Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Lucía
En los últimos seis meses, los
agresores sexuales de niñas han acentuado su saña en el país
La madre y los recién nacidos
están en perfecto estado de salud. Ellos pesaron 2.340 y 2.440 gramos al nacer.
No se necesitó incubadora”, dice el reporte médico después de que una niña de
11 años diera a luz gemelos en la ciudad de Santa Cruz. Qué ironía pensar en
perfección, cuando esos bebés son producto de una violación que además fue
perpetrada por el padrastro de la menor. El reporte concluye con un comentario
que es como una bofetada “no sabemos cómo será su comportamiento como madre”.
Ese embarazo debió ser interrumpido. Esa niña debería estar pasando clases y
jugando en los recreos sin que nadie turbe su misión de crecer. Y no hay ningún
perfecto estado de salud cuando se conoce de su anemia aguda y las
transfusiones de sangre que necesita para sobrevivir.
En junio de este año otra niña
de 11 años quedó embarazada víctima de una violación cometida por un conductor,
pero en esa oportunidad se cumplió con la ley e interrumpió el embarazo,
apoyada por su familia, la Defensoría del Pueblo y entidades que defienden los
derechos de las niñas y las mujeres. En esa ocasión se conoció que en el Plan
Tres Mil de Santa Cruz se reportaron 200 casos de violaciones en seis meses, es
decir que al menos ocurre una violación por día. Es más aterrador el reporte en
el ámbito nacional: 16 niñas o niños sufren cada día agresiones sexuales, solo
se denuncian cinco casos y la mayoría de ellos suceden dentro del hogar, donde
el agresor es familiar o conocido de la víctima.
Pero hay algo más que conmueve,
que cuestiona, que angustia, que sobrecoge en este tema, y es que en los
últimos seis meses los agresores de niñas han acentuado su saña y las matan
atándolas a un palo y estrangulándolas, como ocurrió el 19 de marzo de este año
en El Alto con Ester de 13 años, o lo sucedido en Chulumani el 29 de julio con
una niña de 10 años que luego de ser violada fue asfixiada con las manos y
golpeada en el cuello y en la cabeza hasta matarla.
Todos estos dramas no son
noticias de crónica roja. Son el resultado de una sociedad poco preocupada por
los niños y niñas, enfocada en la sobrevivencia en el caso de los más pobres, o
en la búsqueda de mayor confort en el caso de los más acomodados. Tampoco
tienen la suficiente atención de las autoridades encargadas de tomar decisiones
y establecer políticas de prevención, porque están enfrascadas en sus peleas
cotidianas para alcanzar mayor poder. En medio de tanta confusión están las
niñas torturadas y vejadas a las que por escasas horas se les presta atención,
pero solo para levantar la voz, echarse culpas unos a otros y volver a la
batalla diaria como si nada hubiera pasado. Las agresiones sexuales, las
torturas y asesinatos de niñas deben ser encarados como tema de Estado, con
políticas, acciones y recursos inmediatos. No son desechables, son seres
humanos que no gozan de buena salud.
y Twitter: @escuelanfp
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