Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Arturo D. Villanueva Imaña
Constituye
un hecho singular y comprobado que la enorme dinámica y velocidad de los
acontecimientos sociales y políticos de Bolivia, impiden detenerse en un
análisis y comprensión más profunda de lo que ellos significan para los asuntos
de fondo que tienen que ver con el destino de la nación o, sencillamente, pasan
desapercibidos al ser sustituidos por nuevos y diferentes acontecimientos que
acaparan la atención ciudadana.
En
los últimos meses, se han producido hechos de gran significación, pero que por
ejemplo, hoy por hoy, han quedado relegados por temas como la profusa sucesión
de interpelaciones recíprocas entre los gobiernos de Bolivia y Chile,
originadas en nuestro derecho a la reivindicación marítima, o los reiterados y
cruentos asesinatos y violencia contra mujeres, adolescentes y niños que, sin
desmerecer en absoluto su importancia, han contribuido a relegar y secundarizar
otros que deberían ser entendidos como estratégicos, respecto del cumplimiento
del ideario y los postulados del proceso de cambio y transformación, así como
de la contribución a una nueva forma de hacer política.
En
esa perspectiva, el presente artículo abordará algunos de los temas que
deberían merecer mayor atención pública, así como una intervención más decidida
y comprometida del gobierno.
En
vista de que la idea no consiste en hacer un listado e identificar problemas,
sino aportar a que el proceso no abandone el curso y los objetivos de la
transformación y cambio que el pueblo ha decidido emprender y llevar adelante
como resultado de sus luchas; se incluirán sugerencias de acción para que
puedan ser tomadas en cuenta (a pesar de la eventual ingenuidad que ello
represente frente al modo de gestión que parece imponerse).
Agenda Patriótica para el 2025.- En ocasión de un nuevo
aniversario de la gestión gubernamental, el Presidente Evo Morales hizo conocer
una Agenda Patriótica hasta el año 2025 cuando se cumplirá el segundo
centenario de independencia, en el que se plantean 13 puntos que deberán
orientar el proceso de desarrollo nacional.
Paralelamente,
como resultado de la gestión gubernamental y la orientación predominante que se
ha dado a las obras, las inversiones y los diversos emprendimientos económicos,
productivos y financieros; se ha hecho cada vez más evidente un sesgo desarrollista,
productor y abastecedor de materias primas y extractivista de los recursos
naturales, cuyo muy entusiasta impulso se encuentra en plena armonía con los
intereses transnacionales y el capitalismo neoliberal predominante. Es decir,
existe una fuerte interpelación y cuestionamiento respecto del modelo económico
y el tipo de desarrollo que se ejecuta en el país, cuyo perfil no corresponde
al socialismo comunitario para Vivir Bien que se ha diseñado como horizonte en la Constitución Política
del Estado.
Adicionalmente,
los 13 puntos de la
Agenda Patriótica perfilada por el presidente Evo Morales,
están en consonancia con dicha orientación, y se ha echado de menos la
inclusión de aquellos asuntos fundamentales que hacen a la esencia del proceso
de transformación y cambio. Esta constatación permite plantear la necesidad de
que dicha Agenda Patriótica incorpore expresamente acciones y objetivos claros,
orientados a construir y efectivizar: el socialismo comunitario para Vivir
Bien; la descolonización interna y externa; la despatriarcalización del Estado
y la sociedad; la construcción de indicadores para Vivir Bien y en armonía con
la naturaleza; las tareas de liberación nacional y la lucha contra el
imperialismo y, asimismo, la construcción de la interculturalidad y el respeto
a la diversidad y diferencia que permitirán afirmar la condición plurinacional
de nuestro país.
No
está por demás señalar que, al incluir en dicha Agenda acciones y objetivos
claros a cumplir hasta el 2025, no solo contaremos con un Programa Político
claro para el país, sino que también se reafirmará la condición transformadora
y de cambio del proceso democrático cultural que, de esa forma, establecerá su
diferenciación con los riesgos y tentaciones desarrollistas, neoliberales,
extractivistas y procapitalistas que aún se advierten en algunas corrientes
gubernamentales.
Inversión pública y construcción de obras.- Hay que congratularse de que las
condiciones económicas del país y la actual disponibilidad de recursos
económicos permiten impulsar y desarrollar múltiples obras que el presidente
Morales inaugura y entrega cotidianamente a lo largo y lo ancho de todo el
país; sin embargo, en consonancia al contenido de la Agenda Patriótica
anteriormente sugerida y en sintonía y acompañamiento a los objetivos del
proceso y no a los intereses desarrollistas y el enfoque urbano occidental que
claramente está privilegiando lo que puede denominarse como la “siembra del
cemento y el síndrome de las mega obras” (y cuanto más monumentales y
elefanteásicas mejor), se pueda dar lugar a un tipo de planificación
estratégica y el cambio en la orientación de las obras, para diseñar y realizar
emprendimientos que permitan: desarrollar e impulsar tecnología propia,
transformar e industrializar los recursos naturales explotados en una lógica de
armonía con la naturaleza y respecto a los derechos de los pueblos indígenas;
efectuar inversiones en áreas y sectores de elevada demanda de mano de obra
(como por ejemplo la agricultura campesina); transformar y diversificar la
producción para generar empleo directo, permanente y digno; promover prácticas
ecológicas en armonía con la naturaleza y el fortalecimiento de las relaciones
comunitarias de producción, el empleo y la distribución de ingresos y recursos;
priorizar las iniciativas productivas de diverso tipo, orientadas a lograr la
soberanía y seguridad alimentarias, la producción colectiva y comunitaria, y la
sustitución de la competencia, el consumismo y el individualismo capitalista,
por la solidaridad, el intercambio y la complementariedad.
