Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
¿Cómo se llevan a cabo los
golpes de Estado en el siglo XXI? En tiempos en que la guerra ‘cuerpo a cuerpo’
no es eficaz, han surgido nuevos métodos para tomar el poder.
“La naturaleza de
la guerra en el siglo XXI ha cambiado.” Así lo manifiesta desde hace tiempo el
politólogo Gene Sharp, que recuerda que “nosotros combatimos con armas
psicológicas, sociales, económicas y políticas”.
Estas
son las armas que en la actualidad se usan para derrocar Gobiernos sin tener
que recurrir a las armas convencionales. Sharp es autor de un polémico ensayo
titulado ‘De la dictadura a la democracia’, que describe 198 métodos para
derrocar Gobiernos mediante lo que se conoce como ‘golpes suaves’.
Esos
golpes se llevarían a cabo mediante una serie de medidas que van desde el
debilitamiento gubernamental hasta la fractura institucional, como sería el
caso de lo que está ocurriendo en Venezuela promovido por la oposición, según
algunos expertos.
Derrocamiento
de Gobiernos en cinco pasos
Los
‘golpes suaves’ de Estado se desarrollarían en cinco etapas:
Primera etapa:
Consistiría en llevar a cabo acciones para generar y promocionar un clima de
malestar. Entre dichas acciones destacan la realización de “denuncias de
corrupción y la promoción de intrigas”, señalan los expertos.
Segunda etapa:
Se procedería a desarrollar intensas campañas en defensa de la libertad de
prensa y de los derechos humanos acompañadas de acusaciones de totalitarismo
contra el Gobierno en el poder.
Tercera etapa:
Esta fase se centraría en la lucha activa por reivindicaciones políticas y
sociales y en la promoción de manifestaciones y protestas violentas, amenazando
las instituciones.
Cuarta etapa:
En este punto se llevarían a cabo operaciones de guerra psicológica y
desestabilización del Gobierno, creando un clima de “ingobernabilidad”.
Quinta etapa:
La fase final tendría por objeto forzar la renuncia del presidente mediante
revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la
presión en la calle. Paralelamente se va preparando el terreno para una
intervención militar, mientras se desarrolla una guerra civil prolongada y se
logra el aislamiento internacional del país.
La
“violencia no es tan eficiente”, opina Sharp, dado que el poder no es
monolítico y que “en los Gobiernos, si el sujeto no obedece, los líderes no
tienen poder”.
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