Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Con el surgimiento del capitalismo minero surgieron paralelamente los mineros de trabajo independiente, la sobrevivencia de este tipo de trabajador era buscar pequeños yacimientos alrededor de la mina principal para explotarlos y sobrevivir; otra forma de trabajo era escoger de los descartes que se arrojaban de la mina principal, los procesaban y vendían en el mercado informal de minerales, se conocía a estos trabajadores como pirquiñeros, veneritas, palliris, estas últimas eran generalmente mujeres. Antes de la nacionalización de las minas empiezan a surgir aisladamente grupos de mineros organizados que solicitaban al Estado el arriendo de yacimientos para explotarlos, se los denominó Sindicato de K’ajchas, se podría decir que son el preludio de las cooperativas mineras
La creación de COMIBOL (1952), supuso la contratación de obreros mineros asalariados con todos los beneficios. Los mineros independientes o cuentapropistas se multiplicaron y trabajaban en la informalidad del capitalismo, sin seguro social, ni beneficios; de a poco los mineros con visión de acumulación de capital, conocidos como contratistas, arrendaban pequeños yacimientos marginales de COMIBOL, contrataban mano de obra de obreros mineros informales, los cuales recibían una paga ínfima y no contaban con beneficios sociales. El año 1986, después de la relocalización de los mineros de COMIBOL por la implantación del neoliberalismo, las cooperativas mineras se multiplican y arriendan del Estado yacimientos en su generalidad de baja producción, que fueron abandonados por el cierre de minas de COMIBOL; las minas ricas fueron concesionadas a las grandes empresas mineras, Sinchi Wayra, COMSUR, Inti Raymi, con el tiempo estas empresas se asociaron con empresas transnacionales mineras, como fue el caso de Mina Bolivar, Colquiri, Huanuni y otros.
En más de 25 años las empresas denominadas cooperativas han crecido vertiginosamente, cuantitativamente son más de 100.000 denominados cooperativistas; son un sector social con mucha fuerza y con buen posicionamiento político en el Gobierno; día que pasa las cooperativas mineras solicitan al Estado concesiones ricas en reservas de diferentes minerales.
A nivel social la estratificación de los cooperativistas mineros ha ido adquiriendo diferencias considerables; de acuerdo a las investigaciones realizadas por el CEDIB, un socio con trayectoria puede ganar al mes Bs. 60.000, el ingreso de los dirigentes está en este mismo nivel, internamente los socios cooperativistas contratan a peones u obreros mineros informales, de acuerdo a los datos de la misma investigación del CEDIB, un peón o obrero minero informal gana de acuerdo a su antigüedad, un minero antiguo puede ganar aproximadamente Bs. 250 día, los más nuevos ganan entre 80 a 120 Bs., y los temporales que trabajan entre 1 a 2 meses ganan alrededor de 60 Bs. día; en promedio los obreros informales denominados peones llegan a ganar de 1.600 a 4.500 Bs al mes.; estos no tienen seguro social ni otros beneficios sociales. Esta relación entre los socios contratistas y obreros-peones es una relación desigual que genera una sobre explotación de la mano de obra tipo capitalista.
Las cooperativas mineras en estos últimos tiempos han dejado de ser empresas sociales solidarias que apliquen la reciprocidad y la redistribución, han pasado a ser empresas mineras capitalistas, que no se adecuan a las leyes laborales y obligaciones impositivas. Para lograr evadir todo este tipo de obligaciones los socios y los dirigentes ricos utilizan a peones-obreros para presionar al Estado, sucedió con el pago del IVA. En impuestos las cooperativas sólo pagan regalías, están exentas de pagar el IUE y la alícuota adicional al impuesto a las utilidades de las empresas. De acuerdo a estos datos los socios o empresarios de las empresas cooperativas, se llevan una buena parte de los excedentes, que no va al TG del Estado, ni a la redistribución entre los obreros de las cooperativas o peones.
De esta realidad podemos sacar algunas conclusiones: la situación de la minería en relación al mercado internacional es compleja, porque dependemos de la fluctuación de precios del mercado internacional, nuestra condición empeora al ser sólo productores de materias primas. Las empresas mineras del Estado, por la situación mencionada podrían no ser sostenibles en el tiempo, para esa sostenibilidad es necesaria la industrialización minera (mediano plazo) y evitar que obreros sean despedidos en tiempos de crisis.
Las cooperativas mineras ya no pueden ser consideradas empresas sociales, porque pocos (socios) se enriquecen a costa de una mayoría de obreros, mal llamados peones. Si encaramos y ponemos en práctica la economía social comunitaria, estas mal formaciones de la empresas cooperativas mineras deberían ser cambiadas y transformadas hacia las empresas mineras colectivas autogestionarias, a nivel económico lograr la redistribución equitativa de los excedentes, y a nivel social que los obreros y técnicos gocen de todos los derechos que otorga el Estado a los obreros y trabajadores, además que aporten excedentes para que llegue a la población a través del Estado, un cuarto elemento es la implementación de tecnología que racionalice la explotación y preserve el medio ambiente. Sabemos que esta propuesta es compleja, pero si nos consideramos revolucionarios, socialistas - comunitarios, pongamos en práctica nuestra propuesta discursiva.
Queda pendiente otro problema de fondo, la fuga de excedentes millonarios que se llevan las empresas transnacionales mineras, casi similar a los hidrocarburos antes de su nacionalización, tarea pendiente que amerita análisis y decisiones urgentes.
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