El
solo fortalecimiento y desarrollo de la economía y la producción nacional no es
suficiente, e inclusive puede ser contraproducente (para consolidarse como
pro-capitalista y explotador de los recursos naturales y de la fuerza de
trabajo), sino parte desde su inicio impulsando y construyendo iniciativas
armónicas con la naturaleza y relaciones sociales comunitarias para Vivir Bien.
Plan estratégico de desarrollo para el TIPNIS.- Como resultado de la intención y mandato
presidencial para erradicar la pobreza en el TIPNIS, se ha divulgado el
compromiso del Ministerio de la
Presidencia que ha anunciado la elaboración y presentación en
las próximas 2 o 3 semanas, de una estrategia de desarrollo para esa región.
Tomando
en cuenta los antecedentes y profundas implicaciones que ha conllevado el
conflicto del TIPNIS en lo que corresponde al cumplimiento y aplicación de los
derechos de consulta y participación, que han derivado en una fuerte
interpelación nacional e internacional sobre el accionar gubernamental e,
inclusive, sobre su abierta contradicción respecto de los postulados para
construir un paradigma alternativo al desarrollismo extractivista del
capitalismo salvaje y que ha tenido como colofón la violenta represión sufrida
por los pueblos indígenas que efectuaban la VIII Marcha en defensa
de dicho territorio indígena y Parque Nacional; resulta ciertamente sustancial
y estratégico precisar la verdadera y última intencionalidad que se encuentra
detrás de la Estrategia
de desarrollo mencionada.
Salvo
que se arriesgue un grave nuevo atropello y se esté dispuesto a asumir las
consecuencias de una previsible reacción social de proporciones en contra de
esta iniciativa, sería conveniente que la estrategia de desarrollo sea
elaborada y consensuada con las propias organizaciones indígenas de dicho
territorio indígena y parque nacional, para dar cumplimiento y aplicación plena
a su derecho a decidir y participar en cualquier tipo de iniciativa, proyecto o
actividad que pueda afectarles, según se reconoce constitucionalmente y en
otras normas del ordenamiento jurídico nacional e internacional.
Debe
tomarse en cuenta que diseñar propuestas que no respondan al interés indígena,
pero sobre todo anulen la posibilidad de generar iniciativas que afecten su
modo de vida y terminen asimilándolos a una lógica contracultural e
identitaria, que vayan en contra de su derecho a la autodeterminación y que no
tome en cuenta su derecho a decidir sobre el tipo de desarrollo acorde a su
cultura e identidad, podría implicar una intencionalidad para asimilarlos a un
tipo de sociedad y un tipo de desarrollo ajeno que implique su desaparición
como pueblos. Aunado a ello, se encuentra el deber y la obligación
constitucional del gobierno, de efectuar acciones conducentes a construir la
interculturalidad, el respeto a la diversidad y diferencia y la consolidación
del Estado Plurinacional.
Adicionalmente,
un proceso consensuado, de buena fe y que obtenga el consentimiento libre,
previo e informado de los pueblos indígenas del TIPNIS, puede redundar en el
restablecimiento de aquellas buenas, transparentes y constructivas relaciones,
que pueden contribuir a recuperar uno de los aliados estratégicos del bloque
social del proceso de cambio.
Recomposición del Pacto de Unidad y el bloque social hegemónico.- Una de las debilidades y deficiencias más
notables del proceso de transformación en curso, es la ruptura del Pacto de
Unidad y el alejamiento de dos sectores sociales estratégicos, que constituyen
el proletariado y los obreros representados en la COB y la FSTMB, así como los pueblos
indígenas agrupados en CONAMAQ y la
CIDOB.
Aunado
a ello, no puede dejar de mencionarse la penosa y sistemática desideologización
de los sectores, movimientos y organizaciones sociales (principalmente llamados
a constituirse en vanguardia), que han optado por privilegiar las demandas
inmediatistas, las movilizaciones coyunturales y reivindicacionistas de fuerte
contenido corporativista y la elevada agresividad y violencia ejercida en sus
movilizaciones. También resalta la ausencia de una visión nacional, de una
dirección política que oriente el proceso que, a su turno, tampoco ha sido
ejercida (o cubierta) por el MAS, que se supone constituye el instrumento
político de los movimientos y sectores sociales del país.
