Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por:
Jorge Viaña
Uno de los procesos más importantes desde el punto de vista
de una estrategia política que vaya más allá de solo sostener las coyunturas
que emprendió Chávez fue el tránsito entre el 2006 y 2007 entre las formas
organizativas que se dieron en el proceso Venezolano desde fines de los 90s, Movimiento
por la Quinta República, y la necesidad de plantearse el inicio de la construcción del
socialismo. El triunfo popular frente al intento de Golpe de Estado en el 2002 exigió
un replanteo de las formas organizativas y la respuesta fue la organización del
Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) entre el 2006 y el 2007. Con todas las limitaciones y errores que se
puedan atribuir a este proceso hasta hoy, permitió básicamente un espacio
político y organizativo para aglutinar un polo de izquierda y a los sectores y
dirigentes más esclarecidos y comprometidos con una posición más
anticapitalista marxista y no marxista
que intentando no caer en el viejo error de vanguardismo sustitucionista dirija
de mejor forma el proceso político en una coyuntura de ocupación del Estado.
Nada de eso hemos podido hacer en Bolivia. Tal vez el error
político más importante que se ha cometido y se está cometiendo en Bolivia a
casi una década del gobierno del MAS es no aglutinar en un polo una corriente
clara de izquierda y que en el caso boliviano logre articular bisagras con las
tendencias más consecuentemente anticapitalistas del Indianismo y el Katarismo
y que actué dentro y fuera del estado de forma más o menos organizada.
Estamos hablando de crear un polo dentro del MAS y otras
organizaciones, partidos, grupos y personas del proceso, que sin caer en
posiciones de un maximalismo imposible de cumplir o vanguardismos exacerbados y
conservadores o descuidar las coyunturas, se planteen cómo profundizar el
proceso, como lograr verdaderamente construir formas de autogobierno social y
no estar solo centrados en un pragmatismo estatalista. Un polo político que sin
descuidar las coyunturas no este casi todo el tiempo en un pragmatismo
electoral que es en lo que estamos casi permanentemente. No hay una visión
estratégica más profunda más allá de la retórica de ciertos altos funcionarios,
o peor aún, casi todo se resuelve adulando a los jefes de estado, la crítica y
la autocrítica hoy casi no existe y casi nadie la incentiva (menos los jefes) por
que solo se priorizan los objetivos pragmáticos, las maquinarias electorales,
los cálculos electorales, las candidaturas y la adulación a las “nuevas” clases
medias que si no las politizamos son las que erosionaran el proceso por sus
intereses concretos. Este es un problema político, no es solo que existen e
influyen “expertos” en estas “artes” pragmáticas que siempre habrá.
Con todas sus limitaciones y errores los círculos
bolivarianos creados desde el 2002 en Venezuela son un esfuerzo de construcción
de elementos de poder popular desde abajo. El error que se comete en Bolivia es
creer que por que existe una amplia capacidad organizativa urbana y rural ya
está cumplida esta tarea. Todo lo contrario, no hemos podido reforzar las
tendencias que planteen mandatos imperativos al gobierno de construcción de
poder popular desde abajo y que se intente construir estos núcleos de poder de
base no solo para elecciones y fines coyunturales y con un norte ideológico y
político que no sea solo llamar a votar.
Lamentablemente y resultado de una política pragmática y
centrada en las coyunturas, hoy no existe una tendencia y un polo que aglutine
a las corrientes más emancipativas, no se está haciendo un trabajo ideológico y
político practico de formación de esta tendencia, con raras y encomiables pero
medio marginales y limitadas excepciones. Cuando debería ser uno de los
trabajos políticos más importantes de todos nosotros, sobre todo de los más
altos funcionarios del gobierno que fueron parte de grupos vinculados a
tendencias de izquierda o indianistas. La labor de este polo que no existe, debería
ser pensar como ir más allá de solo tener alimentos, recuperar excedente y
redistribuirlo, o hacer grandes obras, o peor aún solo hacer cálculos políticos
y maquinarias electorales, sino, como sin poner en riesgo el proceso y las
tareas urgentes y coyunturales, que es casi lo único que piensan estos altos funcionarios,
cómo profundizamos el proceso, cómo vamos más allá de solamente hacer alianzas
con los agroindustriales cruceños u otros sectores del capital, como nos planteamos
prácticamente hoy el inicio de la construcción del socialismo y no creer que es
una tarea de las próximas generaciones, por mucho que se pueda avanzar muy poco
-que tal vez en eso podrían tal vez tener razón los pragmáticos estatalistas-,
hay una diferencia abismal entre avanzar aunque sea poco hacia el socialismo y
solo reproducir el capitalismo periférico colonial que es lo que estamos
haciendo buena parte del tiempo hoy por que estamos priorizando una política
pragmática estatalista y electoral, que en sí misma no es “mala”, es solo lo
mínimo para sobrevivir como proceso, lo malo es priorizar casi todo el tiempo
solo eso.
No existe un polo que empiece a condensar fuerzas
intelectivas y prácticas que con principio de realidad y tomando en cuenta las
coyunturas trabajen en la perspectiva de avanzar más y no solo hacer
maquinarias electorales y políticas pragmáticas de manejo del Estado por muy
progresistas exitosas o creativas que puedan ser. Debemos aclarar además, que no
es solo que el Estado ejerce relaciones de tutelaje y subordinación sobre los
sujetos colectivos y movimientos, es también que las organizaciones no logran
ir más allá hacia planteamientos auto determinativos y de autogobierno social,
norte de toda política auténticamente revolucionaria. En ambos flancos se debe trabajar,
de ahí la importancia de que logremos tener gobiernos indígenas y empujar sobre
todo las grandes transformaciones estructurales económicas, políticas y toda
forma de disolución de las atribuciones del Estado en formas de autogobierno
social y popular que me parece que el proceso Venezolano se planteó con todas
sus limitaciones y errores, pero para eso necesitamos que se entienda y se
comparta este objetivo estratégico y no solo estar casi todo el tiempo
reproduciendo el capitalismo el liberalismo electoral y la colonialidad.
Aprender del proceso Venezolano y de Chávez con todos sus errores y
limitaciones es -creo yo- la mejor forma de hacerle un homenaje a un compañero
de lucha de dimensiones históricas y no hacer adulaciones vacías, cuando ni se
lo entiende ni se comparte lo fundamental de su legado.
En Bolivia hoy más que nunca se necesita aglutinar en un
polo amplio a los compañeros, sectores y tendencias que quieren hoy y ahora avanzar hacia el
socialismo. Pero primero se requiere hacer conciencia que no existe este polo
político articulado que hoy se ha vuelto imprescindible y vital. Procesos
revolucionarios que no avanzan se estancan y lo que se estanca se descompone
más allá de las buenas voluntades.
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