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El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...

Vivienda para todos los bolivianos




Por: Gerardo Félix Clavijo

La problemática de la vivienda no es simplemente un déficit cuantitativo, es mucho más que ello, redunda en el uso y apropiación del suelo, pasa por la concepción de su diseño y su materialización constructiva, obviamente tendrá siempre carácter social y estará en el marco del paradigma del Vivir Bien.

La resolución de esta problemática no pasa por el concepto de la VIVIENDA DE INTERÉS SOCIAL, que fue el pretendido modelo para resolver el déficit habitacional, un modelo individualista y colonizador que no considera las condicionantes del uso del espacio determinado por las costumbres culturales.

Este modelo adoptado por los gobiernos conservadores de derecha y de su estado neoliberal fue la medida para dotar de vivienda a la población que la demandó. Claro está, sólo a algunos sectores del enorme universo de pobladores del campo y de las ciudades que solicitan este bien.

Esta dotación de viviendas está determinada en su valor fundamentalmente bajo la especulación del valor del suelo, de los materiales de construcción y de la construcción misma.

A partir de su promulgación la Ley 1551 de Participación Popular, que municipalizó al país, generó una fiebre de loteamientos indiscriminados a lo largo y ancho de nuestro territorio. Los límites urbanos fueron ampliándose afectando muy seriamente a las áreas de producción agrícola. Se fueron integrando a la denominada mancha urbana importantes cantidades de terreno fértil utilizadas otrora para la producción de productos para el consumo de las mimas áreas urbanas.

La Ley 847 de Regularización Impositiva, promulgada también por Víctor Paz Estenssoro en su apertura al neoliberalismo, puso la determinación del valor de los bienes inmuebles en el libre mercado, es decir bajo la libre oferta y demanda. A partir de ello el Catastro Urbano se constituyó en una simple base de datos de registro técnico, jurídico y del valor.

Con esas medidas, pero muy especialmente con el D.S. 21060 que dejó en la calle a miles de trabajadores y provocó intensos flujos migratorios internos, las ciudades en nuestro país fueron evolucionando paulatinamente de acuerdo a las nuevas condiciones establecidas por el neoliberalismo, es decir, ciudades dentro de los cánones del individualismo, del consumismo indiscriminado.

El “damero”, forma de la retícula urbana heredada de la colonia española, se constituyó en el módulo base para su diseño. Ajustada a la escala del vehículo en largo y ancho de maclaje vial.
Los loteamientos son entonces dameros, contenedores de lotes de terrenos individuales con acceso vehicular, esa es la configuración de la totalidad de las áreas urbanas de nuestro país que, por las migraciones internas producto de la miseria, pobreza y la falta de oportunidades laborales, van a albergar ejércitos de mano de obra barata al servicio del capital privado trasnacional y nacional.

Crecen las ciudades, constituyéndose en grandes aglomeraciones humanas sin servicio, sin equipamientos, sin industrias, destinadas al consumo y la gestión y los servicios pero además provocando un crecimiento horizontal sin límites. Crecimiento horizontal desmesurado que eleva significativamente los costos de provisión de servicios básicos y de pavimentación vial.
La producción de materiales de construcción se concentra en manos privadas, en especial los más importantes como el cemento, los pretensados, los ladrillos, las cubiertas y los revestimientos, que también están sujetos al juego del libre mercado.

Este panorama no ha cambiado sustancialmente, aún persiste el valor del suelo y de la construcción en el libre mercado, pese a los esfuerzos del gobierno de Evo Morales, los planes de vivienda van de fracaso en fracaso.

Estas son las razones para que las empresas constructoras tengan cuatro interesantes fuentes de enriquecimiento: el valor especulativo del suelo, el costo especulativo de los materiales de construcción, la incorporación en sus precios unitarios de los beneficios sociales que son para sus arcas y obviamente las utilidades por sus servicios. Sumado a esto la gran demanda de bienes inmobiliarios, todo esto justifica que las empresas tengan 8% de crecimiento anual es decir, cerca del doble del promedio nacional.

La vivienda es un bien dinámico que sufre mutaciones de toda índole, ya sea por la dinámica en la estructura familiar o por otros factores, razón por la que se produce proceso de precarización de la vivienda; muchas de ellas sufren deterioro progresivo por la acción del tiempo o los cambios en la estructura familiar que obliga su ampliación, su división y partición o su fraccionamiento en propiedad horizontal.

Las nuevas familias requieren espacio propio para desarrollarse y las viejas familias se van reduciendo dejando así sin uso lo que en determinado momento cobijo las actividades de la familia primaria.

Una suma de eventos que configuran una problemática compleja y que el capitalismo en su etapa neoliberal jamás pudo resolver, desencadenando el enriquecimiento de los loteadores y de las empresas constructoras.

Loteamientos y urbanizaciones que no ofrecen seguridad jurídica en el Derecho Propietario y que es un drama en algunos sectores ya que el registro de la propiedad se vuelve un enorme problema cuando el loteador ha obtenido esas tierras de manera poco clara y trasparente.

¿Qué debemos conseguir de ganar el Sí el 21 de febrero?

Combatir la especulación del valor suelo:

·     Controlar el valor del suelo urbano o rural para el asentamiento habitacional.
·    Evitar la ampliación de la frontera urbana en detrimento de las áreas rurales productivas que tienen fines de loteamiento y que sólo sirven para su consecuente especulación.

Reducir los costos de la construcción:

·  Promover la industria de materiales de la construcción en manos del Estado, industria del cemento, del hierro, de las cerámicas y de los aglomerados.
·    Desarrollar tecnologías tradicionales y evolucionadas incorporando materiales de nueva generación, como los reciclados.

Humanizar el espacio urbano y la vivienda:

·    Diseñar para el ser humano, para la familia, para la comunidad y no para el vehículo.
·    Lograr soluciones de uso social comunitario no individualista en vista, soluciones verticales y no urbanizaciones horizontales.

El derecho a la vivienda digna:

·     No habrá planes de vivienda exitosos mientras el valor del suelo se mantenga en el libre mercado, es decir, de libre oferta y demanda.
·      No habrá planes de vivienda exitosos si los principales materiales de la construcción están bajo el monopolio de la empresa privada.
·      No habrá planes de vivienda exitosos si las soluciones funcionales tanto de los espacios habitacionales como de los urbanos no consideran los usos y costumbres de las culturas para quienes están concebidos. Es necesario descolonizar el diseño en la búsqueda de identidad propia en la arquitectura y el urbanismo.
·       La problemática de la vivienda no es sólo un tema de déficit cuantitativo sino también cualitativo. Luchamos por la vivienda DIGNA.

Sólo con la administración gubernamental de Evo Morales será posible resolver esta problemática que se acumula año tras año es posible mediante una drástica decisión política que:

1. Saque del libre mercado la mercancía TIERRA.
2. Posibilite al Estado la determinación del valor del valor del suelo.
3. Tenga el dominio pleno de las fuentes de préstamo de agregados.
4. Que el Estado se dote de empresas de los principales materiales de construcción.
5. Que adopte políticas de fomento a la construcción de partes para la vivienda.
6. Que reduzca los aranceles para la importación de los productos y materiales que no son producidos en el país.
7. Que tenga el control del registro de propiedad saneado para otorgar seguridad jurídica del derecho propietario.

Por todas estas razones mi voto será por el SI, para una nueva reelección del presidente EVO, para que todos los bolivianos tengamos una vivienda digna.

El autor es ex militante del PS-1

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