Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por Rubén
Juste *
Hoy día Paraguay se encuentra en una encrucijada
histórica. Durante años, los partidos políticos tradicionales (PLRA y Partido
Colorado-ANR) monopolizaron las relaciones políticas mediante mecanismos
clientelares. Esto hacía que los partidos fueran el centro de toda la actividad
social y económica, siendo las cabezas de éstos grandes representantes del
poder nacional. Sin embargo, desde hace una década, el crecimiento del sector
servicios en la economía, la introducción masiva de Internet y la modificación en
los procesos productivos de trabajo están produciendo una modernización que
impacta en todos los sentidos de la vida social. En ese marco, el Partido
Colorado-ANR (partido que acompañó a la larga dictadura de Alfredo Stroessner)
y el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA, ex aliado de Fernando Lugo que
promovió su juicio político y desde entonces gobierna en solitario con Federico
Franco), se encuentran en un período de definición.
Si
bien su poder está aún vinculado con los lazos prebendarios con un sector de la
población, es cada vez más claro que los votantes son ahora en su mayoría de un
sector que se autodefine “independiente”. Esto hace que el poder de ciertas
figuras con control del aparato partido esté cada vez más desplazado por
aquellos menos relacionados con las estructuras políticas y que presentan
“mayor caudal de votos” (Efraín Alegre por el Partido Liberal y Horacio Cartes
por el ANR). De esta manera, se puede observar una transición del poder
partidario tradicional, que controlaba la política prebendaria (con recursos
del partido y del gobierno), a un liderazgo electoral, donde aquellos que
atraen los votos pugnan por monopolizar el partido. Estos cambios en los
comportamientos electorales generan una crisis política con implicaciones sociales
profundas, ya que los sectores tradicionales de los partidos se encuentran en
posiciones cada vez más reaccionarias y defensivas.
Como
consecuencia de ello, cada vez son más evidentes los mecanismos que utilizan
los partidos tradicionales por mantener el poder, paralizando y obstruyendo
procesos judiciales a su antojo, precipitando un juicio político, iniciando
despidos injustificados, represiones o imponiendo un régimen de corrupción que
incluso los medios de comunicación dominantes presentan como absolutamente
“inadmisible”. En este contexto, y con una izquierda cada vez más fuerte (el candidato de Avanza País, Mario
Ferreiro, estaría tercero en intención de voto, después del candidato
colorado), es probable que su reactividad se acentúe. Todas estas transformaciones,
que superan inclusive a los partidos tradicionales, los están dejando en una
encrucijada y a seis meses para las elecciones, pueden abrir las puertas a la
democracia paraguaya o forzar a mantenerlas cerradas. En todo caso, el cambio
es inevitable.
*
Sociólogo. Investigador de la
Fundación CEPS y docente de la Universidad Católica
de Asunción.
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