Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Eliana
Quiroz
La
brecha digital es la diferencia entre las personas que tienen acceso a internet
y pueden hacer uso de ese servicio, y aquellas que están excluidas. Siendo
internet una potente herramienta para facilitar el acceso a información
actualizada que se puede convertir en conocimiento, así como para emitir
opinión propia, se convierte en un espacio de ejercicio de derechos humanos. De
hecho, el relator especial de las NNUU para la promoción y protección del
derecho a la libertad de opinión y de expresión ha declarado a internet como un
derecho humano en 2011. Por esto, la labor de reducir la brecha digital es
imperiosa.
En
Bolivia, el 30% de la población tiene acceso a internet, aunque no sabemos
cuántos realmente utilizan ese acceso para generar un beneficio propio o
social. Sin internet, una persona no puede acceder a las miles de oportunidades
de educación virtual como cursos gratuitos y pagados, carreras de pre y
posgrado de las mejores universidades del mundo. Tampoco puede tener
información en tiempo real acerca de los mercados en Europa, EEUU o cualquier
otro país donde desee vender productos o servicios, o comprar insumos. Una
persona que no está conectada a internet y que, digamos, apoya una causa
ambientalista, tiene dificultades para mantenerse al día con la información que
otros activistas, en Bolivia u otro lugar del mundo, difunden para generar más
conciencia. No digo que internet sea una panacea porque no lo es, solo me doy
cuenta que parte de las actividades humanas que tienen que ver con ejercicio de
derechos civiles, políticos y económicos ahora pasan también por los espacios
virtuales.
El
satélite Túpac Katari pretende facilitar el acceso de pobladores rurales de
Bolivia a internet, es decir, reducir la brecha digital. Por lo dicho
anteriormente, esto está bien. Varios comentarios se han dirigido a mostrar las
motivaciones electorales del satélite, o a mencionar que es un gasto elevado.
Son opiniones válidas, pero no me quiero quedar en ellas. Mi preocupación va al
desarrollo de una política de inclusión digital que use esa nueva
infraestructura en beneficio de la población.
Desde
el desarrollo de la Estrategia Nacional de Tecnologías de la Información y
Comunicación para el Desarrollo (ETIC) en 2005, no sé de ningún esfuerzo serio
para elaborar un plan boliviano acerca del uso de las tecnologías de
información y comunicación para promover todo lo que se dice estos días que el
satélite puede lograr: teleducación, telemedicina, democratizar la
comunicación, etc. Sería de esperar que los actores políticos y la ciudadanía
desarrollen propuestas en ese sentido. Ingresando al año electoral, los
programas electorales son los instrumentos ideales para enterarnos qué proponen
las organizaciones políticas y para que también la ciudadanía proponga ideas y
demandas.
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