Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Carlos Alejandro Lara Ugarte
Los nuevos desafíos en el diseño y la ejecución de la gestión pública
fundada en la praxis democrática demanda una serie de especulaciones teóricas y
acercamientos prácticos en el campo democrático y político, desde una posta que
suponga al menos el previo conocimiento o la voluntad de aceptación sobre el
avance real de la participación social en la generación y diseño de políticas
públicas.
Este avance, que no es planteamiento teórico aislado de una práctica, se
percibe de manera real en cuanto existen cambios objetivos en las relaciones de
la sociedad y la institucionalidad estatal. Ignorar lo dicho en cierta manera
significaría negar los avances de la democracia participativa y consulta en el
Estado Plurinacional y sobre todo significarían cerrar el camino para que esta
pueda ir más allá de las unilaterales formas determinadas por aquella vieja
estructura de la democracia representativa que consolidaron históricamente el
beneficio de minorías de poder con visión conservadora.
La lógica de legitimar la Gestión Pública desde la delegación artificial
del poder del soberano en la figura institucional representada fue y aún es el
esfuerzo por mantener la invisibilidad de la participación social; y es la
reproducción dimensional del poder de unos cuantos manteniendo los esquemas
perversos de la vieja lógica del Estado Republicano colonial en manos de las
viejas oligarquías y la determinación de políticos defensores de expresiones e
intereses del poder colonial, imperialista, terrateniente y burgués.
Flujo político de la participación social hacia la democracia participativa
La experiencia boliviana en la construcción del Estado plurinacional ha
abierto las barreras que la lucha social contra el poder estatal republicano no
pudo hacerlo antes de adentrarse en la construcción de un nuevo Estado, Estado
Plurinacional comunitario que por su génesis institucional revolucionaria y de
cambio supera la lógica del Estado de dominación entendido como instrumento de
clase.
Es justo afirmar que en el viejo Estado la participación social era
revolucionaria en tanto interpelaba esencialmente las distintas formas de
dominación, explotación, discriminación, exclusión y enajenación social y del
bien común, en cambio, en el Estado Plurinacional la participación social es
ello y mucho más.
De manera sucinta, siguiendo la idea anterior, es lícito pensar que las
luchas sociales de obreros, campesinos, estudiantes, sectores progresistas y
pueblos indígenas originarios en sus visiones más revolucionarias centraron su
artillería en la toma del poder y la disputa de instancias institucionales en
los órganos de poder, pero sin ir más allá de lo más cercano y cotidiano, es
decir manteniendo el margen de lo reivindicativo y la disputa del poder
institucional.
La participación social en el nuevo Estado Plurinacional da un salto
cualitativo luego de los avances que generó la lucha reivindicativa y de poder
limitado por la democracia representativa. El salto se da fundamentalmente por la participación en la construcción institucional
del proceso de cambio en la visión marcada por la Constitución Política del
Estado en la democracia participativa.
La Democracia Participativa al ser resultado de las luchas sociales y
entroncarse de manera continua a la participación social que luchó contra el
viejo Estado republicano, sobre todo ahora por tener una mención o sustento
constitucional, ha ampliado la participación social llegando a espacios que no
pudo el imaginario revolucionario plasmarlo en la institucionalidad del viejo
republicanismo.
De la Democracia Participativa al sistema de Gobierno
La escuela política clásica al referirse a los sistemas de Gobierno lo hace
en parte caracterizando y desarrollando las formas de relacionamiento entre los
Órganos de Poder establecido constitucionalmente para la administración y el
ejercicio del Poder Público. En el fondo desde estas escuelas políticas se
establece los argumentos y sustentos constitucionales para resguardar al poder
público y darle la supremacía frente a la que no puede ser el poder de la
sociedad o la voluntad del soberano.
En el caso de la vieja República Boliviana, la teoría consideraría a
Bolivia como una República presidencialista porque básicamente el Presidente
era la cabeza activa del Poder Ejecutivo, ejercía su cargo de manera
independiente frente al Poder Legislativo y el Poder Judicial, pero
fundamentalmente lo hacía en un marco de facultades constitucionales que
excluían de estas facultades y competencias a la ciudadanía no electa por voto.
Es decir que en un sistema presidencialista los ciudadanos no son sujetos
activos y protagonistas reconocidos constitucionalmente en la organización
institucional para la gestión, planificación y ejecución de políticas públicas;
es decir que nunca tuvieron el derecho constitucional de participar en los
asuntos públicos de manera directa, sino a través de representantes electos.
Ahora, en el Estado Plurinacional cuando se habla de la ruta para transitar
de la Democracia Participativa a un Sistema de Gobierno Participativo se habla
de cualificar la participación del pueblo en asuntos de los órganos Ejecutivo,
Legislativo, Judicial y Electoral, de manera que en el sentido de derecho se
haga referencia además al sentido de responsabilidad y deber.
La democracia participativa, dentro el pluralismo democrático que incluye
la democracia representativa, comunitaria, directa y otra formas de toma de
decisiones colectivas como el referéndum, revocatorio, asamblea y consulta, es
un puntal ahora reivindicativo para desmontar el credo constitucional de la
democracia representativa.
Y es que haciendo de la Democracia Participativa un sistema de Gobierno es
cómo se puede viabilizar la verdadera participación social en el Estado
Plurinacional, que no es la abolición del Estado en sí misma, pero es
imprescindible hacerlo por cuanto la administración del bien común ya no es
potestad de los órganos de poder público sino del conjunto social.
El sentido socialista de un sistema de gobierno participativo
El momento que atraviesa la construcción del Estado Plurinacional a
diferencia de otros momentos demanda grandes consensos y políticas compartidas,
algunos ya en proceso de implementación y otros con la imperante necesidad de
hacerlo. El sistema de Gobierno participativo es, los acuerdos sociales
construidos por la praxis de los diferentes niveles de Gobierno, con la
población, con colectivos organizados, pueblos e individualidades con criterio
de colectividad.
Un tema que necesariamente deviene de un sistema de gobierno participativo
es la optimización estatal de los servicios, la regulación de precios,
regulación de la producción, comercio, importación, exportación, entre muchos
otros temas o materia de intervención estatal en la mirada del resguardo o
potenciamiento del bien común o la cosa pública.
El mercantilismo y la relaciones de producción capitalista, no será
únicamente combatida desde la acción coercitiva del Estado, sino desde la misma
participación social y el acuerdo por ejercitar la voluntad social o colectiva
sin que esta afecte el interés individual.
Un Sistema de Gobierno participativo es la gestión pública con sentido de
largo plazo, es decir que al no ser solamente voluntad de representantes electos,
la continuidad de políticas públicas es continua y sustentable. Es además el
ejercicio de la democracia comunitaria sus instancias de la autogestión de
los gobiernos indígenas originarios. El Sistema de Gobierno Participativo es
perduración al infinito del proceso revolucionario, de cambio y transformación
permanente.
Desde un sistema de gobierno participativo se entiende el Estado Socialista
en su ejercicio e implementación hacia el comunitarismo científico.
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