Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Andrés Zamora
Realmente estamos ante una
realidad que no es nueva, lamentablemente, pero el esfuerzo de la familia y del
Movimiento de Liberación Homosexual ha obligado a los medios a informar.
Pero no fue un informe más de un
hecho delictual sino que se constituyó en un evento de dignidad en tiempos de
apuro y de abreviación máxima de la significación, un evento de realidad que ha
develado el hecho sistemático de la discriminación y la sanción ejemplar para quien
es distinto, que altera la normalidad de las cosas instituidas desde un modelo
unívoco de verdad, de una moralidad y disciplina que plantean el acomodo y la
hipocresía, que consagran el silencio ante la herida que no termina, ante el
afectado de cada día que es atacado por gente que dice enarbolar la ruta del
progreso y el orden de una manera forzada, de una manera sin posibilidad de
rebelarse, sino de asumir, míseramente, una realidad sumisa, una realidad
conveniente, pero no de convivencia real con el otro, y es allí cuando lo
axiológico o la teoría de los valores afectivos, de cada día, como la
solidaridad y el respeto, son manipulados por el gesto falso de imponer una
sexualidad o de imponer una forma de progreso o una forma de sentir que
constituye una visión básica, mediocre y oportunista de entender al ser humano.
La libertad que buscaba Daniel le fue arrebatada por los que creían que era una
libertad torcida y sucia.
Después de todo, después de la
muerte, puede venir otra, y por eso postulamos que ya es la hora de plantear un
nuevo Chile, un proyecto histórico incluyente a partir de la vida y la libertad
y la toma de decisiones de muchos como bien lo planteó Iván Fuentes (dirigente
de los pescadores artesanales de la Patagonia rebelde chilena) con el sentido
de cardumen, de manada, ante una sociedad capitalista que destruye lo mas
íntimo del ser humano, cada día haciendo añicos las relaciones humanas,
situando al dinero como la superación individual que trae el progreso y la
felicidad. Pero no vemos por ningún lado sino más discriminación y explotación
contra cada uno de nosotros. Y el símbolo de la muerte de Daniel es un duro
ejemplo de la realidad que vivimos en un Chile sin restricciones para abusar y
golpear al que es menos según el poder.
Por eso la intervención de
Francisco Figueroa, integrante del movimiento estudiantil universitario, en
CNN, planteándose sobre el lucro insultante en la educación, se une a lo que estamos
diciendo. Él propuso que es la hora de unir a todos los que están contra esta
sociedad de la aglutinación o de la riqueza máxima de pocos mientras miles la
pasan mal con deudas infinitas como es el caso de cientos de estudiantes que
están endeudados por 20 años antes de entrar a trabajar, como bien se expuso
con cada marcha social estudiantil del 2011. Claramente su solicitud es
coherente, simple y de lucidez en tiempos de mezquindad y de la pequeñez de una
sociedad de consumo exacerbada y discriminadora hasta el hartazgo.
Lo anterior es materia de la
discriminación criminal, de tipos que se han confabulado en una verdadera
asociación ilícita para quitarle al otro, al que tiene menos, todo, a través de
créditos barbáricos que tienen tasas de interés al máximo, es decir de un 54 %,
según los economistas Parisi. Una locura normalizada que no se toca, sino que
hace prosperar el negocio y el ahogo persistente de tantos endeudados de hoy.
La propuesta de Francisco
Figueroa no es algo del azar , sino del avance de posiciones que ya no aguantan
el totalismo del sistema imperante y los atropellos diarios contra los
chilenos.
Con el asesinato de Daniel
Zamudio, con la tortura que sufrió y por la cual muchos recién ahora sacan la
voz, para la foto, para decir que nunca más. Pero todavía esperamos por la
huella , ese lugar en donde están los detenidos desaparecidos no encontrados
por sus familias. Todavía esperamos por los juicios a los funcionarios del
Estado que torturaron y asesinaron a mujeres y hombres por pensar en una
libertad posible para la mayoría; y todavía, increíblemente, esperamos una
democracia con participación popular que no llega por la inoperancia de los
bloques ( concertación –alianza) que se la pasan levantando banderas que jamás
llegan a un puerto seguro y que sólo encubren el acomodo de sus dirigentes.
Lo que le ha sucedido a Daniel es
el destino no querido, el menos pensado, el que nunca se le pasó por la mente
al estar en una plaza o caminando por la ciudad de noche. Es decir, ese destino
que nos asalta de improviso, y que tenemos que sufrir, no pudiendo realizar
nuestros proyectos auténticos de vida. Por el contrario, desde arriba nos
ofrecen palabras de papel, de una obra de teatro moralista y sancionadora.
En fin, la brutalidad y la falsa
conciencia vuelven a golpear: unos siempre envilecidos y cegados, cumpliendo
los mandatos de la 'normalidad' asesinan a Daniel Zamudio. Ahora debemos
concretar y proyectar una sociedad otra, una alternativa real para todos y
borrar esta cultura reaccionaria que nos cataloga y pone estereotipos duros
tras sus intereses restringidos de vida. Mí abrazo de educador y luchador
social a todos los discriminados de hoy, y un emocionado adiós a Daniel que
luchó hasta el final por una vida libre como la quiero yo también para un
futuro sin martirio ni dueños.
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