Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Alfredo Rada
Vivimos en una sociedad
desgarrada por contradicciones y lucha de intereses clasistas, étnicos y
regionales; mientras ese carácter estructural no se modifique la conflictividad
social seguirá existiendo y lo más que puede hacerse, desde el Estado y desde la
Sociedad Civil, es controlarla canalizándola por cauces cada vez más
democráticos, buscando transformar su energía en fuente de legitimidad para
nuevas formas de convivencia social cada vez más justas y equitativas.
Hemos ingresado de lleno a un
nuevo ciclo de conflictos que comenzó en la segunda quincena de marzo y que se
extenderá hasta mayo de 2012. Este ciclo tendrá como cotas más altas los
conflictos regionales, fundamentalmente el de Tarija con Chuquisaca por la
distribución de la renta hidrocarburífera generada por el campo Margarita –
Huacaya, y el conflicto sindical con sectores afiliados a la Central Obrera
Boliviana (COB), cuya punta de lanza son hoy los trabajadores salubristas y
profesionales médicos, que se movilizan en todo el país contra un decreto que
extiende su jornada laboral diaria de 6 a 8 horas, menos de lo que trabajan la
mayoría de los bolivianos.
Este contexto puede terminar
potenciando la anunciada IX marcha de los pueblos indígenas en defensa del
TIPNIS, si es que trasciende su carácter sectorial y se convierte en una marcha
nacional aglutinadora de demandas. Encarar adecuadamente estos conflictos,
desplegando iniciativas transformadoras y revolucionarias, evitará costos
políticos mayores al gobierno. Y para tomar buenas decisiones estratégicas se
necesitan buenos diagnósticos y pronósticos, no bastan los discursos mediáticos
o la capacidad de maniobra política.
Algunas pautas para el análisis de la conflictividad
Hace unos días participé en un
Foro sobre “Diálogo y Transformación de Conflictos en Bolivia” organizado por
varias instituciones no gubernamentales, allí se presentó el siguiente cuadro
sobre conflictividad social elaborado por la Fundación UNIR:
Año
|
Número de Conflictos
|
Incidencia en relación al año anterior
|
2006
|
450
|
|
2007
|
375
|
- 17%
|
2008
|
250
|
- 33%
|
2009
|
316
|
+ 26%
|
2010
|
838
|
+ 165%
|
2011
|
1300
|
+ 55%
|
Pero las estadísticas a veces
pueden confundirnos; una cosa es el número de conflictos y otra la gravedad de
los mismos. Así sea el 2011 el año con más eventos registrados, el momento más
crítico de los seis años del gobierno de Evo Morales fue septiembre de 2008,
cuando en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija se produjo el intento de golpe civil
con la toma de instituciones públicas y aeropuertos, y el asedio de barrios
populares por grupos de choque armados por cívicos, prefectos y empresarios de
derecha, cuya máxima expresión de terror fascista fue la masacre de Porvenir,
en el norte amazónico del país.
En el estudio de la
conflictividad social, para un mejor tránsito de lo cuantitativo (análisis
fáctico) a lo cualitativo (análisis estratégico) es útil aplicar la categoría
marxista de Sobredeterminación. La sobredeterminación en el análisis
sociológico, significa que un hecho social relevante (un conflicto) es la
expresión concreta de una pluralidad de factores determinantes. En el análisis
estratégico de un conflicto estructural, de un conflicto no estructural pero
prolongado, o de un conflicto corto en el tiempo pero con altos niveles de
confrontación, se los debe asumir como eventos resultantes de varias causas, ya
que una sola causa no basta para explicarlos. Veamos un ejemplo.
Es el caso del paro cívico de El
Alto del 22 de marzo. Fue una masiva y organizada protesta de los vecinos
contra un intento de incremento de tarifas del transporte público. Pero este
conflicto se gestó por lo menos hace un año, cuando la Asamblea Legislativa
Plurinacional aprobó una ley de nacionalización de vehículos indocumentados,
que saneó el negocio del contrabando masivo de autos “chutos”. La consecuencia
fue que aumentó la cantidad de minibuses, lo que a su vez incrementó la competencia
en el transporte urbano disminuyendo las tasas de ganancia de los empresarios
del transporte (esos que son dueños de flotillas de minibuses) y los ingresos
de los chóferes asalariados. Para no perder, los transportistas mantuvieron el
precio del servicio (tarifa), pero disminuyeron el recorrido. Así surgió el
denominado“trameo”, que empeora la calidad del transporte urbano aunque
paradójicamente haya mayor número de vehículos circulando. Esto originó el
reclamo ciudadano que, al no ser atendido oportunamente por la Alcaldía ni por
el Gobierno Central, desembocó en el paro cívico.
Por tanto en este conflicto
alteño (que se está propagando a la ciudad de La Paz) la solución no es
meramente tarifaria, sino controlar enérgicamente el mercado negro de vehículos
de contrabando (negocio que sigue viento en popa) y regular en beneficio de los
usuarios la calidad del servicio de transporte urbano.
Naturaleza y Tendencias en la conflictividad
Desde el año 2009, luego de la
aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, en el país disminuye
la conflictividad político-institucional y se incrementa la conflictividad
socio-económica, configurando una situación general de malestar social.
Pero, a efectos del análisis, es
importante anotar que no es una conflictividad por escasez, ya que en Bolivia
las principales variables macroeconómicas se mantienen estables y no estamos en
medio de una crisis económica, a diferencia de la dramática situación que viven
los países europeos. Lo que hay en nuestro país es una conflictividad por
redistribución, una pugna redistributiva entre distintos sectores sociales que
demandan mayor acceso a bienes, servicios, factores productivos e ingresos.
Y es una conflictividad ante la
que el gobierno no está respondiendo con transformaciones económicas (del
sistema financiero, de la minería controlada por las empresas transnacionales)
vinculadas al financiamiento de medidas sociales (sistema único de salud,
construcción masiva de viviendas populares, plan de empleo productivo) que
modifiquen la tendencia a la concentración de la riqueza característica del
sistema capitalista. Al respecto y valorando los avances logrados en los
últimos años en la disminución de la pobreza extrema y moderada, no está demás
recordar que seguimos siendo uno de los países más inequitativos de
Latinoamérica en cuanto se refiere a la distribución del ingreso.
Si no hay verdaderas medidas de
profundización del proceso de cambio, se mantendrá esta tendencia al
acrecentamiento de la conflictividad socio-económica, que en su generalización
puede llevar a la desestabilización del propio gobierno. La respuesta
revolucionaria ante una conflictividad de naturaleza redistributiva debe ser
Socializar la Economía, vale decir implementar nuevas transformaciones sociales
y económicas precisamente de carácter redistributivo.
También están resurgiendo con
inusitada fuerza los conflictos por límites intermunicipales e
interdepartamentales, que suelen ser la expresión de disputas por el acceso y
control de recursos naturales renovables (v.gr.
el uso de las tierras agrícolas, entre Killacas y Coroma en el occidente
andino) y no renovables (v. gr. la renta gasífera, entre Chuquisaca y Tarija al
sur del país). La respuesta revolucionaria ante la conflictividad de límites
debe ser Democratizar la Política, vale decir acelerar los procesos de
construcción socialmente participativa del Estado Plurinacional y de
implementación del régimen de Autonomías.
La Paz, 2 de abril de
2012
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