Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Julio C. Gambina
Resulta
interesante considerar algunas de las definiciones relativas al “Estado” y al “Mercado”
que sobre economía transitan el debate mundial.
Por un
lado podría analizarse la decisión asumida hoy por el gobierno de Bolivia que
nacionalizó la empresa SABSA, Servicios de Aeropuertos Bolivianos. Es
claramente una medida de intervención del Estado, considerado por varios
actores, el gobierno de España y las autoridades Europa como un avasallamiento
del Mercado.
Por otro
lado considerar la recomendación realizada por los Ministros de Economía y
Hacienda del G20, reunido recientemente en Moscú, orientada a dejar que sean
los mercados los que definan las cotizaciones de las monedas. Dicen textualmente
“Reiteramos nuestros compromisos a actuar rápidamente a favor de sistemas de
tipos cambiarios determinados por el mercado”. Agregan que "Evitaremos la
devaluación competitiva. No alteraremos nuestros tipos de cambio para
propósitos competitivos". Son recomendaciones contra la intervención
estatal y a favor de los mecanismos de mercado.
Lo que
pretendemos discutir es que no existe la ecuación Estado versus Mercado que se
quiere hacer ver.
En ambos
casos interviene el Estado, y lo que debe discutirse es quién se beneficia en
cada caso. El Estado privatizando o expropiando asume una definición de
favorecer o desfavorecer actores económicos y sociales. Del mismo modo que si
se devalúa o no, también se asume que existan determinados beneficiarios o perjudicados.
Solo observemos en la historia argentina quienes son los beneficiarios del club
de la devaluación: los grandes productores y exportadores.
El Estado
y el mercado son relaciones sociales, que expresan contradicciones y disputas.
Lo
interesante es considerar quien ejerce la hegemonía en el Estado y quién se
beneficia con las decisiones asumidas por el Estado. Del mismo modo puede
pensarse a las relaciones asimétricas que operan en el mercado, por ejemplo en
la capacidad que cada quien tiene para fijar los precios, y por eso en la Argentina se ensaya
ahora, nuevamente, un acuerdo de precios entre el gobierno y las empresas para
establecer el congelamiento y evitar la escalada de precios, ahora reconocida
por el gobierno.
En
Bolivia se actúa contra inversores externos que explotan un servicio de
aeropuertos con el fin de obtener ganancias y remitirlas a sus casas matrices. Se
ejerce soberanía contra la impunidad y rapiña del inversor externo.
El G20
sugiere que las políticas cambiarias, de Europa, Japón, EEUU, o de cualquier
país, están motivadas en cuestiones de mercado, obviando que esas políticas son
formuladas por los Estados para favorecer determinados intereses de los que
actúan en los mercados.
La
empresa SABSA fue denunciada por el gobierno de Evo Morales por no cumplir con
los compromisos de inversión asumidos en la privatización y por hacer oídos
sordos a los reclamos realizados en ese sentido. La empresa invirtió en la
compra de las acciones una cifra irrisoria, unos 26.000 bolivianos (poco más de
3.700 dólares) para administrar más 400 millones de dólares. Según explicó el
propio presidente boliviano, en los últimos años la empresa española
administradora de SABSA obtuvo más de 20 millones de dólares de ganancia que
fugaron de Bolivia. No hay duda que se trata de una inversión en el mercado
altamente beneficiosa. Ante esa situación, el Estado interviene para retomar la
gestión soberana de un servicio que resulta de interés para el pueblo
boliviano.
Mientras,
en el G20 se discute la preeminencia del mercado sobre el Estado y se demanda
que los Estados no habiliten una guerra de monedas en aras de la
competitividad. Ello viene a cuento de las medidas cambiarias que viene
asumiendo Japón para hacer competitivas su producción y exportaciones. Algo no
muy distinto de lo que viene haciendo EEUU, devaluando el dólar contra otras
monedas globales. Claro que Europa y su zona euro actúan a contramano, pues en
lugar de devaluar para competir, pretende hacerlo afectando el costo de
producción, por lo que induce reducciones de ingresos populares, especialmente
de salarios (estatales y privados) y gasto público social. Unos con políticas
cambiarias, EEUU ó Japón, y otros con políticas de austeridad, Europa, ejercen
la política económica con el mismo fin, ser más competitivos con sus
producciones en el mercado mundial.
En los
países capitalistas desarrollados se busca combatir la crisis capitalista
restableciendo la tasa de ganancia, con devaluación o apreciación de las
monedas.
No se
trata de una cuestión de mercado, como si el mercado estuviera por encima de
las personas y sus mutuas relaciones.
El
mercado es una relación social, donde se enfrentan compradores y vendedores, y
en el desarrollo capitalista, el Estado fue estableciendo regulaciones que vuelcan
la balanza hacia un lado o hacia el otro. Es que el Estado es también una
relación social. Por eso, el gobierno español a través del Ministerio de
Asuntos Exteriores y de Cooperación advirtió que la decisión de nacionalizar la
filial de Aena y Albertis, empresas gestoras de SABSA “traerá consecuencias a
las relaciones bilaterales entre ambos países” y califican la medida como “un
acto inamistoso”. Tras cartón demandan “una valoración justa e independiente”
sin asumir ninguna crítica de la rapiña e incumplimiento de la empresa
española. Algo muy similar a la actitud ante la expropiación parcial de REPSOL
por el gobierno argentino.
En
definitiva, ni el Estado ni el mercado son neutros. Ambas categorías son
relacionales y por ende están en disputa. El problema es quién decide en el
mercado y en el Estado.
Buenos Aires, 18 de febrero de
2013
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