Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Álvaro Hernán Forero
Hurtado
Estar
lejos de mi país ha sido una experiencia constructiva y muy interesante, que me
ha permitido observar las cosas de manera un tanto más tranquila y profunda
para, al final de cuentas, ratificar lo que soy y lo que he construido a lo
largo de este camino.
Pero
hoy escribo estas líneas con un inmenso dolor, el dolor de ver cómo, a pesar de
estar en unos diálogos de paz, sigue generándose y degenerándose el fratricidio
de mis compatriotas (nos matamos entre hermanos), aunado por quienes ven en la
muerte y la guerra la única salida al histórico conflicto social, político y
armado colombiano.
Y
es que en Colombia nos vale una mierda la vida, hemos naturalizado a tal punto
la muerte que ya solo los contamos como cifras; 11, 26, 55, 1000, los que sea…
Convivimos con los asesinatos y los aceptamos como algo “normal en la guerra”.
Pues bien, si la idea es terminar la guerra, ¿por que esa oligarquía que ha
detentado el poder desde tiempos poscoloniales no avanza en esa dirección? ¿Qué
impide generar ya un cese bilateral de las hostilidades como un gesto real de
paz?
Muchos
condenan el ejercicio de la violencia como un instrumento político; el mismo
Estado colombiano plantea esto como un pilar de sus ataques contra la
insurgencia, pero si algo ha quedado claro es que ellos también utilizan la
guerra y la violencia como instrumento de presión para una rendición
incondicional de la guerrilla en la mesa de La Habana. Para explicarlo mejor:
el asesinato de los 26 guerrilleros esta semana en un criminal y cobarde bombardeo
es para el Gobierno colombiano solo un mecanismo de presión política, nada más.
Me
rehúso a pensar que el presidente Santos tenga la intensión de terminar los
diálogos de paz. Sería el peor error que se podría cometer. Significaría la
eternización de una confrontación militar de colombianos pobres, que se matan
entre sí para mantener intactos los intereses de la minoría rica del país; sin
embargo, todo se puede esperar de esta oligarquía, que ha demostrado
históricamente su desprecio por la vida de los menos favorecidos.
Por
lo tanto, no queda de otra que rodear y blindar los diálogos de paz de La
Habana con movilización social, con una exigencia clara de llegar al fin de los
mismos, reclamando con mayor fuerza el tan sonado cese bilateral al fuego y
presionando el inicio formal de las conversaciones con las otras insurgencias.
Este sera el único camino para que el pueblo colombiano empiece a construir una
verdadera paz con justicia social, en donde la reconciliación solamente llegara
en la medida que redignifiquemos el valor de la vida, donde nos duelan todos
los muertos, sea del bando que sea, porque de lo contrario seguiremos
legitimando el asesinato de seres humanos como cuestión válida, amparados en un
contexto de guerra.
Es
el momento de transformar todo el dolor de las madres, esposas e hijos de todos
los muertos, desaparecidos, desplazados, exiliados, amenazados, perseguidos,
mutilados y heridos que ha dejado el conflicto, en una gran fuerza, donde el
pueblo sea el protagonista y le exija al Estado y a las insurgencias parar la
guerra y el derramamiento de sangre, como gesto real de avance hacia la paz.
y Twitter: @escuelanfp
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