Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: Rafael Puente
Recordamos con nostalgia las elecciones de 2009,
cuando a la hora de seleccionar potenciales asambleístas el MAS nos sorprendía
escogiendo mujeres y varones con prestigio personal, con capacidad de
convocatoria, con vocación de cambio y con experiencia de lucha (empezando por
Doña Ana María Romero, que en paz descanse).
Daba gusto pensar que esas personas nos representarían
en la Asamblea Legislativa y uno tenía ganas de votar por ellas (que después
muchas y muchos en la práctica no nos hayan representado, sino que se hayan
limitado a obedecer órdenes superiores, es otro tema, triste por cierto, pero
otro tema). Lo que ahora llama la atención es el contraste de aquellas listas
de candidatos y candidatas con las actuales.
En Cochabamba, el primer senador es un médico
profesionalmente prestigioso, sí, pero mirista de toda su vida y además opuesto
a este Gobierno cuando se pretendía que los médicos trabajaran ocho horas. Y la
primera diputada plurinominal es una operadora política de Reyes Villa
(probablemente el enemigo más declarado de este proceso y de este Gobierno),
una profesional que el 2008 asumió una consultoría sobre temas autonómicos, en
la que les daba toda la razón y legitimidad a los grupos oligárquicos
autonomistas de Tierras Bajas (incluyendo sus referéndums ilegales y demás
condimentos). ¿Será que quienes estuvimos en el cochabambazo el 4 de mayo de
2008 podamos sentirnos representados/as por ese tipo de gente? Yo no.
Pero, además, tenemos en la lista de Cochabamba
candidatos y candidatas procedentes del MNR y la ADN, y en mi circunscripción a
una señora conocida por su dedicación al negocio con tierras (no es la única
candidata con esas características).
En Chuquisaca el primer senador es el que en la
anterior elección fuera jefe de campaña de Sabina Cuéllar. En Tarija vemos
varios candidatos que proceden del MNR y la ADN, además de una que fue
constituyente de Mario Cossío.
En Santa Cruz encontramos en la lista a un operador de
Marco Marino Diodato. En La Paz, la circunscripción 19 estaría representada por
un sujeto que tiene 20 procesos por estafa… Y son sólo botones de muestra.
En el conjunto del país son cinco los dirigentes del
autotransporte que aparecen como candidatos del MAS (¡uno de ellos había sido
constituyente de Unidad Nacional!) ¿Desde cuándo los transportistas pueden
representarnos a los pasajeros? Menos cuando se trata de gente acostumbrada a
ejercer poder sobre sus afiliados y que jamás quisieron ningún cambio. ¿Y se
supone que ahora tenemos que votar precisamente por ellos?
¿Y qué me dicen del primer senador por Potosí, que en
las elecciones del 2002 estuvo dispuesto a ser el vicepresidente del Goni, y
que cuando se vio desairado por éste, se alió con Reyes Villa? ¿Cómo se explica
que ahora sea representante de este proceso de cambio, si es que puede haber
cambio con semejantes representantes?
¿Qué ha pasado para que la lógica sea tan diferente de
la del 2009? ¿Es que realmente se trata de acumular votos a cualquier costo?
¿Será que se ha degradado tanto la calidad del voto ciudadano? ¿Nos creemos de
verdad que ya no hay fronteras políticas e ideológicas? Si es así ¿qué podemos
esperar de los próximos cinco años?
Por eso mi perplejidad: Y ahora ¿quién podrá
representarme?
¿Y qué me dice usted de los candidatos de la
oposición?
No le digo nada. Probablemente son todavía peores,
pero como no me representan no me interesa. Hace tiempo que de la oposición
espero cualquier cosa. Pero del MAS tenía derecho a esperar más. ¿No lo cree?
El autor
es miembro del Colectivo Urbano por el Cambio (CUECA) de Cochabamba
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