Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
EN EL MUNDO, 5 MILLONES DE NIÑOS SON EXPLOTADOS SEXUALMENTE Y VIVEN EN CONDICIÓN DE SERVIDUMBRE POR DEUDAS
Más de 850 mil menores de 17 años trabajan en Bolivia
Naciones Unidas, Ginebra, Roma y La
Paz (PL y Bolpress).- Alrededor de 21 millones de personas son víctimas de
trabajo forzoso en el mundo, el 55% mujeres y niñas. Unos cinco millones de
infantes sufren explotación sexual y servidumbre por deudas, según un informe
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En Bolivia trabaja el 87%
de los menores de entre cinco y 17 años de edad, a veces arriesgando su
integridad física y mental.
Alrededor de 20,9 millones de personas en el mundo son
obligadas a trabajar contra su voluntad, atrapadas en empleos que no pueden
abandonar; 5,5 millones tienen menos de 18 años de edad, lo cual equivale al
23% del total, revela el informe “Estimaciones Globales de Trabajo Forzoso” de
la OIT, difundido el 1 de junio en Ginebra.
Las víctimas son amenazadas con deudas, retención de
documentos de identidad, denuncias ante departamentos de inmigración e incluso
violencia física. La OIT estima que el 90% de las víctimas son explotadas por
individuos o empresas privadas y el restante 10%, abusados por Estados, grupos
militares o maltratados en centros penitenciarios.
Alrededor de 11,7 millones de trabajadores sometidos a
empleos forzosos por medio de la coacción y el engaño viven en la región de
Asia-Pacífico (56%); más de 3,7 millones en África; alrededor de dos millones
en América Latina; 1,5 millones en los países de la Unión Europea (UE); 1,6
millones en naciones de Europa Central, suroriental y oriental que no son
miembros de la UE; y 1,6 millones en la Comunidad de Estados Independientes.
El fenómeno es más común en Europa central y oriental
(4,2 personas por cada mil habitantes), seguido de África (cuatro), Oriente
Medio (3,4), Asia y el Pacífico (3,3), Latinoamérica y el Caribe (3,1) y las
economías desarrolladas (1,5).
Para combatir el flagelo, la OIT recomendó identificar
y penalizar el trabajo forzoso y los delitos conexos como la trata de seres
humanos, y consideró que se debe evitar un incremento de la cifra de víctimas
durante la actual crisis económica, en la cual las personas son cada vez más
vulnerables a esta práctica nefasta.
La falta de acción eclipsa el combate contra el
trabajo infantil
En 2006, varios gobiernos, trabajadores y
organizaciones de empleadores se comprometieron a eliminar las peores formas de
trabajo de infantes, incluido el trabajo peligroso, hasta el año 2016. En 2010,
la comunidad internacional adoptó una guía para eliminar las peores modalidades
de esos empleos, que pone de relieve el predominio del trabajo infantil en la
agricultura.
Los Convenios
sobre trabajo infantil 138 en relación a la edad mínima de admisión al empleo y 182 sobre las peores formas de
trabajo infantil que han recibido un mayor
número de ratificaciones. De los 185 Estados miembros de la OIT, 88% ha
ratificado el primero y 95% el segundo. Además, la lista de países que
establecen planes nacionales para combatir el trabajo infantil es cada vez más
larga. Se aprobaron nuevas prohibiciones legislativas dirigidas a identificar y
prevenir el trabajo peligroso para los niños, y también más legislaciones
contra la prostitución y la pornografía infantil.
A pesar de los avances, en la conmemoración del décimo
aniversario del Día mundial contra el trabajo infantil este 12 de junio, el
director general de la OIT Juan Somavía lamentó que los progresos en la
reducción del trabajo infantil hayan sido eclipsados por la incapacidad de
traducir los compromisos gubernamentales en la práctica.
Somavía reveló que 215 millones de menores siguen
trabajando para sobrevivir, y de ellos más de la mitad están expuestos a las
peores formas de empleo infantil, incluida la esclavitud y la participación en
conflictos armados. Según sus estimaciones, unos cinco millones de niños están
atrapados en el trabajo forzoso, la explotación comercial con fines sexuales y
servidumbre por deudas, y piensa que esa cifra está subestimada.
La mayor disparidad entre compromiso y acción está en
la economía informal, donde tiene lugar la mayoría de las violaciones de los
derechos fundamentales del trabajo. Los más vulnerables son los menores de las
zonas rurales y agrícolas, así como los hijos de los trabajadores migrantes y
de las poblaciones indígenas. Según la OIT, son relativamente pocos los casos
de trabajo infantil que llegan a los tribunales nacionales y las sanciones por
violaciones son con frecuencia demasiado débiles para ser suficientemente disuasivas.
