Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Fernando Rodríguez Ureña
El
socialismo en la historia boliviana ha sido un concepto que ha tenido
diferentes connotaciones asociadas a los procesos políticos y sociales en que
se proponía.
Desde las
misiones jesuíticas que organizaban la vida cotidiana y la producción con
rasgos de falansterios del socialismo utópico francés, o la propuesta política
de los igualitarios de Andrés Ibáñez que retrataban una idea de igualdad en la
construcción de una sociedad diferente, pasando por el Tata Belzú que
desgranaba un discurso político que hacía brotar un populismo que expresaba las
demandas de los de abajo en la estructura social de su época, o el socialismo
militar de la post guerra del Chaco fundado en la concepción de la igualdad de
los bolivianos y la lucha contra los intereses de las empresas imperialistas
que desangraban económicamente al país y en cuya vanguardia se encontraban
militares, o el socialismo cristiano de algunos de los jóvenes guerrilleros de
Teoponte que argumentaron con su vida los nexos que existen entre los marxistas
y los cristianos consecuentes que son capaces de dar su vida por los
desposeídos, o el denominado torrismo, corriente que expresaba el pensamiento
de Juan José Torres, militar patriota asesinado por el Plan Cóndor cuando vivía
exilado en la Argentina.
Todas
estas expresiones de socialismo, reflejaron un estado de ánimo de las mayorías
que buscaban construir una sociedad con igualdad y justicia social.
Aquí cabe
subrayar, que además de estas corrientes de pensamiento, también estuvieron y
están presentes en la historia de Bolivia, las concepciones socialistas de las
diferentes expresiones de la izquierda boliviana, que desde su horizonte
comunista, se expresaron en sus versiones leninistas, estalinistas,
trotskistas, maoístas y guevaristas, reflejando con sus matices diferentes
maneras de concebir la construcción del socialismo. No debemos olvidar que
junto a estas visiones, también estuvieron presentes propuestas socialdemócratas
y de izquierda nacional, que también tenían sus propias acepciones del
socialismo.
Desde
otra perspectiva, el concepto del socialismo también estuvo teñido de
posiciones conservadoras nacionalistas, de derecha, expresadas en el falangismo
de Unzaga de la Vega.
Con esto
queremos señalar que el socialismo como concepto, estuvo presente en el
horizonte de la lucha de las ideas políticas en Bolivia y su mención espantó a
los sectores oligárquicos de todos los tiempos.
Hoy
vivimos una nueva expresión del socialismo en Bolivia. Y la versión socialista
contemporánea, es una versión de socialismo doctrinario del marxismo, pero
“nacionalizado” y desarrollado de acuerdo a las características propias de la
formación social y económica boliviana.
El socialismo
comunitario es la expresión de los proyectos históricos de las grandes
mayorías nacionales, que confluyen y se abrazan para formar un proyecto donde
los conceptos de clase, nación y nacionalidades oprimidas, articulan una
propuesta novedosa, aireada, atractiva de un socialismo “a la boliviana”.
Para que
esto ocurra, tuvieron que develarse las contradicciones inherentes a nuestra
formación económica y social que explicaban nuestra lucha anticolonial,
antiimperialista y anticapitalista y construir un proyecto político que
expresara las luchas mencionadas.
Y el
producto más esclarecido de esa visión, es precisamente el Estado
Plurinacional, concepto que contiene y materializa la conjunción de proyectos
políticos, económicos y culturales de la clase, la nación y las nacionalidades,
que confluyen históricamente, para materializar un solo proyecto que expresa la
superación de las consecuencias inherentes a esas formas de dominación colonial
y republicana, productora de exclusión, racismo encubierto, dominación patriarcal
y patrimonial y pobreza generalizada de las mayorías nacionales.
El Estado
Plurinacional y su Constitución Política del Estado, son la negación de la
condición de Colonia y de Estado Republicano con que llegamos al siglo XXI, que
durante la primera independencia cambió todo para no cambiar nada, reformando
instituciones en su forma, pero no en su fondo, cambiando contingentes pero
manteniendo contenidos y produciendo una sociedad pigmentocrática, donde el
darwinismo social era parte del paisaje.
La
Asamblea Constituyente y la Constitución Política del Estado Plurinacional,
expresan nítidamente las correlaciones de fuerza entre una Bolivia mayoritaria
ansiosa de profundos cambios y participación en la conducción de los destinos
de la patria y la otra Bolivia, oligárquica, occidentalizada, con valores
ajenos a nuestra realidad, admiradora de lo extranjero en condición de
subordinación.
