Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
El pasado 9 de mayo dimitió de su cargo Roxana Baldetti,
Vicepresidenta de Guatemala, relacionada con una trama de corrupción que
sacudió el gobierno de ese país.
La salida de Baldetti se produjo como consecuencia de una gran presión popular tras la
desarticulación, el pasado 16 de abril, de una red criminal que defraudó varios
millones de dólares al fisco a través de sobornos a empresarios a cambio de
evadir impuestos. Al frente de la red estaba Juan Carlos Monzón, secretario
privado de la Vicepresidenta.
El escándalo fue destapado por la Comisión Internacional Contra la Impunidad
en Guatemala (CICIG). Monzón que estaba fuera del país acompañando a la
Vicepresidenta no regresó y es buscado por autoridades locales y la Interpol.
Tras conocerse el caso miles de guatemaltecos salieron a las calles a pedir la
renuncia del gobierno, repudiando también al sistema de partidos y de poder.
Tras la renuncia de Baldetti el movimiento popular insiste en que el Presidente,
el General Otto Pérez Molina debe renunciar.
Porque el actual
presidente forma parte de la cúpula militar que siguiendo la política del
Departamento de Estado norteamericano con Ríos Montt a la cabeza impuso el
etnocidio y genocidio contra la población indígena y campesina guatemalteca en
los años 80 y 90. Más de 600 aldeas fueron destruidas, torturando y asesinando
a niños/as, ancianos, hombres y mujeres –a quienes violaban antes, masacrando a
las embarazadas- para aterrorizar a la población. En el primer año de su
gobierno fueron asesinados más de 15.000 indígenas, casi 100.000 buscaron
refugio en los países vecinos y unos 500.000 se internaron a vivir en las
montañas.
Otto Pérez Molina era el
jefe de inteligencia en la región Ixil, una de las regiones centrales del
etnocidio. Las comunidades indígenas, y especialmente
las que sufrieron los crímenes y horrores del genocidio exigen un juicio justo
y reparación a las víctimas, y, al mismo tiempo, la clarificación de la
responsabilidad del actual presidente en el genocidio. En el marco del Juicio
en contra de José Rodríguez Sánchez y Efraín Rios Montt, por los delitos de
Genocidio, el pasado 4 de abril del 2013, Otto Pérez Molina fue vinculado por
un testigo presencial en las masacres ocurridas en el área Ixil, identificando
al entonces “Comandante Tito” como el actual presidente: "los
militares y los soldados a órdenes del mayor Tito Arias, conocido como Otto
Pérez Molina, el general Quilo Ayuso y los comandantes de las compañías de
ingenieros coordinaban la quema y saqueo de la gente para luego
ejecutarlos".
¿Por qué es importante la dimisión la Vicepresidenta?
Porque es la primera gran
victoria popular contra la impunidad de un sistema poder oligárquico, que ha vendido
el país a las transnacionales de la energía y la minería e implantado un estado
de terror permanente contra los pueblos indígenas y las organizaciones
populares.
Guatemala vive hoy un proceso de levantamientos populares
protagonizado por movimientos sociales indígenas y campesinos, extendidos por
todos los rincones del país, contra las transnacionales mineras e
hidroeléctricas. En medio de este avance incontenible, el pueblo de Guatemala,
después del genocidio de los 80 con cerca de 200.000 víctimas, sigue pagando
diariamente el coste más alto en vidas y sufrimientos en el continente.
La contraofensiva neoliberal dirigida por este gobierno y las grandes
corporaciones se ha desatado por medio de una violencia extrema contra las
bases y líderes de esos movimientos. El imperio norteamericano con grandes
intereses en el país, está obsesionado por la seguridad de la zona como interés
estratégico, e implementa el terror como forma para detener el avance popular que
parece imparable. Las mayorías indígenas y campesinas, reinventan su
resistencia secular y su organización, y avanzan en la construcción de un
programa unitario de refundación del país.
Foto: Masivas protestas en la Plaza de la
Constitución de Guatemala pidiendo la dimisión del gobierno
y Twitter: @escuelanfp
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