Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Alejandro Nadal
La economía china es un laboratorio único para estudiar la
evolución de una economía capitalista. Procesos que tardaron siglo y medio en
otros países se han llevado a cabo en unos cuantos años en China. Desde el
triunfo de la contrarrevolución en los turbulentos años ochenta y el inicio de
las “reformas”, hasta este periodo de crisis y reacomodos estructurales, el
proceso de acumulación en China ofrece lecciones importantes que permiten
reinterpretar el pasado de la economía capitalista mundial. Especialmente
importante es la información que nos proporciona la evolución de su sistema
financiero.
La reciente
devaluación del yuan es un signo de que las autoridades chinas toleraron mal el
dato sobre la caída de 8,3 % en las exportaciones del gigante asiático
anunciado la víspera. El crecimiento del PIB se ha desplomado y hoy no debe ser
superior a 5 % (el dato oficial de 7% es poco confiable y la reducción es
mayor).
En realidad,
la devaluación es una confesión de que el muy anunciado cambio del modelo de
crecimiento para dar más importancia al mercado doméstico ha fracasado. El
consumo doméstico no despega porque en el modelo capitalista chino la
explotación de la mano de obra y los salarios miserables siguen siendo una
fuente clave de rentabilidad.
En 2009,
cuando la crisis mundial se intensificaba, el banco central chino lanzó un
paquete de estímulo de más de 4 mil millones de yuanes para apuntalar el
crédito. Desde esa fecha, la adicción al crédito se ha hecho cada vez más
intensa y hoy se necesita cada vez más crédito para generar menos crecimiento.
Entre 2007 y 2014 el crédito como proporción del PIB pasó de 130 a 200 %. La
contraparte de esta expansión en el crédito es un endeudamiento desmedido por parte
de casi todos los agentes en la economía china. Sin embargo, el crecimiento
siguió su tendencia a la baja.
El
desarrollo del sistema bancario en China sigue un camino tortuoso. Por un lado
los bancos comerciales están sujetos a una reglamentación que se antoja severa.
La restricción más importante es que los bancos no pueden otorgar préstamos por
encima de 75 % de sus depósitos. Pero esta restricción ha comenzado a frenar el
crédito, sobre todo ahora que los bancos comerciales compiten con las instituciones
del llamado sistema de bancos sombras. Mientras este sistema nació hace más de
tres décadas en Estados Unidos y Europa, en China su desarrollo comenzó en
2000, pero su crecimiento ha sido rápido. La definición del sistema de bancos
sombras es algo imprecisa, pero incluye operaciones muy importantes: préstamos
por cuenta de terceros, créditos por empresas que no forman parte del sistema
financiero, garantías y aceptaciones bancarias, transferencias de beneficios de
fideicomisos y, desde luego, un abanico de operaciones con derivados
financieros sin registro en los estados financieros de bancos y otras
instituciones.
Aunque los
bancos sombras no están sujetos a la regulación del sistema formal, dicha
reglamentación obliga a que las operaciones sombras pasen a través de la banca
formal comercial. Por eso se puede afirmar que las operaciones en la sombra son
en realidad un disfraz de créditos otorgados por los bancos del sistema
convencional. El sistema sombra es, desde este punto de vista, una fuente de operaciones
y un canal de crédito que el banco central no puede controlar. De frenar y
sujetar este sistema paralelo, la economía china sufriría una contracción
todavía más severa.
El tamaño
del sistema sombra en China es pequeño: sus activos representan 31 % del PIB
(en Estados Unidos e Inglaterra esos activos alcanzan 150 y 648 %,
respectivamente). Pero una lección de la historia de los sistemas bancarios y
financieros es que los bancos convencionales y los bancos sombras mantienen
relaciones simbióticas. Mientras las instituciones sombra necesitan los canales
de los bancos formales, éstos mantienen niveles de exposición significativos en
las operaciones del sistema sombra. Para mejorar su competitividad, los bancos
formales sirven de cortina para el sistema sombra.
El
crecimiento en China se ha ralentizado y el panorama de la economía mundial no
indica que sus mercados vayan a crecer como lo hicieron en el pasado. Mantener
tasas de rentabilidad “adecuadas” será cada vez más difícil. Desde muchas
direcciones se incrementará la presión para liberalizar más el sistema
financiero y bancario en China. El paso inmediato es la introducción de
reformas que permitan incrementar la profundidad del sistema bancario sombra.
La especulación, la sobreinversión y la aparición de burbujas se van a
incrementar.
En su
idolatría de la rentabilidad, el sueño de un capitalista es obtener ganancias
sin pasar por un proceso productivo real. China no es una excepción. Es un
sueño de difícil realización, pero hace tiempo que los capitalistas
descubrieron que la gallina de los huevos de oro vive en un espacio donde los
sueños se hacen realidad: es el ecosistema de las sombras y de la especulación.
y Twitter: @escuelanfp
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