Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Rafael Puente
La generación y el servicio de diferentes formas de energía ha sido uno de los cambios más positivos que ha vivido nuestro país en los últimos ocho años. La nacionalización de ENDE no sólo ha sido un acto de soberanía, sino que también ha mejorado la calidad y cantidad de la provisión de electricidad en el país.
De la misma manera, no dejan de extenderse los servicios de gas domiciliario (a los que hay que añadir el gas natural vehicular). Adicionalmente se está experimentando la generación masiva de energía eólica y de energía termo-eléctrica. En resumen: estamos ya mejor de lo que nunca estuvimos, y el futuro se presenta alentador. Y es evidente que contar con diversas formas de energía es parte del Vivir Bien…
¿A qué viene entonces la preocupación por instalar una planta de energía nuclear? En los hechos dicho plan se anuncia en el contexto de convertirnos en la capital energética del sub-continente. ¿Será realmente importante el título de "capital”? ¿No conlleva un espíritu de competencia, que ya no es compatible con el Vivir Bien?
¿No nos basta ser autosuficientes? Y no cambia mucho las cosas la advertencia de que se trataría de energía nuclear con fines pacíficos, sólo faltaría que a alguien se le ocurriera hacerlo con fines bélicos, ya sería el colmo.
Y puestos a compararnos ¿qué tal si nos comparamos con Alemania y Japón, dos superpotencias económicas que están apuntando en la dirección contraria? Alemania ha decidido poner en marcha un plan de eliminación paulatina de todas sus centrales nucleares (pese a que sólo tienen fines pacíficos). Japón ya ha suprimido las 48 centrales nucleares que había llegado a instalar; son 130 millones de japoneses que llevan más de un año viviendo sin energía nuclear, y cuentan que no tienen apagones. Y a cambio ¿qué tienen? La tranquilidad de que no se va a repetir lo de Fukushima. Eso es Vivir Bien…
Cierto que a cambio han instalado grandes sistemas solares fotovoltaicos, que es exactamente lo que también podemos hacer nosotros.
¿Será que alguien piensa que el Estado boliviano puede ser más fuerte y seguro que el alemán y el japonés, y puede, por tanto, arriesgar su propio Fukushima? Y, peor todavía, si pensamos en nuestras características sísmicas, que son de elevada peligrosidad.
¿No han leído ustedes la carta que enviaron a Evo 47 personalidades (de 14 países, entre ellas un premio Nobel y muchos científicos) en la que le piden que repiense el tema del reactor nuclear?
Sería bien que no sólo la lea Evo, sino que la releamos todos los ciudadanos y ciudadanas de este país. Esas personalidades argumentan que la energía nuclear es una elección sin vuelta (y sin salida), que sus costos son elevadísimos, que no tiene nada que ver con la independencia energética, que genera grave inseguridad, y, finalmente, que resulta inseparable de cierto nivel de militarización de la producción de energía (entre otras cosas por el peligro de actos terroristas).
Pero argumentan, sobre todo, con el hecho de que es una energía contra natura, por tanto una energía definitivamente incompatible con el Vivir Bien…
¿No tenemos la obligación de ser sensatos y sensatas? Y la sensatez elemental es la de no meternos en líos sin necesidad. Y si tenemos tantas posibilidades de generación de energías limpias -incluso sin tener que destruir nuestra Amazonia con megarepresas al estilo brasilero, que sería otra tentación a combatir- ¿para qué nos vamos a gastar la plata que no tenemos en una central nuclear que no necesitamos, y que, a cambio, nos puede producir auténticas hecatombes?
Compañeros del Gobierno, piensen por favor en Fukushima y en sus centenas de miles de víctimas, y no nos metan en semejante callejón sin salida.
¡Energía y más energía sí, pero para Vivir Bien!
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