Y es tal
esa adhesión a esa visión Plurinacional, que Evo Morales sale victorioso en
siete elecciones con más del 50% de los votos del pueblo. No quepa la menor
duda, de que las mayorías indígena campesinas originarias, obreras y de otros
trabajadores manuales e intelectuales apostaron por construir una nueva
sociedad.
Es en ese
contexto que se puede entender el socialismo comunitario al que alegan Evo
Morales y Álvaro García Linera en los actos de posesión del segundo mandato
constitucional como Jefes del Estado Plurinacional electos democrática y
mayoritariamente.
El socialismo
comunitario es diferente del socialismo ortodoxo y burocrático que
fracasara en la Europa del siglo XX, se construye en raíces y valores de los
pueblos y naciones que forman Bolivia, junto a la conciencia de los
trabajadores explotados por las diversa formas del capital y que incorpora en
su proyecto de construcción estatal a los otros sectores de la sociedad que
abren su mente hacia una nueva sociedad.
Por eso
también es coherente que junto a la concepción novedosa de Estado Plurinacional
y socialismo comunitario, sean acompañados por otros conceptos que
explican la propuesta epocal, como son el vivir bien, entendido como
horizonte de sociedad que supere el paradigma de la modernidad y las
contradicciones entre trabajo v/s capital y capital v/s naturaleza, y nos abra
las posibilidades de pensar en construir una sociedad protectora de la vida de
todos los seres biológicos, entendidos como seres interdependientes y
complementarios para reproducir la humanidad y la naturaleza sobre el planeta
tierra, concibiéndolo como un ser vivo y con derechos.
Esa la
perspectiva anticapitalista del proyecto socialista comunitario en un momento
de la historia de la humanidad en que la depredación capitalista de la
naturaleza nos ha conducido a un desastre ambiental no conocido en la historia
de la humanidad y que además enfrenta a pueblos y culturas, como otra expresión
de la lucha de clases.
En ese
contexto, también debemos entender el rol que juega la revolución democrática y
cultural en el proceso de transición entre la vieja sociedad que no termina de
morir y la nueva que no ha terminado aún de nacer.
El socialismo
comunitario es el contingente de la revolución democrática y cultural, cuyo
expresión más radical es la de producir una sociedad más inclusiva, productora
de soberanía, de oportunidades para las mayorías nacionales compuestas de
hombres y mujeres, radicalizando y superando la matriz liberal de los derechos
y libertades, creando las condiciones materiales y tecnológicas, además de
espirituales para producir un nuevo Estado, una nueva democracia, nuevas formas
de organización de la sociedad en sus relaciones entre los seres humanos y de
estos con la naturaleza.
El socialismo
comunitario tiene como otra de sus características la vía democrática para
la ascensión al poder y la construcción de una sociedad democrática
participativa, que supere la noción liberal de democracia representativa. Por
todas estas razones, la revolución democrática y cultural representa la
transformación de la democracia liberal republicana, que en su profundización
ya empieza a construir el socialismo comunitario.
Por
tanto, el socialismo comunitario es un territorio en disputa entre el
viejo orden que se niega a dejar el poder y el nuevo orden que no solamente
quiere llegar al gobierno, sino que quiere tomar el poder. En su seno la lucha
de clases toma diferentes manifestaciones, desde simbólicas hasta fácticas,
desde pacíficas hasta violentas, desde el ámbito legal hasta el conspirativo.
Es decir, el socialismo comunitario es una arena en disputa, un punto de
quiebre, en el que el proyecto revolucionario sólo podrá realizarse solamente
si se produce la permanente radicalización del proceso de cambio, en el marco
del programa revolucionario de los movimientos sociales y la construcción y
fortalecimiento de su instrumento político que exprese la voluntad política y
organizativa de las grandes mayorías.
Por lo
expuesto, el socialismo comunitario es la expresión del proceso de transición
hacia una sociedad sin clases, sin explotadores ni explotados, sin amos ni
patrones y que por tanto implica la emancipación de los seres humanos y de la
naturaleza para construir la felicidad para todos los hombres y mujeres y el
respeto de todas las formas de vida en la naturaleza, una propuesta estratégica
similar a la propuesta comunista, pero con una ética y valores propios de
nuestras culturas y sociedad.
El autor es sociólogo, ex
embajador de Bolivia en China y dirigente del Movimiento Guevarista
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