Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: María Fernanda Rada
Estábamos en Asunción, en una etapa crítica, siempre es crítica en Paraguay. Pero en ese entonces teníamos al golpista Franco en la Presidencia y a una izquierda dividida con nulas oportunidades de ganar las elecciones presidenciales.
Desde la tarde llegaron las noticias de que Chávez había tenido una recaída, llamé a Bolivia para confirmar que se trataba de uno de los tantos chismes mediáticos que tantas veces habían asesinado a Chávez, pero no, no era un rumor.
Pasó la tarde, mi hermana miraba por su celular el twitter y me dice “tengo una mala noticia” vi en su rostro una leve sonrisa y creí que se trataba de una broma, quería pensar que era una broma, pero no, era su reacción nerviosa, la conozco bien, “no sé cómo darte la noticia” me dijo. Yo ya lo sabía, pero no lo quería saber, o quería pensar que era otra noticia, cualquiera. Pasó un momento de tenso silencio y me dice “Ha muerto Chávez”.
Quedé sorprendida, porque a la gente que siempre vemos enérgica, cuesta mucho saberla muerta. No fui capaz de sacar llanto en ese momento, habían cerca algunos colorados y liberales que se dedican a sumariar estudiantes que denuncian sus accionares fraudulentos y me ganó la fuerza de no a dar el gusto a la derecha golpista.
No hubo muchas palabras, hubo más silencios que palabras, hubo un bajón colectivo, un bajón que se siente en la izquierda paraguaya desde el golpe, pero esa noche, fue un bajón mucho mayor. Unos cuantos cínicos festejaron esa muerte, tal vez porque son los mismos que siempre lucharon contra la vida.
Recordé aquel 2002 en que escuché por primera vez su nombre porque le habían dado un golpe de estado. Sólo tenía 12 años cuando a Chávez lo derrocaron y de chica pensé que la izquierda nunca podría llegar al gobierno. Recordé la emoción con la que vi que los venezolanos habían recuperado la democracia y que Chávez retornaba al palacio de Miraflores y entonces mi cabeza infantil pensó, tal vez es posible que la izquierda llegue al gobierno.
Recordé aquellas tardes adolescentes en que comenzamos a militar con mis primeros COMPAÑEROS y en la pared de mi mejor amigo había un afiche de Chávez. Recordé la llegada de los alfabetizadores venezolanos a Bolivia y la bronca con que la derecha boliviana se dirigía hacia ellos, gente extraña, paradoja de la vida me muestra que hoy son los mismos que se manifiestan por “la libertad de Venezuela”.
Recordé cuando Bolivia estaba al borde de un golpe cívico y Chávez salió gritando “Váyanse al carajo yankees de mierda, que acá hay un pueblo digno”. Y es que hay que reconocer, que este continente empezó a dar muestras simbólicas de antiimperialismo desde los gobiernos porque en Venezuela surgió un Hugo Chávez. Y que a veces la diplomacia y los buenos modales, deben ser ignorados frente a los abusos de un imperio.
Somos muchos y hay muchos recuerdos de Chávez en este continente, y es ahí cuando me pregunto ¿Existía algo de eso antes del proceso venezolano?, ¿La militancia era tan latinoamericana y pensábamos en todos los países de la región?, ¿Existían medios de comunicación que les interese mostrar noticias de América Latina? No lo sé porque soy muy chica para saberlo, pero sí creo que un proceso cultural de antiimperialismo regional trae de la mano un proceso de integración latinoamericana.
Pero bueno, regresando a la historia, nos encontrábamos consternados en Paraguay por la noticia. Quedó levantarse al día siguiente y cantar, sacar esa noche con el nudo en la garganta el famoso “¿Por qué cantamos?” del gran poeta uruguayo Mario Benedetti. Quedó recordar a otros que se habían ido y preguntarse por qué a veces la vida es injusta, o cuestionarnos porque de repente tantos gobernantes latinoamericanos padecen cáncer y entender que los imperios han encontrado nuevas formas de asesinar.
Chávez murió o lo mataron, la derecha ganó las elecciones en Paraguay con un fraude grosero, Bolivia tantas veces asediada por intentos de golpe tuvo que bancarse el año pasado la payasada que le hizo USA al avión del Presidente, y de paso, hoy vemos que anda tambaleando el gobierno de Venezuela y que USA ya está cocinando una posible injerencia.
Siempre hubo tiempos complicados, siempre hubo avances y retrocesos. No vivimos hoy en el continente de las maravillas y nos hemos dado cuenta de las limitaciones que tiene la izquierda en los gobiernos o la derechización pragmática en algunos lugares. Pero seamos claros, esto que somos hoy, lo hicimos y decidimos nosotros, el camino, las críticas, la deserción, el crecimiento, el fortalecimiento está en nuestras manos. Somos lo suficientemente inteligentes para jodernos o fortalecernos solitos. Hay algo que hoy está claro, el sur también existe y no sólo por Serrat cantado.
Ellos se rieron hace un año, hoy en su cara me río yo, ha pasado un año de la muerte de Chavez y recién entiendo que esta boliviana estuvo en una tierra paraguaya, compartiendo con su hermana de lucha una mala noticia de Venezuela, cantando la canción de un poeta uruguayo. Cuánto ha retrocedido el Paraguay este tiempo, que mal está hoy Venezuela, pero que irreversible e imposible es cambiar las cabezas de tantos en este continente, que pueden sentir el dolor y la alegría sin pensar en las fronteras.
Somos compañeros, esa es la verdad primera, podemos pensar lo mismo o entre nosotros no estar de acuerdo, podemos debatir, votar distinto o no votar, podemos incluso tomar decisiones opuestas, pero algo no va a a cambiar, todos vamos a asentir el día que necesitemos gritar nuevamente “Váyanse al carajo yankees de mierda”.
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