Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Matanza campesina eleva tensión política y social
Natalia Ruiz Díaz
(IPS/Asunción).- La muerte de 16 campesinos sin tierra y policías, en un
enfrentamiento en el noreste de Paraguay el pasado 15 de junio, evidencia una
red de intereses políticos y económicos, la existencia de un conflicto muy
enquistado, el peligro de una explosión social y la vuelta a la mano dura en
materia de seguridad.
Diez campesinos y seis
policías murieron durante un operativo de desalojo el viernes 15, en un nuevo
episodio de violencia vinculada a la tenencia de la tierra en Paraguay, uno de
los mayores problemas sociales de este país, y que puso en jaque al presidente
Fernando Lugo, sobre el que pesa la amenaza de un juicio político por otros
temas.
Lugo, un gobernante
considerado de izquierda moderada, respondió a la matanza con la destitución
del ministro del Interior, Carlos Filizzola, y su sustitución por Rubén Candia
Amarilla, vinculado al Partido Colorado, principal fuerza opositora y a la que
el actual presidente desalojó del gobierno en 2008, tras más de 60 años de
ejercerlo de modo hegemónico.
También descabezó a la
cúpula de la policía, el principal organismo de seguridad paraguayo, al
reemplazar a sus tres principales funcionarios, en un esfuerzo por taponar el
impacto del enfrentamiento, sobre cuyo detonante hay versiones y análisis
opuestos.
Candia fue fiscal
general hasta fines de 2011 y en 2008 se le citó entre quienes participaron en
una reunión conspirativa contra Lugo, el exobispo católico que asumió la
Presidencia el 15 de agosto de ese año, según denunció entonces un alto mando
militar.
El nuevo ministro
suspendió el protocolo para los desalojos de tierras ocupadas por campesinos,
establecido por su predecesor. Ese procedimiento obligaba a los efectivos
policiales a agotar las instancias de diálogo con los ocupantes, antes de
comenzar un desalojo.
"Lo ocurrido
muestra claramente que se quiere deslegitimar la lucha social, los reclamos que
el campesinado viene haciendo desde hace varias décadas como la recuperación de
las tierras mal habidas", dijo a IPS el dirigente de la Mesa Coordinadora
Nacional de Organizaciones Campesinas, Luis Aguayo.
El violento desalojo
se produjo en una hacienda de Curuguaty, en el departamento de Canindeyú y a
380 kilómetros al noreste de Asunción.
El establecimiento
está a nombre de la compañía Campos Morombí SAC y Agropecuaria, perteneciente
al dirigente político y empresario Blas N. Riquelme, también perteneciente al
Partido Colorado.
Se trata de tierras
reclamadas como propiedad del Estado por la Procuraduría General y por el
Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra.
También sostuvo que
esa propiedad es pública la Comisión Verdad y Justicia (CVJ), que funcionó
entre 2003 y 2008 para investigar los casos de violaciones a los derechos
humanos durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).
En su informe final,
titulado "Para que no vuelva a suceder", la CVJ estableció que la
propiedad fue donada al Estado por la empresa La Industrial Paraguaya SA, que a
su vez lo declaró de interés social y lo destinó a la reforma agraria.
"No podemos dejar
que las conquistas democráticas que hemos logrado a lo largo de tantos años de
lucha sean coartadas", apuntó Aguayo, cuya organización denunció
abiertamente que la violencia la originó un grupo infiltrado, con el fin de
provocar un incidente sangriento y generar así una crisis política.
Bernardino Cano Radil,
un analista de la órbita del Partido Colorado, achaca el enfrentamiento a
grupos armados, ligados al gobierno de Lugo. Añade que "el trasfondo es
que hay sectores, que bien pueden ser de extrema izquierda como de extrema
derecha, que no quieren que haya elecciones en 2013".
Paraguay vive ya un
clima preelectoral, con vistas a los comicios generales de abril del año
próximo, que decidirán el sucesor de Lugo.
Cano aseguró a IPS que
parte importante del problema es que en Paraguay hay "vastas zonas que son
territorio liberado", donde el Estado no ejerce control y, según afirmó,
el cultivo de marihuana está muy extendido: "Es evidente que los narcoguerrilleros
pudieron haber estado tras lo ocurrido", argumentó.
Por su parte, el
sociólogo Ramón Fogel dijo a IPS que el origen de lo ocurrido es la tenencia
irregular de al menos ocho millones de hectáreas de tierras en Paraguay.
Recordó que en enero, se produjo otro conflicto, esta vez en Ñacunday, en la
frontera con Brasil, en el que murieron ocho campesinos.
"Ese es el tema
que todos los sectores deben sentarse a discutir serenamente, cediendo cada
cual lo que corresponda para lograr la paz social", aseguró. De lo
contrario, alertó, la violencia se irá apoderando del país irremediablemente.
Para Fogel, la matanza
de Curuguaty tiene detrás desigualdades seculares, cada vez más pronunciadas,
que marginan a los campesinos del desarrollo.
El conflicto por la
tenencia de la tierra es una de las aristas más complejas y urticantes de esa
marginación, en un país muy rural, sin visos de solución real por falta de
voluntad política de los poderes que deben impulsarla.
"El Poder
Judicial no posibilita recuperar las tierras mal habidas para poder iniciar un
proceso verdadero de transparencia en cuanto a titularidad y otros
aspectos", concluyó.
El último censo
agropecuario, de 2008, da cuenta de que 85,5 por ciento de las tierras están en
manos del 2,06 por ciento de la población de Paraguay.
La CVG fijo en 6,75
millones las hectáreas adjudicadas ilegalmente durante el régimen de Strossner
y un millón adicional en los siguientes 15 años. Eso supone que 64 por ciento
de las tierras adjudicadas entre 1954 y 2008 lo fueron irregularmente.
En total, las llamadas
tierras "mal habidas" suman 33 por ciento de la superficie agrícola
paraguaya y 19 por ciento del territorio nacional, dictaminó la CVG.
Fogel puso sobre la mesa
otro aspecto evidente en la sociedad: "el odio hacia el paraguayo pobre,
hacia el campesino, sobre todo en los estamentos de poder", en un país de
6,4 millones de habitantes, de los cuales 2,6 millones residen en áreas
rurales.
Lugo ha elegido como
respuesta a la matanza, el abrir una nueva etapa en que entrega la seguridad
nacional y su alto presupuesto a la oposición, en un periodo electoral.
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