En
razón de ello y con el objeto de revertir esta perniciosa y contraproducente
situación que afecta, debilita y otorga una cualidad conservadora y hasta
reaccionaria a la composición y orientación del bloque social hegemónico (y por
tanto a las perspectivas del proceso de cambio), el gobierno debería efectuar todos los
esfuerzos necesarios, sin desmayar, para convocar, reunirse y restablecer la
relación rota y distante que actualmente existe con las principales
organizaciones matrices de los pueblos indígenas (CONAMAQ y CIDOB), así como
del proletariado y los obreros (COB y FSTMB), en la perspectiva de rearticular
el Pacto de Unidad y otorgar el lugar protagónico que les corresponde en este
proceso de cambio y transformación, y que debe constituir el referente social y
político del mismo.
Una
dirección política no acorde el proceso de transformación y cambio demandada
por los sectores populares, no es revolucionaria y mucho menos contribuirá a la
construcción del socialismo comunitario para Vivir Bien en armonía con la
naturaleza.
Lucha
contra la impunidad.- El
avance y facilitación de las investigaciones judiciales para esclarecer e
identificar a los culpables de la represión y brutal agresión contra los
pueblos indígenas del TIPNIS que defendían sus derechos constitucionalmente
reconocidos; constituye un asunto de fundamental gravitación, tanto en lo que
se refiere a la responsabilidad y la obligación gubernamental de evidenciar una
forma transparente y ética de ejercer funciones y hacer política, como por la
imperiosa necesidad de coadyuvar a una administración de justicia ágil y
oportuna.
A
partir de los violentos hechos sufridos por los marchistas de la VIII Marcha Nacional
de los pueblos indígenas, y posteriormente con la incomprensible y lamentable
declaración vicepresidencial de que las autoridades de gobierno conocían a los
culpables pero negándose a denunciarlos como es su obligación; se ha provocado
una sensación pública que percibe que el gobierno no es transparente, oculta
información y no cumple con su responsabilidad para ayudar a esclarecer los
hechos. Adicionalmente, también se ha tomado la determinación de nombrar
embajador ante la ONU,
al exministro de Gobierno; con lo cual se ha alimentado el criterio que aunado
a lo anterior, muestra a un gobierno que premia y eventualmente protege a una
autoridad sobre la que pesan sospechas sobre su responsabilidad en tan graves
hechos de Chaparina.
Esta
situación permite afirmar que no es posible hablar de lucha por la
transparencia y contra la corrupción (en este caso ética y política, puesto que
la corrupción no es exclusivamente económica), que no implique la lucha contra
la impunidad. Por esta razón, en correlación y consecuencia a la lucha contra
la corrupción y por la transparencia que ha emprendido el gobierno del Estado
Plurinacional, es imperioso que ésta se haga extensiva a la lucha contra la
impunidad, retirando de sus funciones al Embajador ante las Naciones Unidas,
Sr. Sacha Llorenti, de modo que pueda otorgarse y favorecer las condiciones más
deseables para una administración de justicia que esté libre de toda duda o
sospecha de influencia, lo que permitirá desvirtuar aquella percepción
ciudadana sobre el supuesto premio y/o protección que el Gobierno ejercería en
favor de ese ciudadano.
Alternabilidad
en cargos electivos.- El
cumplimiento de la mitad del periodo de ejercicio gubernamental ha evidenciado
“compromisos políticos” al interior del partido oficialista, que han
constituido la base para que candidatos suplentes demanden un supuesto derecho
de alternabilidad en la ocupación de los cargos electivos.
En
vista de la insistencia y riesgo de generalización que actualmente se está
produciendo en algunas alcaldías y otros organismos electivos de autoridades,
en lo que representa una flagrante maniobra y una alevosa distorsión de aquel
sano principio democrático que ha caracterizado a nuestras organizaciones
originarias y comunitarias, donde acostumbra a una rotación y paulatino ascenso
de cargos para el SERVICIO NO REMUNERADO a la comunidad, pero que en este caso
expresa una descarada y subalterna intención de beneficiarse personalmente de
una especie de “pasanaku”, que además tendrá previsiblemente el efecto de
retrasar, perjudicar y, eventualmente, mal utilizar los cargos de autoridad en
beneficio de particulares; se hace indispensable instruir la prohibición
expresa para la realización de este tipo de “compromisos políticos”, para
reafirmar en cambio el derecho popular y democrático de revocatoria que sí
efectivamente puede ser una herramienta para alejar de sus cargos a aquellas
autoridades que no cumplan, sean corruptos o hagan mal uso de su condición de
servidores públicos.
El
pueblo elige autoridades para que cumplan un servicio público y no para que
utilicen los cargos en un pasanaku en su beneficio. Por lo demás, dar curso y
ser permisibles con esta pretensión perniciosa, solo se habrá contribuido a
establecer un funesto precedente a las prácticas democráticas más elementales,
a la propia institucionalidad y el concepto de servicio público y a la
efectividad en la gestión pública, que quedará embargada y distorsionada por
claros intereses subalternos.
El autor es Sociólogo,
boliviano. Cochabamba, Bolivia. Febrero 7 de 2013
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