Ir al contenido principal

El fascismo está actuando en Santa Cruz, el gobierno debe investigar

Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...

La nueva geopolítica climática


Por: Eduardo Gudynas
No es sencillo resumir los resultados del encuentro de los países miembros de la Convención Marco en Cambio Climático de las Naciones Unidas, que tuvo lugar en Lima (Perú). Su objetivo era ambicioso y también urgente. Se debía precisar el marco de un futuro tratado, protocolo o mandato que impusiera restricciones sobre la emisión de gases con efecto invernadero para contrarrestar el cambio climático.
Es un objetivo que se intenta alcanzar desde hace años, y se esperaba concretarlo en Lima, dada la presión ciudadana y nuevos reportes científicos que confirmaron que el cambio climático es más grave de lo esperado y que avanza más rápidamente.
Bajo los compromisos actuales, tales como el viejo Protocolo de Kyoto, los únicos que tienen obligaciones de reducciones son las naciones industrializadas. A los países en desarrollo, y entre ellos los latinoamericanos, no se les exige limitar sus gases invernadero, aunque pueden hacerlo voluntariamente. Pero es muy evidente que esa posición es actualmente insostenible, ya que muchas naciones del sur han pasado en los últimos años a estar entre los más grandes contaminantes del planeta. Un nuevo acuerdo impondría obligaciones para todos los Estados, y allí surgen las confrontaciones y desavenencias.
Esas discrepancias quedaron en claro en Lima. Buena parte de las naciones en desarrollo no desea limitar sus propias emisiones de gases invernadero ya que las conciben como trabas a su progreso económico. Y en caso de que algo hicieran, quieren que los países ricos las compensen económicamente por eso.
Las naciones industrializadas evitan reducir todavía más sus gases invernadero, y nada quieren saber de una ayuda financiera masiva.
De esta manera, en Lima, casi todos los países invocaban la gravedad del cambio climático, pero en verdad evitaban asumir compromisos, aunque usando argumentos muy distintos. Se llegó a un acuerdo pero es tan vago e impreciso que no impone obligaciones ecológicas o financieras, y deja casi todo abierto para seguir negociando un año más.
Viejos y nuevos contaminadores
La diversidad de argumentos para esquivar las responsabilidades ya no puede ser analizada desde una perspectiva que separa dos bloques: el "norte” y el "sur”. Es una simplificación sostener que sólo el norte es el principal emisor de gases invernadero, y el sur, sin responsabilidades, sufre las consecuencias. En los últimos años la situación ha cambiado drásticamente, y entre los 10 más grandes contaminadores globales están entreverados países del sur y del norte. El primer lugar lo ocupa China, que desplazó a Estados Unidos al segundo sitio. Si se toma a los 28 países de la Unión Europea como un conjunto, estarían en tercer lugar, pero a nivel individual ese sitio es ocupado por India. A su vez, en esas primeras ubicaciones aparecen por ejemplo Indonesia y Brasil, que emiten más que Japón o Alemania. Eso explica que naciones como China o Brasil se resistan a aceptar obligaciones para reducir sus emisiones, sólo lleven adelante planes voluntarios.
Se ha dicho muchas veces que esos indicadores totales no son muy justos, y que deberían considerarse las emisiones por personas. Si así se hace, una vez más aparece otra geografía ecológica. El punto de referencia para lo que podrían llamarse "emisiones justas” son dos toneladas de CO2 por habitante en el planeta, y sin duda las naciones industrializadas están muy sobrepasadas. Pero nosotros, en América del Sur, también. Paraguay ocupa el primer lugar con 18,2 toneladas CO2 por persona, el segundo lugar corresponde a Bolivia (14,8), y en el tercer puesto está Venezuela (13,4). Todos los indicadores son contundentes: nuestros países también son responsables.
Más de un lector se preguntará a qué se debe esta particular situación de los latinoamericanos. Es que mientras en los países industrializados el principal origen de las emisiones son los gases de las fábricas y motores, en América del Sur su origen está en la deforestación, las transformaciones agropecuarias y otros cambios en el uso del suelo.
Aceptando que las principales emisiones tienen esos orígenes, queda en claro que las políticas nacionales contra el cambio climático, en países como Bolivia, deben comenzar por cambiar sus estrategias de desarrollo rural, modificar la tenencia de la tierra y detener la deforestación. Se impone un cambio de rumbo que no es nada sencillo, y que los Estados prefieren evitar, y rara vez mencionan en los cónclaves internacionales.
¿Una Pacha Mama atómica?
Todos los gobiernos invocan la protección ambiental, pero de todas maneras quedan atrapados dentro de los desarrollos convencionales y son incapaces de atacar las causas del cambio climático. El Gobierno de Bolivia ejemplifica esas tensiones. Defiende a la Pacha Mama en los discursos, y eso es algo en lo que todos estamos de acuerdo, pero sus prácticas concretas son otras. Es que la Pacha Mama gubernamental es sólo planetaria, pero no asegura una adecuada protección dentro de Bolivia, y en especial ante los problemas ambientales locales que se deben a la extracción de hidrocarburos.
Es una Pacha Mama que sólo llega hasta donde comienza el nacionalismo de los recursos, y por ello cuando hay que elegir, siempre triunfa el interés exportador sobre la protección ambiental. Y hasta se ha caído en una Pacha Mama atómica, con la propuesta de instalar una central nuclear en el país, lo que es una medida reñida con las más básicas consideraciones ambientales.
Estos problemas se repiten en todos los países, y por ello se cae en las "irresponsabilidades comunes e indiferenciadas” en el ámbito de las negociaciones internacionales en cambio climático, como ha descrito Gerardo Honty.
América Latina debe romper éstas con esas contradicciones y comenzar, cuanto antes, sus propios planes de reducción de emisiones y adaptación ante el cambio climático. No puede esperar por los países ricos ni seguir apelando a la mera retórica. Debe defender en serio y con efectividad sus propios ambientes y sus comunidades.

