Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por. Eduardo Pardo
El ciudadano de a pie se pregunta: ¿si el país tiene tanto dinero como se pregona y reservas internacionales que son las más altas de la región en proporción del Producto Interno Bruto (PIB), por qué es necesario contraer semejante endeudamiento con la China?
Al respecto debemos decir que no obstante el importante crecimiento de la economía boliviana en estos últimos 10 años, el país no tiene los recursos suficientes para emprender grandes obras de infraestructura. Si se repasa, por ejemplo, la construcción de carreteras en Bolivia, estamos seguros que casi todas han sido financiadas con créditos externos y no cubiertos con recursos propios, porque son obras que requieren importantes sumas de dinero con los que el Estado no cuenta; sin embargo, los últimos años se han estado efectuando créditos del Banco Central de Bolivia con cargo a las reservas internacionales, a empresas estatales estratégicas como YPFB, ENDE, COMIBOL y otras.
Los 7.500 millones de dólares anunciados están siendo contratados del EXIMBANK China, una entidad del Estado cuyo objetivo es promover la exportación de bienes y servicios chinos con financiamiento estatal, entonces está claro que la orientación principal de estos créditos es de beneficio para las empresas chinas.
En esta coyuntura económica, donde el crecimiento de la economía china se ha desacelerado y su tasa de crecimiento está descendiendo, su nueva prioridad es ayudar a las empresas constructoras y fabricantes de bienes de capital con problemas de exceso de capacidad instalada debido a la desaceleración mencionada. Estas empresas marchan con sus propios ingenieros y trabajadores a emprender las construcciones financiadas por los préstamos, lo que es desventajoso para el país deudor que no puede generar fuentes de empleo con estas inversiones que al final las va a pagar y también se truncan los efectos multiplicadores que generan las obras en construcción; adicionalmente, se conoce que estas empresas no tienen los cuidados necesarios con los daños medioambientales que ocasionan con las mega obras que construyen.
Los créditos del EXIMBANK China tiene las condiciones más ajustadas y da poco margen de negociación al prestatario, en realidad deben aceptarlo en las condiciones que se les ofrece, por ello hubiese sido más conveniente negociar créditos del Banco de Desarrollo de China que también ha estado otorgando financiamiento en la región, por ejemplo Argentina, Brasil y Venezuela han recibido créditos de este banco con el que se puede negociar mayores márgenes de libertad en el uso del crédito; en los años 90 Bolivia ya obtuvo créditos del Banco de Desarrollo de China.
No es cierto que todos los créditos bilaterales son atados, por ejemplo los créditos de la KFW de Alemania son para proyectos específicos pero el prestatario tiene libertad en la ejecución del proyecto; otros créditos bilaterales condicionados a la adquisición de bienes del país acreedor dan libertad al deudor en la ejecución del proyecto. En resumen, los créditos contratados con el EXIMBANK China no son los más convenientes.
Lo que se ha hecho hasta ahora con el EXIMBANK China es suscribir un Convenio Marco por un monto de 7.500 millones de dólares seguramente con un listado de proyectos, respecto al cual se irán presentando proyectos acabados con cifras específicas que al final totalicen algo cercano al monto mencionado.
Las condiciones financieras de estos créditos en plazos (20 a 30 años) y tasas de interés (1 al 4%) son similares a los contratados por el país con los organismos multilaterales como el BM, BID y CAF; sin embargo, la diferencia de los créditos obtenidos de estos organismos es que tienen mayor libertad para la contratación de empresas locales y fuerza de trabajo local, entre otras cosas. Por lo tanto, es aconsejable gestionar mayores niveles crediticios con estos organismos multilaterales que contratar créditos chinos.
Estos créditos chinos se irán desembolsando en la medida que cada proyecto vaya siendo ejecutado, en otras palabras, la ejecución de estos créditos seguramente durará más de 3 años dependiendo de cada proyecto, por lo tanto el endeudamiento de los 7.500 millones de dólares no será en una sola vez.
El nivel de los indicadores de la deuda externa de Bolivia es bajo, por lo que se tiene un amplio margen de endeudamiento, considerando además que estos créditos serán desembolsados gradualmente de acuerdo a la ejecución de las obras; pero, eso no quita realizar el análisis de sostenibilidad con revisiones periódicas, evaluando también el comportamiento de la economía nacional en los próximos años, especialmente ahora que los ingresos por exportaciones están bajando por la caída de los precios del gas, minerales y granos, y probablemente las recaudaciones tributarias internas también vayan a disminuir.
Los indicadores de sostenibilidad de la deuda externa al 30 de junio de 2015 (BCB) muestran los siguientes datos: el ratio saldo de la deuda externa sobre PIB alcanza a 17.2% cuando el límite referencial es 50%, la relación servicio de la deuda sobre exportaciones alcanza a 3.2% cuando se tiene un límite referencial de 20%, el ratio saldo de la deuda externa sobre exportaciones es 46.5% cuando el límite es 150%. Estos indicadores están muy por debajo de los parámetros establecidos en los estándares internacionales.
Un tema fundamental en la contratación de deuda externa es el destino del crédito y en el caso que nos ocupa, los que toman las decisiones deberían reflexionar si es conveniente por ejemplo destinar recursos a construir nuevos estadios de fútbol o represas gigantes que indudablemente afectarán los equilibrios medioambientales, poniendo en riesgo nuestro patrimonio en biodiversidad al inundar regiones amazónicas.
Finalmente, es bueno aclarar que este tipo de créditos bilaterales no corren el riesgo de la deuda soberana, que son títulos de deuda emitidos por el Estado en los mercados internacionales que son adquiridos por privados que los puedan revender en los mercados secundarios y caer en manos de acreedores buitres, como el paradigmático caso argentino.
Mirar hacia adelante
El pasado 19 de octubre el gobierno de la República Popular de China aprobó un crédito millonario para Bolivia de 7.400 millones de dólares por lo que las obligaciones con esa nación aumentarán a 7.915 millones de dólares.
El dinero será canalizado por el Eximbank de China (Banco de Importaciones y Exportaciones de China) y servirá para impulsar 11 megaproyectos de integración vial, ferroviaria e hidroeléctrica, que incrementarán la capacidad productiva, comercial y turística del país.
Asimismo, el pasado 26 de octubre se efectuó la conferencia Inversión en la nueva Bolivia, organizada por el diario británico Financial Times en la ciudad de New York, con el objetivo de atraer inversiones extranjeras que se sumen a la inversión pública y privada nacional en sectores estratégicos del país. Dicha inversión permitiría la diversificación de la economía y la industrialización de áreas como hidrocarburos, energía, minería, turismo y alimentos.
Ambas acciones buscan fortalecer la economía nacional y convertir al país en el centro energético de Sudamérica cumpliendo los parámetros establecidos por la Agenda Patriótica del Bicentenario 2025.
El autor es dirigente del PS-1 y Ex Gerente General del BCB
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