Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Rafael Puente
Pese a que la "cumbre alimentaria”
que viene programando la CSUTCB se sigue postergando, es urgente que todos los
sectores sociales nos pongamos a pensar lo que está en juego y, más aún, cuando
nuestro Gobierno —uno de cuyos pilares fundamentales es la CSUTCB
(Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia)— viene
haciendo negociaciones cada vez más peligrosas con la CAO (Cámara Agropecuaria
del Oriente) que, a su vez, está en posiciones incompatibles con las de la
CSUTCB, al menos en lo que hace al tema alimentario. Por tanto —concretamente
en este caso— no nos vengan con que hay que superar enfrentamientos y buscar
consensos, por la sencilla razón de que las diferencias son irreductibles.
Veamos.
El punto de partida se encuentra en el
programa de gobierno del MAS del año 2005, el primero en la historia del país
que planteó la consiga de soberanía alimentaria, que es mucho más que seguridad
alimentaria.
La diferencia fundamental es que la
seguridad alimentaria depende de la disponibilidad mundial de alimentos (más la
capacidad adquisitiva de un determinado Estado).
En estos momentos se puede decir que
Bolivia tiene plena seguridad alimentaria (quien tiene el dinero necesario
puede comprar todos los alimentos que quiera), pero también se tiene que pensar
que esa seguridad se puede perforar en cualquier momento.
¿Quién nos garantiza que el mercado
mundial de trigo no volverá a momentos críticos y que pueda llegar un día en
que, incluso Argentina, cierre la exportación de trigo? Esto por poner sólo un
ejemplo (pero uno de mucha importancia para este país consumidor cotidiano de
pan de trigo).
Por tanto, era totalmente adecuada la consigna del MAS en 2005, ya que la soberanía alimentaria consiste en la producción interna de alimentos suficientes para la vida humana, al margen de lo que pueda ocurrir con el mercado mundial.
Por tanto, era totalmente adecuada la consigna del MAS en 2005, ya que la soberanía alimentaria consiste en la producción interna de alimentos suficientes para la vida humana, al margen de lo que pueda ocurrir con el mercado mundial.
Y tenemos un país capaz de producir
todos los alimentos que pudiera necesitar su población, lo que falta es la
planificación de la producción para que así ocurra. Y desgraciadamente eso es
lo que no ocurre.
Es sabido que cada año importamos un
porcentaje mayor de los alimentos que producimos, y eso por falta de
planificación y por falta de incentivos. A estas alturas, nuestros productores
campesinos siguen trabajando a pérdida —las ganancias son para los
intermediarios y transportistas— y sin garantías de mercado, en muchos casos
sin agua de riego y sin posibilidades de transporte.
Además, los procesos de urbanización se
han acelerado (en parte porque ya ningún joven quiere ser campesino, en parte
porque el negocio impune de los loteadores sigue inflando la burbuja
inmobiliaria) y el precio de las tierras agrícolas se vuelve incompatible con
la producción.
Por su parte, el Ministerio de
Desarrollo Rural se ha dedicado a cualquier cosa, menos a resolver la
problemática de los productores rurales; mientras tanto sigue vigente la
"libre importación” (pese a la anulación formal del 21060) y nuestros
mercados y supermercados siguen llenos de alimentos que nosotros producimos (o
podemos producir) sin pagar por eso impuestos adicionales…
Por todo eso, la CSUTCB viene
protestando por el incumplimiento total de la llamada Ley de la Revolución
Productiva, por eso está queriendo convocar a la mencionada cumbre, porque está
convencida de que el mayor atraso del país es el de la soberanía alimentaria.
Y, mientras tanto, la CAO lo que quiere
es "ampliar la frontera agrícola” (léase destruir lo que nos queda de masa
forestal) para sembrar productos de exportación. Les importa un pito la
soberanía alimentaria del país y quiere seguir obteniendo licencias para el uso
de productos transgénicos; —les importa otro pito la salud de la población—,
por eso está encantada de poder negociar con el Gobierno.
O sea que son visiones incompatibles,
pero son visiones en las que se juega el destino y la vida de toda la
población; por tanto, no podemos quedarnos como espectadores, sino que tenemos
que tomar partido y exigirle a nuestro Gobierno que lo tome: ¡Con la CSUTCB o
con la CAO!
El autor es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de
Cochabamba.
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