Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Luis Fernando Sarango M.*
Jorge Pedro
Mario Vargas Llosa, nace en la ciudad de Arequipa, Perú en 1936. Según sus
propios biógrafos, “Mario Vargas Llosa, no conoció a su padre hasta los diez
años. Sus padres habían estado separados desde su nacimiento, y el episodio del
reencuentro afectaría de forma definitiva el destino de este niño, que no
quería cambiar los mimos de su madre por una férrea disciplina. Esta
circunstancia le hizo descubrir pronto algo que él mismo suele considerar como
segundo gran móvil de su existencia: el ansia de libertad. ....” (http://www.alfaguara.com).
Dicen que su vocación de escritor, “surgió como una rebelión contra la
autoridad paterna.
Se sabe que
realiza estudios superiores en la Universidad Mayor de San Marcos de Lima,
donde obtiene una Licenciatura en Letras, luego, se traslada a España en 1958
con una beca de estudios y obtiene un doctorado en la Universidad Complutense de
Madrid. Desde entonces y hasta el año 1974, prácticamente sus lugares de
residencia han sido las ciudades europeas de París, Londres y Barcelona; es
decir, ciudades del mundo desarrollado. Mario Vargas Llosa, en el año 1955, se
casa por primera vez con su tía política Julia Urquidi y en el año 1965,
contrae su segundo matrimonio con su prima Patricia Llosa. Cada vez que
contrajo matrimonio, como es de esperarse, viajaría siempre a su añorada
Europa.
En 1963,
publica la novela “La ciudad y los perros”, con la que se da a conocer
internacionalmente y obtiene varios premios, constituyéndose -según la “crítica
especializada”- en una verdadera “figura” de la literatura latinoamericana. Es
un escritor sin lugar a dudas, no en vano ha sido galardonado con muchísimos
premios y distinciones, en su gran mayoría de España, Italia, Francia, Suiza,
Israel y Estados Unidos entre otros, todos países del mundo desarrollado, pues
hay muy pocos países latinoamericanos que le han premiado, estando dentro de
ellos como es obvio su natal Perú, la Argentina y otros.
Un fenómeno
que es típico de los neocriollos latinoamericanos y que consiste en la
involución ideológica, tuvo lugar también en el pensamiento de Mario Vargas
Llosa, sus biógrafos sostienen “... que ha virado de una izquierda con visos
sartreanos(1) a una tendencia cada vez más
conservadora, -y que– puede apreciarse en la recopilación de sus textos
periodísticos desde 1962 a 1982 que fueron reunidos en el libro Contra viento y
marea (1983), y de una década después, Desafíos de la libertad (1994)”. (La
Maga, material de consulta, Buenos Aires, 16 de noviembre 2003).
Algo que los
especialistas no han preferido profundizar en Vargas Llosa y no han querido
esclarecer, es la escandalosa derrota electoral sufrida frente a Alberto
Fujimori en 1989, como candidato a la Presidencia de la República del Perú. La
maquinaria propagandística y las encuestas electorales lo señalaban como seguro
Presidente del Perú; sin embargo, de nada le sirvió la impresionante campaña
electoral que desplegó con su denominado FREDEMO (Frente Democrático) al puro
estilo del Partido Social Cristiano en el Ecuador, derrochando dinero,
comprando votos con camisetas en los barrios suburbanos indigentes y forzando
sonrisas para las cámaras. Luego de esta derrota, viaja a España y allí, le
consuelan otorgándole primeramente la ciudadanía española y en segundo lugar
nombrándole miembro de la Real Academia Española.
Pero, ¿desde
cuándo Vargas Llosa, empieza a delatarse públicamente como anti indio?, o por
lo menos se pueden notar síntomas de este odio adquirido en sus involuciones
ideológicas conscientes, a lo que el llama “fenómeno del colectivismo” o a lo
que suele llamar también “primitivismo” o “indigenismo”?. Quizá fue anti indio
desde siempre y -más seguro– que después de haberse avergonzado de ser de
izquierda, decide hacer público su racismo oculto.
Al respecto,
ya se puede notar este odio gratuito, en una entrevista que le hiciera un
periodista de Diario El Mundo el día miércoles 2 de abril del 2003, en
Madrid–España, luego de haber hecho la presentación de un libro suyo. El
periodista le preguntaba que si “¿Mantiene Mario Vargas Llosa una sensibilidad
especial hacia ese primitivismo, ese indigenismo?. ¿Le parece un movimiento
fértil?. Este responde “Me parece fértil en arte, mucho más que en términos
sociales, desde luego. Yo creo que la civilización es una buena cosa; pienso
que hay que estar muy, muy sumido en la civilización para poder rechazarla y
mitificar el mundo primitivo como lo hizo Paúl Gauguin. Hay que estar realmente
preparado para despreciar la civilización, y decir cosas como, por ejemplo, «Ja
corbata, qué tontería, qué intolerable signo de opresión!» [por un momento,
Mario Vargas Llosa juguetea con la suya como hacía Stan Laurel en los sketches
de El Gordo y el Flaco]”.
El
periodista replica. ¡O sea, la respuesta es no!. Vargas Llosa, responde. “Es
que el mundo primitivo es un mundo terriblemente oprimido, donde el ser humano
está indefenso y tiene qué recurrir a supersticiones y mitos para tratar de
entender lo que la falta de conocimiento le impide entender. Esa idea
rousseauniana de que toda civilización es mala... ¡por favor!. Yo estoy muy
contento de vivir en una ciudad, me gusta más la ciudad que el campo, me gusta
más el siglo XXI que la edad de piedra, creo que -a pesar de lo mal que andan
las cosas- este siglo es mejor que el XIX, donde, como pudo ver Flora Tristán,
los niños de ocho años trabajaban 15 horas al día en talleres cobrando cinco
centavos, y en las cárceles, niños de 10 años condenados a 20 por ladrones”.
