Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
El
13 de marzo de 1931 nació Marcelo Quiroga Santa Cruz, y en esta fecha queremos
compartir una transcripción de la entrevista realizada en la radio “Nueva América” programa “El informal”(
La Paz, 1978), que pese al transcurso del tiempo, en muchos aspectos no
pierde actualidad.
Por:
Marcelo Quiroga Santa Cruz
Quisiera emitir un juicio a
propósito de un criterio difundido sobre todo en círculos de la empresa
privada. Suele oponerse la empresa estatal a la privada descalificando a la
empresa estatal por ser mal administrada; se juzga que el Estado es un mal
administrador y que por lo tanto las empresas del Estado debieran dejar de
serlo. Desde luego los dirigentes de la empresa privada, me refiero a aquellos
titulares del sector monopólico de la actividad privada vinculados directamente
al imperialismo, no muestran gran conocimiento de la problemática económica y
desde luego poca perspicacia inclusive para identificar los aspectos positivos
que tiene este tipo de empresas administradas por el Estado; citaré un solo
ejemplo, el caso de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos. Si esta
entidad no fuese estatal sino privada, no podría mantenerse el régimen
subvencionado de los carburantes, porque un régimen subvencionado de los
carburantes, es decir, una depreciación en el mercado impuesta por el Estado,
traería como consecuencia una disminución en la rentabilidad de la empresa
privada, una disminución de sus utilidades. Si por el contrario, se aumentaran
los precios, éstos incidirían en los costos de producción de la empresa
privada. Por lo tanto, en este caso, la empresa privada está consumiendo
carburantes a un precio que no corresponde a la realidad de su costo de
producción y la diferencia la está subvencionando el Estado y el Estado es la
economía nacional, es el tributo de todo el pueblo.
[…] El país produce fundamentalmente minerales, petróleo y gas. Entre estos tres productos se forma aproximadamente el 90% del valor de todas nuestras exportaciones. El producto de estas ventas se traduce en dólares y el país utiliza esos dólares para la importación de todo aquello que no produce. Bien, el Estado produce, genera, el 80% de las divisas, de los dólares, la actividad privada solo el produce el 20% de las divisas; pero quien consume el 80% de las divisas es la actividad privada y el Estado consume solo el 20% […]. Cómo se las emplea: no se necesita ser socialista para comprender la irracionalidad de un sistema que utiliza los dólares generados en la explotación de un recurso agotable como es el estaño, como es el wolfram, el bismuto, el petróleo, el gas, para importar por ejemplo escarbadientes del Brasil, mantequilla de Dinamarca, o helados D’Onofrio del Perú. Hay que entonces tomar medidas y enérgicas para racionalizar la economía nacional, tenemos que acabar con esta política económica demencial, que consiste en embriagar a las capas altas de la pequeña burguesía de mayores ingresos, que pasean deslumbradas por el Prado ante un edificio de veinte pisos, pero que no se preguntan dónde y cómo viven los albañiles que construyeron esos edificios. Habría que recordarles que el precio del metro cuadrado en La Paz es de 400 dólares y que una cama matrimonial implica por lo menos dos metros cuadrados, esto significa […] que con el valor de la superficie construida de una cama matrimonial se podría construir una casa para un trabajador […]. Hay que tomar medidas enérgicas y yo digo resueltamente algo que muchos partidos de la izquierda no se atreven a decirlo: hay que nacionalizar la “minería mediana”, esa minería que conserva el nombre de mediana pero que ya es en este momento heredera de la gran minería que se nacionalizó hace tantos años.
[…] Sin duda que no es tarea desdeñable y no carece de importancia la de fomentar la práctica del deporte, me parece una cosa muy importante y creo que todos debemos celebrar el que el estadium principal de La Paz tenga una mayor capacidad y un mejor aspecto de los que tenía antes. Pero tal vez en lo que no se ha reparado es que el costo que demandó el financiamiento que fue necesario para la realización de esos Juegos Bolivarianos fue de 37 millones de dólares, y que esa suma es equivalente a la necesaria para el financiamiento de los hornos de fundición de estaño, para la totalidad de la producción de estaño nacional. Se trata entonces de definir un orden de prioridades en el gasto; naturalmente que si un padre de familia utiliza todo su sueldo para comprar algo superfluo a ninguno de los miembros de la familia le va a disgustar que eso superfluo esté en la casa, pero si para ello tiene que privar del pan a sus hijos ese padre de familia es un pésimo administrador de la economía doméstica y eso es lo que pasa en nuestro país.
[…] Voy a referirme a una medida que va a preocupar mucho a quienes temen el triunfo del socialismo en nuestro país, les va a preocupar sobre todo por los alcances que tendría, pero probablemente se recuperarán muy pronto de esa intranquilidad pensando en que no son muchas las posibilidades de que quien tiene la satisfacción de estar con ustedes esta tarde, ocupe el Palacio de gobierno el 6 de agosto de este año. Yo creo que hay un principio universal que debiera ser invertido en sus efectos en nuestro país. Ese principio dice que toda persona es inocente a menos que se pruebe lo contrario. Yo creo que en nuestro país hay que invertir este axioma universal y comenzar a sostener que son los que tuvieron en sus manos la responsabilidad de administrar los intereses públicos quienes tienen que demostrar que son inocentes. La primera medida que yo tomaría sería obligar a toda persona que tuvo bajo su responsabilidad la administración de los intereses públicos y nacionales, a demostrar que el origen de sus fortunas es un origen lícito, es un origen legítimo. No puede explicarse lo ocurrido en estos últimos siete años [1971-1978], es absolutamente inexplicable que un ministro de Estado, un subsecretario, un administrador de una empresa del Estado, un miembro del cuerpo diplomático, autoridades prefecturales, con los sueldos modestos que se pagan en la administración pública, incluida la propia presidencia de la república, hubiesen salido de la pobreza y se hubiesen convertido en gente de fortuna, que además la exhibe con insolencia y con insensibilidad ante un pueblo hundido en la miseria.
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