Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Carlos Samaniego Delgado
Estamos en tiempos de cambio, en el tiempo y en el espacio.
Ahí tenemos al Che que venció a la muerte con su palabra de hombre nuevo, con la coherencia de sus sueños puestos en práctica, con su exigencia de que sólo los hombres nuevos son y serán la garantía de los cambios y revoluciones, con su exigencia de no perder la ternura, aún en los peores momentos de la vida.
El Willkakuti, en Bolivia, los indígenas andino amazónicos, con su lenguaje y ceremonias nos urge a dejar atrás el pasado de opresión y lo viejo del individualismo para reencaminar la vida, con la fuerza misma del multiverso, para entrar en comunión y armonía con la comunidad, la madre tierra, el Padre Cosmos, los ciclos de la vida y la historia.
Y en el más acá, en El Alto, en el hospital de los Cubanos, en Chacaltaya, la aguja nos penetró las venas para leer en la sangre nuestras dolencias y unas ventosas electrónicas escribieron en la pantalla cómo está el corazón, el hígado, los riñones, la presión arterial y pasaron, uno tras otro, según nuestro pedido: el siquiatra, el urólogo, el reumatólogo, la ecógrafa, imaginatóloga, el traumatólogo, el gerentólogo. Trece especialistas cubanos que atienden, a todos por igual, sin distinción de clase, de ubicación económica, cultural, sin discriminación, como lo hacen en Cuba. Es el proyecto ¨Mi salud¨. 150 médicos, 150 enfermeras, A ellos se suman 125 médicos bolivianos graduados en Cuba. Un Trabajador Social, acompaña de consultorio en consultorio a cada paciente. Este hospital atiende las 24 horas del día. Por ahora sólo en atención primaria. El paciente sólo tiene que acudir solicitando el servicio a tiempo, porque cuando el mal se arraiga es más difícil erradicarlo. ¿Cómo es la atención? Es un diálogo del especialista con el ciudadano. Ese personal de médicos, enfermeras, técnicos no trabajan sólo dentro del Hospital, trabajan también en la comunidad. Hacen visitas domiciliarias para educar en la prevención para que cada ciudadano, de la edad que sea, junto con su familia, aprenda a prevenir la enfermedad, con la participación de la comunidad. Están organizados para que cada médico de cada una de las especialidades atienda a 3000 habitantes de El Alto. Cuando un médico observa un síntoma de otra especialidad, hace la derivación inmediata y así cada paciente en una sola mañana puede pasar por todos los especialistas que necesita. Es un servicio de cooperación de Cuba con el pueblo boliviano. Y todo está en coordinación con el Ministerio de Salud. Absolutamente gratis, como ¡entre hermanos!.
Al experimentar esto en carne propia, uno se da cuenta que, eso del hombre Nuevo no es un cuento para niños. Uno siente que, el hombre nuevo está aquí, Y que el Che, al que creíamos muerto está entre nosotros. Se lo siente en el pueblo cubano, que envió a estos especialistas para que curen nuestras dolencias. Al vivir esto, uno se da cuenta que, lo que dice la Constitución Política del Estado sobre la salud universal y gratuita es un derecho ¡es posible!, ¡es cierto!. Que lo que nos habló el Che sobre el Hombre Nuevo, está entre nosotros, y que, la comunión y armonía de que nos hablan los filósofos indígenas de nuestro país y aquello del proceso de cambio, es una realidad. Y aquello de los procesos de integración es una realidad irreversible en Bolivia. Y que el sueño que nos contagió EL Che: lo primero es la vida y por cuidar la vida nadie debe hacerse rico, ¡también es posible!.
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