Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
El triunfo de la Revolución cubana, el primero de
enero de 1959, posibilitó el paso del poder político a manos de una alianza de
las masas populares representadas por el Ejército Rebelde. Los EE.UU. y la
burguesía desalojada del poder, reaccionaron de inmediato contra el proceso
revolucionario y procedieron a adoptar medidas en su contra; redujeron primero
y después suprimieron la cuota azucarera y decretaron la suspensión de
embarques de petróleo, entre otras represalias económicas que la Revolución
pudo sortear con la cooperación de la Unión Soviética. De inmediato el
imperialismo procedería a incrementar sus planes de agresiones armadas contra
la Isla.
El 17 de marzo de 1960, el presidente de los EE.UU.
ordenó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que preparara una fuerza
paramilitar de exiliados cubanos con el fin de agredir a Cuba. A partir de esa
fecha, fueron establecidos trece campos de entrenamiento en Guatemala,
Nicaragua y en bases norteamericanas existentes en Puerto Rico, la zona del
canal de Panamá y en territorio continental estadounidense. La fuerza
mercenaria estaba constituida por unos mil quinientos hombres bien armados,
provistos de tanques, artillería y una fuerza aérea de más de cuarenta aviones,
que era más poderosa, destructiva y agresiva que la de todos los países de
Centroamérica y el Caribe juntos, y poseía una flota de guerra con barcos
artillados que navegaban sin tropiezo con banderas inocentes cambiantes de
color y de forma, con tanta frecuencia que resultaba imposible identificarlos.
Esa flota de la guerra secreta era autónoma e impune y la más numerosa de
Centroamérica y el Caribe y no tenía nada que ver con las fuerzas navales de
ningún país del área.
El territorio seleccionado para la invasión estaba
constituido por una estrecha franja de playa al sur de la entonces provincia de
Las Villas, con escasa población, pocas vías de acceso y con facilidades para
aterrizar, resultaba un lugar apropiado para ejecutar el plan de la CIA que
contaba con el visto bueno de la Junta de Jefes de Estado Mayor y la aprobación
del presidente norteamericano. El objetivo estratégico perseguido era aislar
una región del territorio cubano, situar en el mismo un gobierno provisional y
desarrollar operaciones de desgaste que dieran la imagen de la existencia de
una guerra civil, pretexto para la intervención militar de las fuerzas armadas
norteamericanas. El 15 de abril de 1961, tres escuadrillas de bombarderos de
ataque B-26 partieron desde Nicaragua hacia Cuba y al amanecer atacaron tres
aeropuertos cubanos. La acción resultó un fracaso al no lograr destruir en
tierra la reducida fuerza aérea cubana; sin embargo, hizo evidente la
inminencia de la invasión norteamericano-mercenaria. En el entierro de las
víctimas de los bombardeos el Comandante en Jefe Fidel Castro declaró el
carácter socialista de la Revolución.
En las primeras horas del 17 de abril, comenzó el
desembarco por Playa Larga y Playa Girón, desde los primeros momentos pequeñas
fuerzas de las Milicias Nacionales Revolucionarias enfrentaron la agresión y
dieron el aviso de esta. El Jefe de la Revolución ordenó la movilización de
efectivos hacia el lugar de desembarco, trasladándose al central Australia,
para dirigir las operaciones desde la región de acciones combativas. El
Batallón de la Escuela de Responsables de Milicias (Bon ERM) y otros dos
batallones de milicianos de Matanzas constituyeron las unidades que derrotaron
las avanzadas de paracaidistas en Pálpite y Soplillar. Ese día la Fuerza Aérea
Revolucionaria hundió dos buques y varias lanchas de desembarco, lo cual obligó
a la agrupación naval de la CIA a retirarse mar afuera. Por su parte, el Bon
ERM y la Columna 1 del Ejército Rebelde con blindados y artillería, lanzaron
una ofensiva nocturna contra Playa Larga, posición que ocuparon al amanecer del
siguiente día.
Comenzó a cerrarse el cerco el día 18 sobre Playa
Girón y se redujo el terreno ocupado a la región de retaguardia enemiga. El 19,
inició el avance simultáneo de todas las fuerzas revolucionarias por el oeste y
noreste de Girón; el Batallón de la Policía Nacional Revolucionaria, irrumpió
por el oeste y, después por el norte, entraron cinco blindados, con el
Comandante en Jefe Fidel Castro al frente.
A las 17:30 horas fue vencida toda resistencia
enemiga. Se le ocasionaron alrededor de un centenar de muertos, varios cientos
de heridos y mil 197 prisioneros. Los pilotos y artilleros revolucionarios
pusieron fuera de combate a catorce aviones B-26, de ellos ocho derribados y
seis averiados, obligados a aterrizar en otros países. La Agencia Central de
Inteligencia fue poco audaz al desconocer la capacidad político militar del
Alto Mando de las FAR y la preparación y decisión de lucha del pueblo, que con
talento y valor les asestó la derrota en solo 65 horas. La historia de la agresión
de Playa Girón no solo se tradujo en la gran derrota del imperialismo, sino
también, en ocasión de aquella invasión, se proclamó el carácter socialista de
la Revolución cubana[2].
[2] Fidel Castro Ruz: Discurso de Fidel Castro
en el XXX aniversario de la victoria de Playa Girón el 19 de abril de 1991. En
Fidel Castro habla de Girón, Editora Política, La Habana, 2001, p. 345.
y Twitter @escuelanfp
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