Las casetas del populoso mercado Mutualista en Santa Cruz comenzaron a quemarse la noche de ayer domingo, justamente al día siguiente de que los gremialistas anunciaron que no acatarán el anunciado paro de 48 horas decidido por la Gobernación y el Comité Cívico cruceños, a la cabeza de otras instituciones totalmente controladas por la derecha, como la Universidad Gabriel René Moreno. Aunque se desconocen las causas que originaron este desastre, llamó enormemente la atención que los pocos hidrantes de la zona no tenían agua, por lo que el fuego que inició en algunos puestos pudo extenderse rápidamente. Vanos fueron los esfuerzos de los comerciantes, que trataron de recuperar la mercadería que tenían en sus kioscos, arriesgando sus vidas. Con la llegada de los bomberos y colaboración de los mismos comerciantes se combatió el siniestro; luego, cuando arribó al lugar Luis Fernando Camacho, fue recibido con mucha hostilidad porque varios comerciantes abiertamente lo acusaron de estar detrás...
Por: María Vacas Sentís
Despertarse, ducharse y vestirse
escuchando la palabra Europa, mientras te escalofría el presentimiento del
fascismo entre las urnas vacías y los gritos de los ahogados, de los pobres.
Desayunar esperando que los paralelismos históricos no se conviertan en
certezas de sangre. Harta de escuchar lecciones sobre derechos humanos
impartidas por los expoliadores del porvenir. Europa es una cárcel regentada
por estafadores, una mascarada antidemocrática, una carretera hacia la nada, ¿o
tal vez hacia el infierno?
Hoy, cuando se conmemoran 69 años de la victoria del ejército ruso contra los nazis, Estados Unidos y la UE intentan sacar ventaja geopolítica frente a Rusia, apoyando en Ucrania a fascistas capaces de quemar vivos a decenas de personas, como pasó hace unos días en Odesa. Y no es la primera vez. Los vimos en Alemania, Italia y España en los años treinta, y en las dictaduras latinoamericanas patrocinadas por la CIA cuarenta años después. Se transparenta hoy en una oposición venezolana amiga de la ultraderecha internacional, íntima de Aznar y de Uribe. O en el crecimiento del Frente Nacional francés ante los miopes ojos de Hollande. O más cerca de casa, en las arengas del dueño de una tele local de Tenerife.
El fascismo aparece para frenar las reivindicaciones de la clase trabajadora; cuando existe “amenaza” de transformación real de las estructuras de poder; cuando se tensa la cuerda; o en momentos de crisis económica, de desempleo, de pobreza. Se alimenta de la estulticia y tibieza de unos partidos tradicionales; mercenarios cuasi-fosilizados que se turnan sin ambición de cambiar nada. El fascismo llega cuando el descontento apático se vuelve rebeldía, y manipula la ignorancia y redirige la rabia hacia un enemigo falso: el pobre, el extranjero, el comunista, mientras protege a quienes verdaderamente sirve: a los dueños de la riqueza, a los terratenientes, a los grandes empresarios, a los poderosos.
No confío en esta Europa diseñada para enriquecer a unos pocos, capaz de alentar el fascismo en su inmunda estrategia de ampliar mercados demoliendo y domesticando estructuras institucionales, pisoteando derechos humanos. Es urgente huir del euro y recuperar la soberanía; crear un frente antifascista que nos saque de esta ratonera llamada UE.
Hoy, cuando se conmemoran 69 años de la victoria del ejército ruso contra los nazis, Estados Unidos y la UE intentan sacar ventaja geopolítica frente a Rusia, apoyando en Ucrania a fascistas capaces de quemar vivos a decenas de personas, como pasó hace unos días en Odesa. Y no es la primera vez. Los vimos en Alemania, Italia y España en los años treinta, y en las dictaduras latinoamericanas patrocinadas por la CIA cuarenta años después. Se transparenta hoy en una oposición venezolana amiga de la ultraderecha internacional, íntima de Aznar y de Uribe. O en el crecimiento del Frente Nacional francés ante los miopes ojos de Hollande. O más cerca de casa, en las arengas del dueño de una tele local de Tenerife.
El fascismo aparece para frenar las reivindicaciones de la clase trabajadora; cuando existe “amenaza” de transformación real de las estructuras de poder; cuando se tensa la cuerda; o en momentos de crisis económica, de desempleo, de pobreza. Se alimenta de la estulticia y tibieza de unos partidos tradicionales; mercenarios cuasi-fosilizados que se turnan sin ambición de cambiar nada. El fascismo llega cuando el descontento apático se vuelve rebeldía, y manipula la ignorancia y redirige la rabia hacia un enemigo falso: el pobre, el extranjero, el comunista, mientras protege a quienes verdaderamente sirve: a los dueños de la riqueza, a los terratenientes, a los grandes empresarios, a los poderosos.
No confío en esta Europa diseñada para enriquecer a unos pocos, capaz de alentar el fascismo en su inmunda estrategia de ampliar mercados demoliendo y domesticando estructuras institucionales, pisoteando derechos humanos. Es urgente huir del euro y recuperar la soberanía; crear un frente antifascista que nos saque de esta ratonera llamada UE.
publicado en rebelión.org
Twitter @escuelanfp
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