Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Rafael Puente
Darlin es una mujer joven, madre de tres hijos, que se encuentra en un hospital y que no puede volver a su casa si no paga 60.000 bolivianos por el tratamiento de que fue objeto. Lamentablemente esto no es ninguna novedad, permanentemente se sabe de casos similares, y cabe deducir que son mucho más numerosos los casos de los que ni nos llegamos a enterar.
Pero no me voy a meter a comentar la inhumanidad de esos centros médicos que anteponen el dinero al bienestar elemental de las y los pacientes, sería un tema excesivo. Me limito a plantear la situación de Darlin (y de los casos similares al suyo) en el contexto de este nuevo Estado.
La Red ATB comunica que la familia de Darlin pide socorro a la gente de buena voluntad que pueda hacer aportes solidarios. Primero cabe pensar que reunir 60.000 bolivianos, a base de pequeños aportes voluntarios, puede resultar insoportablemente largo, pero, sobre todo, cabe preguntar por qué la sociedad civil, encima de pagar cada vez más impuestos, tiene que resolver, de manera voluntaria, lo que es obligación del Estado (que para eso cobra los impuestos).
¿O no es la salud pública una de las responsabilidades de todo Estado, y mucho más de un Estado que se ha propuesto como horizonte global el Vivir Bien?
Sabemos que el sistema de salud como tal es demasiado grande, demasiado pesado y está demasiado cargado de prácticas burocráticas y de intereses personales. Ahí está la Caja Nacional de Salud que lleva años sin lograr reforma alguna.
Sabemos también que montar un sistema de salud requiere un presupuesto infinitamente mayor que el que está a disposición del respectivo ministerio y de los diferentes SEDES (a esta altura famosos por su inoperancia), y no nos hacemos ilusiones acerca de la tremenda voluntad política que hace falta para reestructurar todo ese sistema, mucho menos cuando vemos que las demandas permanentes que brotan de la sociedad civil no hacen referencia a nada que tenga que ver con "desarrollo humano”, sino que se concentran en las famosas "obras” de acero y cemento…
Mi propuesta urgente pretende ser realista y operativa: ¿No se puede establecer un fondo de emergencia —manejado ágilmente, por supuesto— que permita cubrir las urgencias como la de esta señora Darlin y otras muchas ciudadanas y ciudadanos de este Estado en el que se supone que todos y todas tenemos los mismos derechos?
Ese fondo requeriría unos cuantos millones, con seguridad, pero son millones que tenemos y a los que se está dando otro destino. ¿O el retorno de Darlin a su casa no es más importante que el Rally París-Dakar, y más importante que las fastuosas construcciones deportivas para Odesur, y, por supuesto, más importante que un nuevo Palacio de Gobierno?
No quedamos en que era primero la gente? Un Estado que gasta 75 millones en costear viajes y alojamiento de los delegados del G-77 (y en regalarles joyas de oro y bolivianita a los presidentes allí presentes) ¿no puede pagar los 60.000 bolivianos del hospital de Darlin?
Una vez más nos encontramos con que el Vivir Bien -que no es ningún tema marginal en la definición del nuevo Estado Plurinacional, sino todo lo contrario, viene a ser el tema definitorio del mismo- se está quedando en un eslogan vacío. En la práctica resulta que todos -tanto la sociedad civil y sus organizaciones, como el Gobierno en sus diferentes niveles- apuntamos al viejo y execrado desarrollo, apuntamos a la acumulación, a la competencia, a la vistosidad, y nos olvidamos de Darlin y de tantos otros seres humanos, cuyo sufrimiento puede ser rápidamente aliviado con los recursos que, como Estado y como pueblo, tenemos.
¿Recuerdan ustedes esa publicidad del Servicio de Impuestos Internos que termina con la frase "Pague impuestos para vivir bien”? Pues bien, nuestra hermana y conciudadana Darlin sí paga impuestos y, sin embargo, no se le permite vivir bien. ¿En qué quedamos?
El autor es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (Cueca) de Cochabamba
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