Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Tenemos una inmensa deuda con Chávez: haber reinstalado el tema de la actualidad del socialismo cuando el neoliberalismo campeaba sin contrapesos en Nuestra América; haber potenciado extraordinariamente el sentimiento antiimperialista dormido por siglos y que Cuba había despertado con su heroica revolución
HUGO
CHAVEZ, UN NUEVO ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO
Por:
Atilio Borón
Un 28 de julio, pero de 1954 nacía en
Sabaneta, Estado Barinas, Hugo Rafael Chávez Frías. Retomo algunas palabras
pronunciadas hace un par de años pero que el paso del tiempo no hizo sino
reafirmarlas. Chávez fue un líder enorme de la Patria Grande; un digno
discípulo de Bolívar y por su capacidad didáctica aventajado alumno del gran
educador del Libertador, Simón Rodríguez.
Con Chávez la historia venezolana y
de gran parte de Nuestra América abre un nuevo capítulo. La larga marcha
iniciada casi exactamente un año antes del nacimiento de Chávez con el asalto
al Moncada, el 26 de Julio de 1953, y que luego tuviera como sus hitos
fundamentales la guerrilla de Sierra Maestra y el triunfo de la Revolución
Cubana, esa marcha, decíamos, recibió un impulso decisivo cuando Chávez asumió
la presidencia de Venezuela y se convirtió en el Gran Mariscal de Campo que,
con su visión de águila, Fidel había descubierto cuando la izquierda
latinoamericana no daba un cinco por el de Sabaneta. Y el Comandante, como
estratega continental, acertó en su elección porque Chávez cumplió con creces
esa función en la crucial batalla librada contra el ALCA en Mar del Plata, en
Noviembre del 2005. Batalla que marcaría un hito en nuestra larga e inconclusa
marcha por la Segunda y Definitiva Independencia de Nuestra América.
Tenemos una inmensa deuda con Chávez:
haber reinstalado el tema de la actualidad del socialismo cuando el
neoliberalismo campeaba sin contrapesos en Nuestra América; haber potenciado
extraordinariamente el sentimiento antiimperialista dormido por siglos y que
Cuba había despertado con su heroica revolución; haber rescatado la centralidad
de la unidad de nuestros pueblos y plasmado en instituciones concretas el
ideario nuestroamericano como el ALBA, la Unasur, la Celac, Petrocaribe,
Telesur, el Banco del Sur, etc. Fue por eso que se convirtió en el enemigo
público número uno del imperio, cosa que marca definitivamente la gravitación
universal del bolivariano por contraposición a la absoluta indiferencia que
Washington le concede a la inocua ultraizquierda vociferante de América Latina,
esa que hizo de su visceral crítica y repudio a Chávez el leitmotiv de su
existencia. Este pagó con su vida su audacia revolucionaria, su lucha
cotidiana, alejada de la vacía retórica de sus desastrados críticos.
Por eso a Chávez lo mataron con un
cáncer de laboratorio, como lo ha comprobado, definitivamente, el libro de
Astolfo Sangronis Godoy, “La Muerte de Hugo Chávez. La vida por su pueblo” .
Washington, un contumaz asesino serial, también intentó hacerlo mismo con René
Preval (Haití); Lula y Dilma Roussef (Brasil), Fernando Lugo (Paraguay). El
caso de Cristina Fernández, de Argentina, no es exactamente igual pero el
tumor que le afectó la tiroides despertó la suspicacia de muchos. En todo caso,
que el cáncer se hubiera transformado en una “enfermedad contagiosa” que afecta
sobre todo a los líderes antiimperialistas de la región alimenta todo tipo de
sospechas sobre la inescrupulosidad de los recursos a los que apela el imperio
para eliminar a quienes no están dispuestos a convertirse en ejecutores de sus
designios en la región.
Por eso Chávez, como Bolívar, vivirá
eternamente en el corazón de nuestros pueblos. Fue un líder extraordinario
pero, por sobre todas las cosas, una buena persona, un hombre honrado,
transparente y profundamente humano: inteligente como pocos, amigo fidelísimo,
dotado de un fino sentido del humor; lector insaciable y apasionado al punto
tal que sólo Fidel se le compara en este punto; dueño de una memoria fabulosa
capaz de recitar poesías y cantar sin parar hasta el amanecer; hombre de
pueblo, profundamente de pueblo y capaz como muy pocos de comunicarse con su
gente y entender sus vivencias, sus emociones y sus necesidades. Por eso Chávez
fue Chávez, y por eso Chávez es pueblo, en Venezuela y en toda América latina y
el Caribe. En Nuestra América decir Chávez es decir pueblo. Su nombre ha
entrado definitivamente por la puerta grande de la historia. Por eso recordamos
hoy su natalicio y nos basta saludarlo con un ¡Hasta siempre, querido
Comandante Eterno!
Sus seguidores en
Venezuela y el resto del mundo aun lamentan la partida de uno de los líderes
izquierdistas más influyentes en los últimos 15 años. Sus restos reposan en el Museo
Histórico Militar de Caracas.
Quedaron
establecidas las fechas del 28 de julio de 1954, por el natalicio del
Presidente Hugo Chávez y 5 de marzo de 2013, fecha de su fallecimiento como nuevas
efemérides escolares.
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