La Organización de Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) señaló que alrededor de 130 millones de
menores de entre cinco y 17 años de edad trabajan en el sector agrícola,
incluidas la ganadería, la pesca y la silvicultura, en su mayoría fuentes
laborales peligrosas.
El director general de la FAO José Graziano da Silva
advirtió que los trabajos peligrosos perjudican la salud de los menores, su
seguridad o su moral, pues son ocupados en campos donde se aplican plaguicidas,
permanecen despiertos toda la noche en un barco pesquero, o llevan cargas tan
pesadas que dañan el desarrollo de su cuerpo.
La FAO y la OIT calculan que sólo uno de cada
cinco niños trabajadores recibe salario y la mayoría funge como mano de obra
familiar sin derecho a remuneración.
En los últimos 12 años, México registró un aumento de
12% en la población de niños que trabajan. Solo en el primer trimestre de 2012
se reportaron 3,2 millones de casos de menores de entre 5 y 12 años explotados
laboralmente, informaron investigadores de la Facultad de Economía de la
Universidad Nacional Autónoma de México.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(Unicef) calificó de grave y alarmante la situación de más de un millón de
menores de entre siete y 17 años sometidos a trabajos forzosos en Mozambique.
El 15% de los infantes sufrió algún tipo de enfermedad o lesiones en el
trabajo, principalmente en la agricultura, ganadería, caza y pesca.
Alrededor del 40% del cacao consumido en el mundo
proviene de Costa de Marfil. Allí, una transnacional controla la
comercialización y la producción de cacao, recolectado por miles de
trabajadores en situación informal, muchos de los cuales son niños. Algo
parecido ocurre con los salmoneros en Chile, los temporeros en Estados Unidos,
los obreros de las maquilas en Centroamérica, y los trabajadores que desguazan
barcos en Bangladesh. (1)
Más de 850 mil menores trabajan en Bolivia
El Estado Plurinacional de Bolivia ratificó mediante
Ley 3031 del 29 de abril de 2005 la Convención de Naciones Unidas contra la
delincuencia organizada transaccional y su protocolo adicional para la
prevención y sanción de la trata de personas, especialmente mujeres y niños.
La Ley 3325 del 18 de enero de 2006 tipificó los
delitos de trata de personas, tráfico ilícito de migrantes y otros delitos
relacionados; y mediante decreto N. 29851 se puso vigencia el Plan Nacional de
Acción de Derechos Humanos 2009 -2013, que incorpora la estrategia nacional de
lucha contra la trata de personas y tráfico ilícito de migrantes.
El 21 de mayo de 2012 el Ministerio de Gobierno y la
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) firmaron un acuerdo para
la lucha contra la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes, que
fomentará procesos de formación del personal de la Policía con el objetivo de
prevenir y reprimir esos delitos, y asistir a las víctimas.
También en mayo de este año, la Cámara de Diputados
aprobó el proyecto de ley N. 073/2012-2013 que instituye el 12 de junio de cada
año como el Día Nacional contra el Trabajo Infantil en Bolivia.
“Sabemos que Bolivia tiene el compromiso muy fuerte
para erradicar el trabajo infantil, es una lacra en la que está comprometida
toda la sociedad y la OIT ha estado apoyando al gobierno; yo sé que se ha
logrado disminuir pero todavía queda trabajo por delante”, dijo la especialista
en Políticas de Género y Empleo para América Latina de la OIT María Elena
Valenzuela.
En Bolivia trabajan alrededor de 850 mil niños y
adolescentes, el 87% de los menores de entre cinco y 17 años de edad, a veces
arriesgando su integridad física y mental, su salud, e incluso su dignidad,
según un informe del Ministerio de Trabajo.
Aunque la legislación nacional reconoce el derecho al
trabajo de mayores de 14 años, muchos menores se dedican a actividades
peligrosas como la minería, la zafra azucarera y castañera, la fabricación de
ladrillos, venta de bebidas alcohólicas, recolección de basura, limpieza de
hospitales y servicios sexuales.
Para citar solo un ejemplo, en febrero de 2012 fue
descubierta en Cochabamba una red de explotadores sexuales de menores de entre
13 y 15 años; solo en los primeros dos meses del año se reportaron más de 30
casos. En las zonas rurales los menores trabajadores (más de 452 mil) son
explotados como peones en tareas agrícolas y otras ocupaciones que exigen
fuerza física. Al menos el 80% de los niños y adolescentes trabajadores no
recibe remuneración alguna.
Nota:
1. Joan Benach y Carles Muntaner, profesores de salud
pública de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y de la Universidad de Toronto,
analizan cómo las condiciones de empleo y trabajo afectan a la desigualdad en
salud en todo el mundo. Ver Empleo, trabajo y desigualdades en salud: una
visión global (Barcelona: Icària, 2010): www.upf.edu/greds-emconet/Llibre_Emconet/index.html
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