Paraguay ocupa el primer lugar con 18,2 toneladas de CO2 por persona, el segundo lugar corresponde a Bolivia (14,8), y en el tercer puesto está Venezuela (13,4). Todos los indicadores son contundentes: nuestros países también son responsables.
Twitter @escuelanfp
Rellene el siguiente formulario para suscribirse.


En Bolivia:








 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pedro Ignacio Muiba, el héroe

Por: Homero Carvalho Oliva En 1975, mi padre, Antonio Carvalho Urey, terminó una investigación iniciada en la década de los sesenta que habría de cambiar la historia nacional. Después de muchas visitas al Archivo Nacional de Bolivia, dirigido en ese entonces por Gunnar Mendoza, extraordinario intelectual e historiador, quien le ayudó a ubicar los folios que habrían de probar toda una hazaña que da testimonio que los indígenas moxeños participaron activamente en la Guerra de la Independencia de nuestro país, al mando del cacique Pedro Ignacio Muiba. Esta investigación se publicó, primero en septiembre de 1975, en un policopiado financiado por la Universidad Técnica del Beni, en un pequeño tiraje de 200 ejemplares y luego en la famosa Biblioteca del Sesquicentenario de Bolivia. Dos años más tarde, en 1977, Antonio publicó el libro titulándolo Pedro Ignacio Muiba, el Héroe y de esa manera se reparó una injusticia histórica. En sus investigaciones, Antonio se basó, entre otros, en...

La despatriarcalización

Por: Julieta Paredes Al igual que el Seguro Universal de Salud (SUS), la despatriarcalización, como nombre para una política pública, tardó mucho, pero llegó. Entonces, en este marzo de luchas de las obreras, es necesario analizar, ¿qué es lo que realmente llegó? Fruto de una serie de movilizaciones de mujeres pertenecientes a las organizaciones sociales del proceso de cambio, se lograron algunas medidas en el Ejecutivo. Fueron movilizaciones que se realizaron a lo largo del año pasado, con encuentros departamentales. Así fue que se logró concretar un listado de demandas que más o menos se repitieron a lo largo de estos años, con algunas interesantes novedades. Entre ellas podemos señalar la exigencia del salario al trabajo doméstico y la necesidad de un espacio en el Gobierno para este sector. Algo así como un Ministerio de las Mujeres, instancia que tenga la jerarquía necesaria para efectuar las tareas que corresponden a la mitad de la población de Bolivia que somos las mu...

Idiosincrasia e ideología

Por: Félix Tarqui Triguero No son posibles las revoluciones económicas sin las revoluciones culturales porque todos aquellos contenidos que constituyen el fundamento de determinada cosmovisión propia de cada nacionalidad o sociedad pueden ayudar o frenar su avance por ser una manera de pensar de cada agrupación humana, en funcion a su historia y cultura. Así nace la idiosincrasia propia de cada pueblo, sin embargo, se enfrenta a la idiosincrasia forzada o alienante que influye día a día a las grandes masas de la población mundial de manera globalizante, en ese contexto necesitamos ver que Bolivia es un país de molde capitalista y sub desarrollado (empobrecido por la clase dominante que gobernó desde 1825 exceptuando a Antonio José de Sucre, Andrés de Santa C. hasta el 2005), La ideología como el estudio de las ideas es también un proceso de construcción critica, influenciado tan pronto el individuo se encuentra inmerso en las realidades sociales, económicas, culturales...