(El Mundo, miércoles, 2 de abril de 2003 En: http://www.salman-psl.com/peruanos-en-madrid/n_11.html).
Pero, las
últimas declaraciones hechas por Mario Vargas Llosa en la ciudad de
Bogotá–Colombia, con motivo del Seminario Internacional denominado: “Las
amenazas a la democracia en América Latina: terrorismo, debilidad del estado de
derecho y neopopulismo”, ciertamente que “son del siglo 18” y es una
“perversidad de criterio”, como bien lo dijera el compañero Leonidas Iza,
presidente de la CONAIE; es más, sólo un desquiciado que vive tremendamente
fascinado de las bondades que le brindan las ciudades del primer mundo y en
consecuencia ignorante de la realidad latinoamericana –porque viene a ella solo
como turista-, pudo tener la desfachatez de pronunciar semejantes afirmaciones
que hacen descubrir en el “ilustre” escritor una personalidad de alta
peligrosidad por su actitud al extremo racista, excluyente y de franco
desprecio a los seres humanos por ser diferentes.
Veamos
algunas frases pronunciadas por el “célebre” literato, en contra del Movimiento
Indígena Latinoamericano: “El desarrollo y la civilización son incompatibles
con ciertos fenómenos sociales y el principal de ellos es el colectivismo.
Ninguna sociedad colectivista o impregnada con esa cultura es una sociedad que
desarrolla, moderniza y alcanza la civilización”. “El socialismo, el nazismo y
fascismo son los fenómenos colectivistas del pasado. Hoy se expresan mediante
el nacionalismo y los integrismos religiosos. El fenómeno está brotando en
América Latina de una manera muy sinuosa y revistiéndose con unos ropajes que
no parecen ofensivos sino prestigiosos”. “El indigenismo de los años 20, que
pareció haberse quedado rezagado, es hoy en día lo que está detrás de los
fenómenos como el señor Evo Morales en Bolivia. En Ecuador hemos visto operando
y además creando un verdadero desorden político y social”.
Refriéndose
al caso del Perú dice: “Está brotando con dos o tres hermanitos que en
nombre de esa identidad colectiva, la identidad indígena, autóctona, genuina,
la de la verdadera peruanidad, han lanzado una campaña que cuando uno la
examina racionalmente parece que fuera tonta, casi cómica, pero que toca un
centro neurálgico llamado espíritu de la tribu, que nunca desaparece incluso en
sociedades que han avanzado más en el camino de la civilización”.
Pero, es
impresionante reflexionar sobre esta última expresión, que viene a ser como una
máxima, una sentencia que más parece venir del pentágono. “Si queremos
alcanzar el desarrollo, si queremos elegir la civilización y la moralidad,
tenemos que combatir resueltamente esos brotes de colectivismo. Podemos
derrotarlos con buenas ideas”.
En las
primeras frases, el señor Vargas Llosa pretende despojar al ser humano de su
condición de ser un ente eminentemente social. Cuando sueña con su “desarrollo”
y “civilización”, lo hace dentro de su lógica neoliberal, quiere un mundo
poblado de individuos, solamente individuos, máquinas que consuman y no
obstaculicen la ambición mercantilista. En consecuencia, el “colectivismo” como
el llama, es un verdadero peligro para el neoliberalismo, claro que es un
obstáculo para el libre mercado, porque no sería posible tener un mundo
homogéneo, individualizado y sumiso al orden económico y político mundial
imperante.
Más, en lo
concerniente a las implicaciones que tienen estas declaraciones para los
Pueblos Indígenas de América y el mundo, es sumamente grave. Se puede deducir
fácilmente que el señor Vargas Llosa trata de incitar a los gobiernos de los
países donde existen y existieron desde siempre los Pueblos Indígenas, a que
“combatan resueltamente esos brotes de colectivismo” y, las “buenas ideas” para
derrotarlo, seguramente serán las armas, pero que no lo dice.
Entonces
Vargas Llosa, se ha convertido en un profeta del siglo XXI que convoca al mundo
a lograr “desarrollo” y “civilización” combatiendo al “colectivismo” porque a
su manera de ver como experto en novelas, es tan peligroso como el “socialismo,
nazismo y fascismo”. Vargas Llosa, es un instrumento del Neoliberalismo por ser
fundamentalista, que prevalido de su “fama” como literato, intenta sorprender a
la opinión pública.
Es un
retrógrada porque todos los avances por ejemplo en materia de redefinición de
los estados modernos latinoamericanos, para este, no sirven de nada; pero ante
todo, es peligroso, porque pretende desarrollar un racismo estéril apelando a
la violencia y propiciando que este sea una política de los estados para lograr
el “desarrollo” y la “civilización”. Indudablemente que este “caballero” quiere
que los indígenas desaparezcan de la faz de la tierra y no siquiera, mediante
el asimilacionismo ni mucho menos, este “genio” sugiere a todas luces, el uso
de la coerción estatal, es decir la violencia y este hecho condenable, sin
lugar a dudas, constituye fascismo.
Notas
* Abogado Kichwa Saraguro. Coordinador del Centro de la Interculturalidad
del Proyecto de Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos
Indígenas – Amawtay Wasi.
1. SARTRE, Jean–Paúl (nacido en 1905). Filósofo y escritor francés. Es un
representante del denominado existencialismo “ateo”. ... Sartre participó en la
Resistencia francesa durante los años de la segunda guerra mundial; lucha
activamente contra el renacimiento del fascismo, en defensa de la paz; es
miembro del Consejo Mundial de la Paz. Tomado de: Diccionario Filosófico M.
Rosental y P. Iudin.
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