecho de indicar a la prensa los datos que deben saber para hablar públicamente de Carlos Núñez del Prado.

Para hablar de Carlos Núñez deben hablar de un militante que ingresó a temprana edad en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), ejército fundado por el Che Guevara y los hermanos Peredo el año 67.

El mismo ELN que defendió y acompañó con ideas y acciones la lucha por la libertad y soberanía del pueblo boliviano durante las décadas del terror dictatorial. Todavía recuerdo el momento en que Carlos me comentó la participación de los elenos acompañando a la huelga de hambre de las mujeres mineras que derrocaron a Banzer.

Para hablar sobre Carlos Núñez deben hablar de un revolucionario internacionalista que acompañó la revolución cubana y el proceso democrático de Allende en Chile. Carlos participó de la resistencia del pueblo chileno durante el violento ataque armado a la moneda el año 73 y es un sobreviviente a la dictadura de Pinochet.

Para hablar sobre Carlos Nuñez deben hablar sobre un hombre nuevo a quien las dictaduras y los gobiernos de derecha le negaron la libertad, por haber creído y luchado por ella. Porque cualquier persona cuerda, sabe que en esos tiempos y por dichas causas, estar en la cárcel, era un honor.

Para hablar sobre Carlos Nuñez deben referirse a un militante del proceso de cambio, al cual defendió cuando tuvo un cargo y cuando no. Y aún en las peores circunstancias, nos decía al igual que el abuelo Antonio, que sigamos luchando, que se hace camino al andar.

Para hablar sobre Carlos Núñez deben referirse a un hijo, hermano, padre, tío, abuelo y compañero ejemplar. Un hombre que defiende a los suyos, que se juega por la sociedad, por su familia, por sus compañeros y por la vida.

Cuando hablen sobre Carlos, recuerden que trabajó en la seguridad del estado y es uno de los que frenó a una célula separatista en Bolivia. Acción que no es negativa para los que creemos en la unidad del país y en el respeto a su institucionalidad democrática. Su accionar salvó a Bolivia de una guerra civil y salvó la vida de miles de bolivianos, incluso la de aquellos que hoy se animan a difamarlo.

Es por eso que el día de hoy, no podemos tolerar a quienes en estos días, lo tildan de “extorsionador” por un video de dudosa procedencia y legalidad. Según ejutv en ese video aparece Carlos, he visionado más de una vez el mismo y no lo he visto aparecer. Como estudiante de cine también sé que la adulteración audiovisual es tan sencilla de conseguir, como sencillo es para la derecha intentar destrozar la figura de Carlos Nuñez del Prado.

No logro entender todavía la miseria humana de aquellos periodistas que no piensan en la preocupación y dolor que los familiares y compañeros de Carlos, pasamos en este momento, en que él se encuentra en terapia intensiva. Pensamos que por su estado crítico de salud, serían menos miserables y un poco más humanos.

Un compañero en estos días me recordó que “cuando los miserables celebran lo mal que estás es porque muchas cosas bien has hecho”. Y es por eso que decidí escribir sobre algunas de las cosas que hizo Carlos y que hoy merecen ser recordadas.

No sé si la prensa algún día entenderá que el vínculo más grande para un revolucionario es el compañerismo. Antonio y Carlos son mi familia y los defenderé como el abuelo y tío-que la vida me ha regalado y- que me enseñaron de entrega, solidaridad y justicia.

Carlos nos enseñó a poner el pecho y dar la vida por los nuestros, nos enseñó a resistir y ser fuertes, a estar preparados para todo. Es por eso que hoy les decimos que sus artículos con mediocridad periodística sólo fortalecen, porque cuando ladran Sancho, es porque hemos avanzado.

A ustedes que celebran el malestar ajeno, les deseamos muchos años, para que vean y confirmen muchas veces que el legado de los elenos, no se va con Antonio, ni con la enfermedad de Carlos. La enseñanza de ellos sigue en muchos jóvenes que ellos han formado y que tenemos claro que el guevarismo en el continente, no tiene vuelta de hoja.

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