Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Víctor
Alvarez*
Generalmente, el control de
precios se aplica a los productos de consumo final, pero no sobre los precios
de la fuerza de trabajo, materias primas, maquinarias, etc. que se
requieren para producirlos. Si los componentes del costo aumentan de manera
incesante, pero los precios se dejan congelados, llega un momento en que los
costos superan el precio regulado y así ni siquiera las empresas de la economía
solidaria podrían producir.
Cuando la rigidez de los
controles genera pérdidas, se desestimula la producción y reaparecen los
problemas de escasez, caldo de cultivo perfecto para que surjan las perversas
prácticas del acaparamiento y la especulación. De allí la importancia de
revisar periódicamente la estructura de costos y mantener actualizados los
criterios con los cuales se fijan los precios.
Si esto se tiene claro por
parte de los administradores de la ley, y se actúa de manera consciente,
flexible y oportuna, no tiene por qué castigarse la producción, ni causar
escasez, acaparamiento o especulación.
Impacto
en la eficiencia
No todos los productores tienen
el mismo costo, unos son muy competitivos y otros muy ineficientes. Estos
últimos argumentarán que es injusto fijar el precio con base en los costos de
los productores más competitivos. Pero si el PVP se fija con base en los altos
costos de las empresas ineficientes, entonces se castigará al consumidor y se
facilitará la obtención de ganancias extraordinarias a los productores que
tienen menores costos.
Para favorecer al consumidor,
la Ley establece que los precios se fijarán con base en los costos de los
productores más eficientes. Pero en lugar de penalizar a los rezagados, más
bien se les debe ayudar a mejorar su productividad, calidad y competitividad a
través de incentivos de política agrícola, industrial y tecnológica, evitando
así que quiebren o sean cerrados.
En Venezuela es muy baja la
densidad empresarial, predominan los monopolios y oligopolios, por eso se
tiende a cartelizar y aumentar los precios de forma desmesurada. El aumento de
la producción nacional requiere una política que estimule la creación de miles
de empresas de la economía solidaria, sin fines de lucro pero sin vocación de
pérdida, que compitan con las empresas capitalistas y las obliguen a bajar sus
precios.
Impacto
sobre la especulación
No hay que confundir inflación
con especulación. La inflación es un fenómeno económico que se manifiesta en un
alza generalizada de los precios, debido a un aumento en los costos o por una
expansión de la demanda derivada del aumento del consumo privado o del gasto
del gobierno. Mientras que la especulación es una práctica ilegal que se
concreta en la venta por encima del precio controlado, o en fraudes cometidos
con el fin de obtener ganancias exorbitantes. Cuando ocurren aumentos de
salarios, en el valor de las materias primas, maquinarias, etc., el incremento
en los costos termina trasladándose a los precios. Pero cuando una empresa que
recibe dólares preferenciales crea empresas de maletín, simula que son sus
proveedoras, a través de ellas importa con sobreprecio, deja afuera el monto de
dólares preferenciales equivalente a las mercancías que no ingresó y fija el
PVP con base en el dólar paralelo para obtener escandalosas ganancias, allí se
está cometiendo un delito de especulación y fraude a la Nación.
A la luz de esta diferencia,
queda claro que la Ley de Precios Justos puede ser más útil para enfrentar la
especulación que para abatir la inflación. Si la Sundee fiscaliza las empresas
que reciben dólares del Cencoex o Sicad, habrá más transparencia en los
verdaderos costos, se sabrá lo que se importa con dólar preferencial y, por lo
tanto, no se puede vender como si se importara al dólar Sicad o paralelo. Pero
la estrategia antiinflacionaria implica estimular la producción, corregir el
déficit fiscal, prohibir la emisión de dinero sin respaldo y fijar una tasa de
cambio que exprese la verdadera productividad del aparato productivo. Aumentar
la oferta nacional de bienes y eliminar las presiones de demanda que surgen del
financiamiento monetario del déficit fiscal, son condiciones elementales para
derrotar la inflación.
El
impacto sobre las Pymes
Una de las debilidades de las
pymes se expresa en el crónico retraso de su contabilidad, información exigida
por la Sundee en cada fiscalización. Este rezago que pudiera ser considerado
solo como un ilícito administrativo, si no se reglamenta debidamente y se deja
a la discrecionalidad del funcionario, puede dar origen a sanciones penales. En
el caso del acaparamiento, para evitar cálculos arbitrarios que conduzcan a
multas y penas injustas, se debe aprobar una providencia que deje claro cuál es
el nivel de inventario razonable, de acuerdo a las particularidades de cada
eslabón de la cadena. De allí la importancia de ofrecer programas de asistencia
técnica a las pymes y de establecer normas transparentes que eviten decisiones
sin sustento.
El impacto de esta Ley
dependerá de la eficiencia con la que se aplique. Si se administra bien
tendremos muy satisfechos a la mayoría de los consumidores que viven de un
ingreso fijo, los cuales encontrarán en el mercado una abundante oferta de
bienes y servicios de buena calidad y precios solidarios. A su vez, los
empresarios tendrán asegurado a lo largo de toda la cadena de producción,
distribución y comercialización un margen razonable de ganancias y podrán
seguir operando en un mercado con un creciente poder de compra.
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*Economista.
Investigador del Centro Internacional Miranda (CIM). Ex-ministro de Industrias
Básicas y Minería. Autor de Venezuela: ¿Hacia dónde va el Modelo
Productivo, Del Estado burocrático al Estado comunal y Claves
para la Industrialización Socialista.
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